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Rayos violetas se veían desde los arbustos, en algún espacio entre los árboles entrenaban dos jóvenes poderosas. Una de ellas manejaba el aire a su favor, haciendo posible la creación de pequeños pero fuertes rayos que lanzaba contra su oponente frente a ella, con el fin de que los esquive.

—¡Apoya más tu peso en la pierna que está en el piso!...¡Exacto, bien!— Indicaba el especialista quien había estado entrenando a la hada por un par de días con nuevas técnicas.

Rosalind le había ordenado a Beatrix que le haga una pequeña evaluación a Musa, para verificar que el especialista a su cargo estuviera haciendo su trabajo.

—Bastante aceptable.— mencionó la joven que estaba supervisando, después de terminar de usar su último rayo contra una muy cansada Musa, que había satisfactoriamente esquivado todos sus hechizos —Como calentamiento está bien, ahora...

—¿Calentamiento? ¿Esto fue el calentamiento?— preguntaba indignada la hada, que apoyaba sus manos en sus rodillas agotada.

—¿Algún problem...

—Creo que fue suficiente por hoy.— la interrumpió Riven, que había visto el esfuerzo de Musa. —Hizo un buen trabajo, ¿o me lo vas a negar?

—¿Suficiente? Por favor, no seas ridículo. —Volteó a verlo Beatrix, después rodar los ojos —Esta pequeña evaluación es de las más sencillas para todo especialista.

—Ella recién lleva entrenando apenas más de una semana ¿y tú ya la llamas especia...?

—Estoy lista entonces.— interrumpió Musa, ganándose la mirada de desaprobación de Riven, la cuál ignoró.

—No, no lo estás.—el especialista hablaba firmemente, seguro de lo que decía. Conocía a Beatrix y lo mucho que podía sobrepasarse, especialmente con las Winx.

Sin importar la indicación de Riven, la pelirroja asintió para Musa, dándole a entender que tendría una última prueba. Luego se acercó al chico, jalándolo del brazo y acercándose a su oído.

—Cuidado con contradecirme, todo lo que te he prometido estará en juego, mi amor.—se podía escuchar como sonreía al terminar la oración.

Riven se soltó de su agarre y cruzó los brazos. La chica se dió vuelta para empezar de nuevo. Esta vez usó sus dos manos de las cuales ambas salieron dos rayos.

La hada no supo cómo esquivar los 4 rayos al mismo tiempo, así que sólo logró librarse de 2 pero los otros la golpearon, haciéndola perder equilibrio y caer.

—Eso fue más que suficiente.— dijo Beatrix, alzando las cejas y casi sonriendo triunfante. —Supongo que con más entrenamiento deberías estar preparada. Que fastidio decirte esto pero, tienes potencial.

—Espera, otra vez. Sé que puedo.— Musa estaba poniendose de pie de nuevo, haciendo un esfuerzo. Observó a Riven acercarse molesto, a punto de decirle algo —¡No! Riven, se que puedo controla...

—¡Basta! Si continuamos con esto y lograrás que te mate.— la regañó Riven, señalandola con su índice en signo de advertencia.— Y a tí— dirigiéndose a Beatrix —Si vas a venir a dudar de mi trabajo no vuelvas a darme este puesto. ¡Te dije muchas veces que no soy un patético profesor de haditas!— se acercó a ella de manera que solo lo escuchara ella, lo cual lamentablemente no funcionó.

—A mí tampoco me agrada esto, sé que lo intentas —susurró Beatrix y sonrió.

Lo dicho sonó más como una orden que como una comprensión. Ella odiaba aceptarlo, pero sabía que Riven había estado dudoso sobre lo que estaban haciendo con la escuela. Su comportamiento había estado más firme, como si hubiera conseguido ser algo más inteligente para tomar una postura y dejar de ser tan manipulable como antes. No podía dejar que eso pase, Riven era parte importante del plan y eso lo hacía suyo, en cierta forma.

i'm covered in you | rivusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora