Capítulo 8

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— y solo estoy aquí para ver a mi hija — aclara el hombre viendo a su suegro con bastante confianza.

— ¿después de abandonarla? — pregunta el anciano desafiándolo indirectamente.

esto provoco un murmullo en la multitud. todos en contra el sujeto, quien molesto avanzó algunos pasos ignorando a los guardias, quienes no tenían la intención de enfrentársele, al menos por el momento.

— Todo lo que hice fue ir por mi hija — comienza a gritar avanzando apresurado hacia el rey — hice hasta lo imposible por recuperarla ¿sabes Acaso lo que se siente al perder a tu amada y luego a tu hija? — cuestiona ignorando gran parte de los hechos. 

El rey molesto por tal blasfemia contra él no se quedó de brazos cruzados, y avanzó rápidamente a su encuentro para propinarle un derechazo directo al rostro. el afectado no se esperaba tal acción, pues conocía al anciano por ser alguien para nada bélico. sin embargo no espero recibir explicaciones y arremetió de regreso, golpeándolo en el abdomen, encontrándose con una placa metálica que termino por lastimarle el puño. En respuesta a ello el anciano lo empujo de una patada, y aunque el tipo parecía caer para rodar sin más, se puso de pie rápidamente retrocediendo unos pasos. dada la situación, los caballeros alrededor de él se prepararon para atacar si fuera necesario.

aunque el mismo Rey parecía tener las ganas de acabar con él, pues inmediatamente tomo una lanza e intento ir hacia él para atravesarlo. el tipo inmediatamente género fuego en sus manos para contraatacar, pero los caballeros a su alrededor lo golpearon en la nuca y otros por detrás de las rodillas para obligarlo a caer de cara contra el suelo, donde lo tendrían acorralado con múltiples lanzas apuntando hacia él, mientras que ciertos ancianos se encargaron de mantener húmedas las manos del mismo, envolviéndolas en esferas de agua que se mantenían flotando. evitando así que use el fuego para lastimar al Rey.

El anciano había sido detenido por uno de sus generales, a quien también obedecían los magos de agua mencionados anteriormente.

— Permítame encargarme de él, usted cálmese, no es bueno que se altere — aconsejo el mismo, tomando el arma que el rey empuñaba.

accediendo a esto, el rey retrocede hasta su trono donde algunos ancianos lo rodean por un momento antes de que este sé dispusiera a hablar. mientras tanto, el general se acercó al tipo en el suelo, a quien observo por unos segundos.

— ¿qué habrá visto ella en ti? — se pregunta con claro tono de ironía.

esto no parece molestar al otro, quien ríe antes de contestar

— lo que cargo entre las piernas — responde siguiéndole el juego

provocando una risa momentánea en el general  antes de mostrarse molesto de repente y abofetear a su prisionero

— que gracioso... — dice volteando hacia el rey

— mi señor, nosotros nos retiramos — menciona inclinándose en reverencia antes de dar una sutil señal a sus hombresestos inmediatamente sujetaron al prisionero para desalarse con él hacia un lugar más privado según el comandante.

el monarca por su parte pidió que se lo matara, tras haber llegado a la conclusión apresurada que aquel hombre era el causante de las tragedias que se habían dado en tan poco tiempo y quería poner fin a todo ello, como si su muerte lo reconfortara, aunque realmente estaba cegado por el enojo.

— has estado fuera de la ciudad por unos días... ¿qué hacías? — preguntaba el comandanteel recluso se mantuvo en silencio mientras unos soldados lo ataban de brazos y piernas a una silla metálica, cuidando siempre de mantener sus manos sumergidas en agua.al no tener respuesta el interrogador se acerca a su prisionero, extendiendo su palma frente a el. este solo eleva la vista hacia el comandante, pero algo desvía su atención a la palma del mismo. una luz violeta se genera sobre la misma. se gira a observarlo mejor y ve ante sus ojos una llama violeta.

— como... — se pregunta un tanto confundido.— ¿creíste que serías el único con derivaciones de la magia? — pregunto el contrario, cerrando la palma y extinguiendo las llamas en el proceso.
— ¿cómo llegaste a ello? — pregunta con clara curiosidad en su rostro— supongo que de la misma manera que tú... — comenzó a explicar el hombre antes de quitarse unos brazaletes que llevaba bajo sus ropas, esto provocó cierta burla en el prisionero — no creas que esto me da la capacidad — aclara refiriéndose a los accesorios — solo lo estabiliza — agrega antes de generar una explosión de unas llamas multicolor que sacude el lugar

sin embargo las deshace casi al instante evitando daños. esto sorprende al recluso, que ya empezaba a preocuparse. el comandante vuelve a colocarse los brazaletes antes de seguir hablando

— encontré la biblioteca de Dios — menciona con bastante calma — dos veces — agrega causando nuevamente confusión en su oyente— supongo que tienes suerte — comenta el mismo, claramente en broma— parece que no lo sabes... pero el dios hijo de puta que la creo, no sé cómo, pero hizo que la biblioteca entera se mueva de un lugar a otro de forma casi aleatoria — explica el tipo mostrando sus clara frustración con el tema

—la encontraste, conseguiste algo que te gusto la primera vez, pero en la segunda ya no pudiste conseguirla y quieres que la busque por ti arriesgándome a quedarme atrapado por el resto de mis días — comenta el prisionero con un tono de ironía demasiado claro— captas rápido — responde siguiéndole la broma — pero no es tanto —

de pronto es interrumpido por un guardia del exterior que había llegado hasta el lugar con una noticia alarmante.

— Señor, un intruso se ha infiltrado — exclama bastante cansado

esto preocupa al general, que sin dudarlo deja la conversación con el recluso y se dirige al exterior ignorando al guardia en un primer momento. se desplaza rápidamente por el lugar sabiendo el camino más corto a las afueras de la edificación.

— ¿por dónde ingreso? — pregunta mientras avanza

no recibe respuesta, ni oye a alguien siguiéndolo. voltea de inmediato dándose cuenta de que se encontraba solo.

— mierda — maldice antes de volver tras sus pasos

se había dejado llevar por las palabras de aquel guardia, sabiendo que este no tendría por qué dejar su puesto e ingresar cuando tenían telepatas para comunicar lo que fuera. no tardo en llegar a donde se encontraba anteriormente, y aunque la puerta estaba cerrada, había una pequeña apertura para divisar al prisionero. lo abrió, y pudo ver que el intruso estaba hablando con su prisionero, aprovechando ello, retrocedió para tomar impulso mientras envolvía su cuerpo en destellos de rayos, al mismo tiempo que su cabello se encrespaba

The Walker and the God library - [PROYECTO MM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora