capítulo 43

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El boleto de He Zhishu es para ir a Shenyang y luego piensa transferirse a Hangzhou. Ya ha pensado que con el dinero que tomó, tal vez pueda alquilar una casa en Hangzhou por medio año.

Son solo las 10:30 de la mañana y ha pasado mucho tiempo desde que salió de casa.

He Zhishu es muy paciente porque opina que es mejor esperar en ese lugar que seguir junto a Jiang. La sala de espera estaba llena de gente y He entonces se queda allí parado un rato. No se sentía demasiado cansado, pero su corazón estaba vacío y demasiado adolorido como para soportarlo.

Recuerda sin querer, a las personas diciendo que dos hombres no podían durar mucho tiempo.

Las horas pasan rápidamente, y ya eran más de las 12 del mediodía. Él sabe que ya lleva mucho esperando en la estación y ahora sí que se siente agotado. Va a comprar una botella de agua para beber. De repente, en la sala de espera, una persona comenzó a gritar desde la entrada. Un hombre con una larga gabardina gris entró corriendo, y una docena de guardaespaldas vestidos de negro iban detrás de él. Hay dos personas altas que lleva consigo para lograr comunicarse con el personal de la estación. El resto de sus hombres reparten fotos con la cara de un joven y se comunican entre ellos mediante un radio pequeño que traen en las manos.

He se quedó parado a un lado, sintiendo una completa curiosidad por lo que había tenido que pasar para que tanta gente se moviera de una forma tan desesperada. Pero cuando se dio la vuelta y vio al hombre alto con el abrigo gris, descubrió que era Ai Ziyu.

Ai Ziyu vio a He Zhishu de un único vistazo, se acercó rápidamente con pasos rápidos y gigantes. Soltó un suspiro de alivio y se llevó ambas manos a la cara.

—¡Dios, me asusté tanto! —Los ojos de Ai Ziyu están rojos—. ¿Por qué me colgaste? No tienes remedio ¡Te escuchabas tan extraño que pensé que querías suicidarte! —Ai Ziyu agarró la muñeca de He Zhishu e ignoró a la gente que los rodeaba. Lo mira—: ¿Ibas a salir de Beijing? ¿Ese es tu equipaje? ¡¿Dónde está tu medicamento y el termo naturista que te di!?

Sus cejas están juntas, está frunciendo el ceño. He intentó detenerlo:

—Doctor, no haga esto.

—¡Sí te quieres ir porque mis acciones te están molestando me lo hubieras dicho directamente! —Ai Ziyu aprovechó una nueva oleada de gente para salir junto a He Zhishu —: Pensé que ibas a... ¡No lo sé! ¡Imaginé muchas cosas tontas! Traje un guardaespaldas y un médico de primeros auxilios. Incluso traje el equipo para resucitar... ¡Pensé que habías decidido morir fuera!

A He no le importa lo bueno que sea el doctor, su temperamento actual no le permite soportarlo.

—¡Me estoy muriendo! ¡Me suicide o no, me estoy muriendo! ¿Un médico no debería estar ocupado con otros pacientes que si puede salvar?

Todas las acciones de Ai Ziyu se detuvieron y miró directamente a He Zhishu. Los ojos de He Zhishu, cuando vestía bata blanca, eran amables y elegantes. Ahora se ve arrogante y enojado. Un hombre rico con ropas caras:

—Yo decido a quién darle mi vida.

Ai Ziyu de repente, tomó a He Zhishu entre sus brazos. Su tono fue suave y cariñoso:

—Si quieres irte, entonces llévame contigo.

Zhishu sintió que realmente no había forma de lidiar con él. También descubrió por primera vez que este doctor era de verdad obstinado. Desde el momento en que entró a la estación, He Zhishu sintió que la presencia de Ai había capturado la atención de todas las personas dentro de la pequeña sala de espera. Era ligeramente molesto.

—¿Y si salimos de aquí? Para... Hablar.

Ai Ziyu sonrió y soltó el brazo de He Zhishu:

—Vamos.

Al salir, He Zhishu descubre que Ai Ziyu había hecho un verdadero revuelo. Siete u ocho Hummers negros cruzaron en línea recta en frente de la estación y Ai Ziyu, descaradamente, se despidió de ellos agitando la mano. He abrió la puerta de su Ferrari y dejó que He Zhishu se sentara adelante.

Tomó su teléfono y se lo puso en el oído:

—Hermano, tu gente lo ha encontrado. Esas personas y los autos ya van de regreso. Gracias por prestarme tantos... Adiós, cuando vuelvas te invitaré unos tragos para agradecerte.

Zhishu se acomodó en el asiento del copiloto y no tuvo tiempo de decir nada. Los dedos de Ai Ziyu se estamparon contra sus labios.

—Cierra los ojos.

Ai Ziyu susurra como si fuera un misterio de verdad. He solo puede cooperar. Cerró los ojos con suavidad y esperó un largo rato sin hacer ningún movimiento. De repente, sintió un toque frío en su boca... Se sorprendió, pero sus ojos se entrecerraron cuando la visión de un gato le asaltó de pronto y le provocó juntar las pupilas. La nariz del gato estaba húmeda contra su piel.

El médico miró al animal, sonrió y dijo:

—¿Qué piensas?

El rostro de He se enrojeció lentamente y antes de que pudiera decir algo, de repente pensó: «¿No es este mi gato?».

Ai Ziyu puso al gato en el asiento trasero, He Zhishu vio que había tres gatos pequeños que dormían como si no hubiera mañana.

—Fui a tu casa para ver si alguien sabía algo de ti... Los gatos lloraron. ¿Qué pasaba si morían de hambre?

Después de un momento de silencio, He respondió muy apenado:

—Gracias.

Ai Ziyu regresó de nuevo al tema inicial:

—¿A dónde vas?

Zhishu lo pensó y se sintió angustiado por el boleto que había perdido:

—Quiero ir a Hangzhou.

—Muy bien. —Rio Ai Ziyu—. Mi hermano tiene una casa de verano allí. Más específicamente en Longjing Road. El ambiente es muy bueno. Te llevaré.

Zhishu lo miraba con la boca abierta. Estaba sorprendido, asustado, atónito. ¿Eso de que iría era verdad? La distancia es demasiado grande, miles de kilómetros. El médico, por el contrario, estaba muy emocionado:

—Iremos a mi casa, pasaremos por ropa y por mis dos perros. A ellos también les gusta el lugar, a los gatitos les gustará el lugar... Y tú me gustas mucho.

He Zhishu se rio con ganas:

—Lo siento, todavía es muy incómodo.

Perdió a su esposo, pero ganó un doctor.

Los 10 años que más te améDonde viven las historias. Descúbrelo ahora