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Sábado, 8:36 am.
10 horas después.

— ¡Buenos días, Princesita! — Un hombre alto y con algunos tatuajes en su brazo izquierdo apareció ante Jimin con una bandeja con lo que parecía ser un desayuno — ¿Dormiste bien cariño?

Acercó su mano a la mejilla de Jimin y éste sólo pudo encogerse en su lugar.

Tenía miedo, aunque claro, en esta situación era algo completamente normal. No todos los días te secuestran desconocidos para hacerte quien sabe que cosas.

— Por-porfavor... No me hagan daño... Lo suplico...— musitó mientras que el frío del lugar le hacía temblar. 

— Tranquilo cariño, yo no te haré nada... — a Jimin le causó un escalofrío su manera de hablar tan calmada pero a la vez tan malvada.

Retiró su mano para dirigirse hasta una pequeña silla que había al fondo de la habitación y arrastrarla hasta quedar enfrente de Jimin y sentarse en ella.

—... A menos que me lo ordenen claro está— explicó y Jimin tembló causándole gracia al castaño— Pero ahora debes comer — declaró calmadamente y cogió la cuchara llevándola frente al rubio — Abre la boca cariño— Jimin negó uniendo sus labios en una línea.

¿Y si está envenenada?

No gracias prefiero morir rápido y sin dolor. 

—¿No? — El castaño dejó la cuchara nuevamente en el plato y se levantó— Esta bien, entonces muerete de hambre.

El chico se levantó para irse pero el sonido de la vieja puerta de madera llamó la atención del rubio.

— Jackson te dije que no hables con las personas que secuestro.

Entonces Jimin lo vió. Era él. El pelinegro de la cafetería.

¿Era él su secuestrador?

¿Porque? Jimin nunca le hizo nada.

¿Que quería de él? Si no tenia ni dinero.

— Jeon, lo siento Bro — Camino con su toda la calma del mundo hasta llegar al pelinegro donde le dijo algo que Jimin no pudo escuchar, y antes de salir por completo de la habitación se giró para ver al rubio— ¡Nos vemos Princesita!

El pelinegro cerró la puerta de un portazo haciendo estremecer de miedo a Jimin. Se acercó lento, como un cazador a su presa y quedó a un paso de distancia.

Jimin se atrevió a mirarlo detalladamente, viendo su típica vestimenta negra excepto que esta vez traía una camisa de mangas cortas dejando ver más tatuajes en su brazo derecho.

— Hola — su voz fue como presionar un botón en Jimin para dejarlo inmóvil — ¿Dormiste bien?  — no respondió solo miraba al suelo tratando de esconder su miedo y las lágrimas que se acumulaban en sus ojos negándose a dejarlas escapar—¿Por qué  no comiste? — tampoco le respondió, y no es que no quisiera, simplemente no podía.

De un momento a otro sintió como le agarraban con fuerza la cara, para que levantara su rostro y conectar la mirada con el pelinegro, haciéndole soltar un jadeo de dolor por el repentino ataque.

Encontrándolo con un rostro contraído en furia, nada que ver con el tipo tranquilo y calmado de la cafetería que veía Jimin.

— Escúchame bien — musito furioso— Si no quieres que me enfade mucho contigo será mejor que me contestes cuando te hablo — tenía la mandíbula apretada y hablaba entre dientes, y Jimin sintió que entraba en pánico comenzando a soltar lágrimas silenciosas— ¿Entendido? — Jimin asintió, el pelinegro hizo presión en su agarre haciendo que el rubio jadee de dolor — ¿ENTENDIDO?

⛓️Twisted ⛓️ Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora