— Anda Jeno, yo prepararé el baño, solo debes cambiar su pañal. — Bufó Jaemin, haciendo un puchero.
— ¿Por qué yo lo asqueroso? Tú eres el que quiso ser padre, ahora hazte cargo de esto. — Se quejó el peli-negro.
— Haz lo que te digo y deja de ser tan caprichoso. Tengo que ir a mi trabajo y si llego tarde, me matan. — El castaño le arrojó las cosas al mayor, quien apenas pudo agarrarlas con éxito.
— Ni que fueras mi esposa. — Bufó, en voz baja.
— Creeme que no querría ser tu esposa, sería un triste idiota engañado si estuviera contigo.
— No me conoces, Na. No sabes nada ni tampoco te das cuenta de nada. — Jeno tomó al niño para ir a cambiarlo. — Es por eso que tú solo eres el segundo padre favorito de Yunho. Porque yo soy el divertido y tú el aburrido.
— ¡Retractate! Aguarda... ¿Cómo que tú eres su padre? — Jeno abrió sus ojos de par en par.
— Es que... Renjun y yo también nos hacemos cargo de él, merecemos un título importante en su vida. Ahora no me molestes, el pequeño tiene que estar relajado para su cambio de pañal.
Jaemin soltó un bufido de frustración y se adentró en el sanitario. Jeno lograba sacarlo de quicio a veces, y eso si que era algo difícil, pero el mayor lo lograba con total facilidad. Renjun caminaba hacia el departamento, arrastrando sus pies. Le había confesado a sus amigos que le gustaba Jaemin, eso era malo, significaba que aceptaba que sentía algo por el menor. Estaba molesto consigo mismo, su vida ya era un caos debido a su reputación de "come libros", ¿y ahora aceptaba que le gustaba un chico? Los chicos del equipo de futbol lo molestarían aún más.
Además de ello, no era lo que sus padres esperaban de él, ni tampoco lo que él esperaba de sí mismo. Sus padres no lo comprenderían, jamás lo harían. A pesar de todo el amor que pudieran brindarle, en el fondo sabía que ellos tenían muchas espectativas con respecto a él, por ello lo enviaron a Corea. Al llegar, vió a un hombre en la puerta del edificio, estaba preguntando en distintos números si ahí se encontraba Lee Jeno.
— Disculpe. ¿Para qué busca a Jeno? — Cuestionó Renjun, observando al hombre frente a él.
— Soy su padre. Vine a visitarlo, pero no tengo idea de cuál es su número de departamento. ¿Y tú eres...? — El mayor movió su mano, indicandole que hablara.
— Renjun, soy compañero de vivienda de Jeno. — El rubio tocó el botón del departamento.
— ¿Hola? — Se escuchó del otro lado, era Jeno.
— Abreme la puerta. — Dijo Renjun.
— Contraseña. — Renjun rodó sus ojos.
— Tu papá está aquí.
Hubo un silencio y unos escasos segundos después, la puerta dió un sonido para que abrieran. Renjun no sabía nada de la vida familiar de Jeno, pero ahora que recapacitaba... Quizá devió decirle a Jeno que bajara. Nadie debía saber de Yunho, pero por un momento olvido ese pequeño detalle. Jeno corrió lo más rápido que pudo hacia abajo, su padre no podía ver a Yunho, no quería meterse en más problemas.
— ¡Papá! — Chilló, corriendo los últimos centímetros hacia el mayor. Se acercó a Renjun, quien iba al frente y le susurró. — Ve a ayudar a Nana, está teniendo problemas.
— Hola hijo. — El padre de Jeno era serio, severo, y para nada agradable. Pero no le quedaba más remedio que aceptarlo, era su padre.
— Vamos a una cafetería, yo invito.
La vida familiar de Lee Jeno. Su madre había muerto, no le quedaba nada más que su padre. Sin embargo, el mayor no lo trataba con el amor que debería, no era un buen padre ni jamás lo sería, al menos no con él. El mayor había formado una familia nueva en Incheon, pero lo único que sabía es que tenía una nueva mujer y dos hijos.
— Tus hermanos están aquí también, pasaremos unos días. — Jinki bebió de su café.
— No son mis hermanos. — Bufó, desviando la vista hacia el suelo.
— Jeno, vine a arreglar las cosas contigo, podrías poner un poco de tu parte. — Se quejó el mayor.
— ¿No crees que es un poco tarde para eso? Lo único que has hecho bien es permitirme venir a la universidad aquí y pagar mi carrera. Nunca comprendiste qué es lo que realmente necesitaba de ti luego de lo de mamá. Jamás me diste el amor que ella me dió y jamás lo harás. — Su mente se nubló, quería gritar tantas cosas, pero gritar en público sería incómodo. — Tú formaste tu familia e hiciste tu vida a tu manera sin tomarme en cuenta, yo no tengo por qué tomarte en cuenta a ti para formar la mía o elejir una pareja, ni de cómo llevar mi vida.
— Te gusta un chico, ¿no es así? — Su corazón dejó de latir por un momento, sintió como si un pesado bloque de concreto cayera sobre sus hombros. — Dimelo, no me enfadaré. Tienes razón, es tu vida y ya eres grande como para que la dirija a mi gusto, pero no te juzgaré. No estoy de acuerdo con ciertos ambitos de tu vida, como que bebas hasta no poder levantarte, pero no diré nada. Solo quiero recuperar tu confianza, te pondré límites porque eso se supone que debe hacer un buen padre, pero no quiero que me veas como tu enemigo, ni como un padre ausente. Ya perdí mucho tiempo, dejame estar en esta etapa difícil de tu vida, al menos.
Jeno apretó sus puños. — No me gusta ningún chico. Quizá acepte tu propuesta, pero quiero que quede claro que no me gusta ningún chico. — El menor se cruzó de brazos.
Jinki rió. — No me mientas, eres igual que tu madre, puedo descifrarte. Pero si no quieres contarme, está bien, solo quiero que sepas que no debes fingir ser algo que no deseas ser.
— No importa. ¿Así que ahora te haces llamar Onew? — Jeno rió.
— Mocoso burlón.
Renjun entró al departamento y Jaemin estaba haciendo todo con apuro. Lo que le molestaba a Renjun, era que Jeno debía acompañar a Jaemin y ahora no podría, y para colmo él debía hacerse cargo de Yunho. Entró al sanitario, soltando bufidos, y vió a Jaemin dentro de la bañera con el pequeño.
— ¿Cómo pasó esto? — Cuestionó Renjun.
— Todo parecía ir bien, hasta que me jalo del cabello y resbalé con toda el agua que tiró al suelo y caí a la bañera. Todo este desastre es culpa suya, hasta rompió la cadena del retrete. Habrá que cambiarla. — El castaño suspiró. — Lo bueno es que le dió sueño, así que no te hará mucho drama.
— Anda, sal de ahí y ve a cambiarte, yo me haré cargo. — Dijo el más bajito.
— Te ves tierno con ese buzo mostaza, me gusta. — Las mejillas de Renjun tomaron color. — ¿Me lo prestas?
El mayor frunció el ceñó e introdujo la cabeza del menor al agua y luego lo dejó salir. — Toca mis cosas y te cortaré las manos, bobo.
Jaemin rió y luego salió del agua, dejando al niño con Renjun. El mayor sacó al pequeño y secó su cabello, para luego buscarle ropa. Le envió un mensaje a Chenle, el menor aún guardaba su carriola de cuando era pequeño y serviría para llevar a Yunho y así acompañar a Jaemin. Estaba loco, pero realmente no quería dejar a Jaemin solo con ese violento cara de ángel, lo aborrecía y el solo hecho de pensar que sería capaz de dañar a Jaemin una vez más, hacía que lo aborreciera aún más.
Jaemin salió con un buzo rosa, unos jeans y su cabello perdectamente peinado hacia un lado en mayor cantidad y un poco del otro. Renjun tenía que morderse la lengua, aguantando todo lo que deseaba decir en ese momento. Era por su bien, sus padres no estarían de acuerdo con que pensara en algo más que no fueran sus estudios, y menos si se trataba de un chico. Jaemin tomó sus cosas, pero Renjun le siguió. Estaba dispuesto a decirle que lo acompañaría.
— Jaemin, yo... — Y en ese momento, la puerta hizo ruido.
— ¡Hola! Muevete Jaemin, se te hará tarde. — Esa voz familiar... Renjun jura que iba a golpearlo. No sabe cómo pasó, pero estaba furioso.
— Jungkook hyung...
Esto sería un problema para Renjun y Jeno.
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𝕕𝕒𝕕𝕤 𝕓𝕪 𝕒𝕔𝕔𝕚𝕕𝕖𝕟𝕥 ; 𝕟𝕠𝕞𝕚𝕟𝕣𝕖𝕟
Fiksi PenggemarJeno, Jaemin y Renjun, son tres estudiantes de universidad, los cuales comparten departamento. Simplemente no se llevan ni bien, ni mal, mantienen un trato muy limitado entre ellos. Sin embargo, un paquete desconocido pondrá sus mundos patas arriba...