capítulo 62

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—No quiero pelear contigo. —Jiang Wenxu escupió sangre sobre el suelo después de recibir un par de fuertes puñetazos en la cara—. Quiero llevarme a mi esposo.

Ai Ziyu solo se burló:

—¡Cómo si fuera a dártelo! ¡No eres digno de tocarlo siquiera!

Jiang Wenxu levantó ambas cejas:

—Eres un completo extraño. ¿Qué sabes de mi vida? ¿Qué derecho tienes para decir si soy digno o no?

No tiene un vocabulario grosero, pero sus palabras son agudas, y parece soltar un desprecio natural por cada parte de Ai Ziyu. Ai Ziyu no habló durante un tiempo, y tampoco continuó actuando con impulsividad. Se limitó a mirar a Jiang Wenxu, a sus ojos que le hacían un sin fin de preguntas estúpidas... Había algunas frases difíciles creándose en su cabeza, acertijos complicados de entender, cosas que quería lanzarle...

Ai Ziyu volvió a abrir la boca, su voz era muy suave:

—Sólo mírate... A excepción de tu bonita piel, ¿qué tienes de bueno?

—¡No utilices tu juicio superficial para cuestionarme y devuélvemelo!

La voz de Jiang Wenxu es fría. No revela la creciente incomodidad y el dolor agudo que ha estado acumulando desde que llegó a la puerta del jardín de té. Ai Ziyu de repente se rio, puso las dos manos en su cadera y comenzó a hablar con la mayor cantidad de veneno que pudo inyectarle a su voz:

—¿Juicio superficial? Señor Jiang. ¿Debería decirle cómo conocí a He Zhishu? En noviembre, cuando Beijing estaba entrando en su primera nevada, él vino a recoger unos exámenes de laboratorio. Estaba solo, con una chaqueta delgada, y parecía que se estaba asfixiando. No le pregunté si tenía a alguien que pudiera acompañarlo porque no era importante en ese momento. —Ai Ziyu carraspeó la garganta—.Desde el principio estuvo aguantando por sí mismo, sin familia, sin amigos, sin amantes. Haciéndose aspiraciones de médula ósea. Nunca lloró. ¿Puedes creerlo? Nunca lloró, aunque es terriblemente doloroso. Más tarde, le regalé unas flores para que pudiera distraerse... ¡Aunque sus ojos no podían mostrarlo yo sabía que en realidad estaba muy feliz! Pero al día siguiente me las regresó. En ese momento, su mirada estaba sombría y apagada. No pude ver ni siquiera un poco de esperanza en ellos... ¿Por qué no pude, Señor Jiang...?

El corazón de Jiang Wenxu estalló en dolor. La agonía que He Zhishu sufrió en estos meses parece estarle ocasionando un inmenso dolor en el pecho. ¿Qué estaba haciendo él en ese momento? Viajes, negocios, noches con amantes... Entonces recuerda lo que le dijo esa vez, cuando vio las orquídeas en la mesa... El día que aniquiló la pequeña alegría y la poca esperanza de He Zhishu.

—Pensé que estaba viviendo solo... Y después descubrí que tenía unas horrendas marcas en el cuello. Le pregunté si era homosexual y me contestó que sí. Me contestó que tenía pareja. No quiero que se ponga triste, me dijo... —Ai Ziyu tuvo una angustiante noche de insomnio, y ahora sus ojos parecen estar inyectados en sangre. Se aproxima todavía más a Jiang Wenxu, le sujeta de la camisa y dice—:¿Por qué no fue a la quimioterapia por tantos días? Decide desaparecer y después se va de tu casa. ¿Por qué se fue de repente? ¿¡Qué le hiciste para que se fuera!?

Los labios de Jiang Wenxu estaban temblando... Es verdad. Movió su mano hacia He Zhishu, le dijo palabras de mala fe y tuvo sexo violento con él. ¡Tan violento que fue como una violación! Estuvo saliendo tres años con Shen, y rechazó completamente las palabras de He Zhishu cuando llegaban tiernamente hasta él...

—... Sé que es mi culpa. —Jiang Wenxu dejó caer la cabeza hacia adelante, sus ojos no reflejan ninguna luz—. Estoy muy...

Ai Ziyu interrumpe las palabras de Jiang Wenxu cuando le toma del cabello como si tuviera toda la intención de propinarle otro puñetazo.

—¿No sientes que ya es tarde para eso? —Ai Ziyu bajó los dedos y rodeó el cuello de Jiang Wenxu antes de exclamar—: ¿Crees que es fácil mejorar las cosas cuando te equivocas así? ¡No puedes arreglar ya nada! —Ai Ziyu se quedó sin aliento, sin su antigua sombra suave, sin rastros de compasión ni de amabilidad—: No entiendes nada. ¿Cómo puedes compensar la frialdad y el sufrimiento que él ha sufrido durante tantos años? ¡No es posible! ¡Sólo te estás engañando!

El cuerpo de Jiang Wenxu tembló y se balanceó en el momento en que Ai Ziyu aflojó su agarre. Sus labios se han vuelto nuevamente de color púrpura oscuro, pero todavía tiene la fuerza suficiente como para enderezar su espalda y ponerse de rodillas frente a él...

Todos pensaban que no amaba a He Zhishu. Zhang Jingwen, Ai Ziyu, Ai Ziqian, amigos que todavía están en contacto, gente que ni siquiera conocía. ¿Estaban todos ellos equivocados? Jiang Wenxu bajó la cabeza y la colocó entre sus manos extendidas mientras miraba en su mente los recuerdos del joven en el asiento junto a la ventana. El joven de una piel blanca exquisita, sonriendo para él. Ama a He Zhishu, lo ha amado en todo momento. Le gusta él, el chico joven y delgado que adora leer a Jane, y ama al hombre que siempre ha sido tolerante con su amor. La luz de sus ojos, el oxígeno que necesita, la paz que le hace falta siempre ha tenido su nombre escrito. Sollozó:

—Por favor, por favor, por favor deja que me vea.

Su murmullo, se ha convertido en una extraña petición.

Ai Ziyu decidió no mirar tanto al hombre que estaba arrodillado frente a él. No habló, ni mostró piedad en su semblante, solo se giró rápidamente, abrió la reja y caminó a casa...

Cuando Ai Ziyu entró y fue a la habitación, vio que He Zhishu ya no estaba allí.

Los 10 años que más te améDonde viven las historias. Descúbrelo ahora