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🛑Este capítulo contiene escenas no aptas para todo público, con palabras obscenas, violencia, entre otros, se recomienda discreción 🛑

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Jimin caminó tras Eunji entre los pasillos lujosos y bien decorados. Se dió cuenta que no era el mismo camino que había tomado junto a Jungkook.

Pues aunque ese día recordaba que el lugar se veía muy lindo, ahora lo estaba más, todo se veía sumamente caro, con cuadros que valían una fortuna y jarrones de la era Joseon. Sí, todo era mejor que el otro camino.

Se topó con unas escaleras que eran gigantes, le recordaban a las de un castillo, con pasamanos de oro y mármol, y una alfombra roja de terciopelo. 

Eunji se hizo a un lado dándole pasó a Jimin antes de bajar por éstas.

— Solo debe bajar las escaleras y llegará a dónde esta el señor Jeon.— Hizo una reverencia y Jimin asintió.

— Gracias Eunji.

La chica se retiró y Jimin dejó salir el aire en sus pulmones para proceder a bajar las largas escaleras.

Una vez bajó el último escalón se encontró con un Jungkook vistiendo un traje negro, claro está. Pero era uno con un diseño similar al del rubio, con su cabello cayendo en hondas a los lados de su cara.

Sin dudas una tentación para cualquiera, y aunque Jimin no lo admita en voz alta, el pelinegro estaba para comérselo, y cuando hablaba de comérselo, era literal.

Pero eso niños sería canibalismo.

Jimin no pudo evitar escanearle con la mirada, reparando en el pantalón de cuero negro que no le dejaba nada a la imaginación.

Entonces a su mente llegaron escenas de lo sucedido hace unos días atrás y en seguida bajó la vista antes de llegar al rostro del pelinegro. Sin poder notar que éste le miraba de igual forma.

— Estás precioso Jiminie — Hablo Jungkook repasando su mirada de arriba a abajo sobre el rubio, quien sintió sus mejillas enrrojecer ante el comentario.

— Gracias señor, usted también se ve muy bien — murmuró un poco cohibido ante la mirada del más alto.

Por alguna razón no tenía miedo, se sentía incómodo pero no al punto de temerle.

Supongo que mientras no haga nada estúpido no hay nada que temer. Solo debo irme con cuidado de no pisarle la cola al gato.

Sin esperarlo, una mano del pelinegro atrapó su mentón con delicadeza y le levantó el rostro conectando así sus miradas.

El más bajo pudo notar una sonrisa burlona en el rostro contrario. Y en un lento movimiento el pelinegro se acercó hasta la oreja del menor.

— Definitivamente vas a tener que bailar para mí, tal y como lo hiciste en tu habitación— susurró con voz grave y Jimin sintió sus piernas temblar cuando Jungkook repasa con su lengua su oído para finalizar con una suave mordida en su lóbulo.

¿Que mierda fue eso?

Una vez se separaron Jimin tenía hasta las orejas rojas, sin saber que hacer. Hasta que reparó en algo en que

¿Este tipo me estuvo espiando?

Ante el gesto de desconcierto de Jimin, Jungkook rió por lo bajo y dió la espalda para dirigirse a la entrada.

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