Capítulo 43

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Aria

12 de Febrero – 17:01 PM

Liyue – Posada Wangshu - Piso de Xiao

Fui histérica a la montaña Aozang, pero Preservadora me recibió igualmente. Mis modales no fueron los mejores: "tienes que venir conmigo, Xiao no despierta", grité sin siquiera haber realizado un mero saludo. Quería llevarme lo mejor posible con ella, pues sabía que era importante para el adeptus y, sin embargo, perdí los papeles incluso siendo consciente de que a ella no le gustaban las intrusiones ni las faltas de educación.

Pese a ello, aceptó mis peticiones. Cuando llegamos a la Posada, yo utilicé el ascensor y ella voló hasta el balcón correcto.

-Aria: ¿Al? –me extrañó no ver a mi hermano en la habitación. No era la clase de persona que, una vez aceptado, incumplía un favor. Y menos a mí.

Escuché el ruido de la cisterna y, segundos después, Al abrió la puerta del baño. Parecía tan enfermo, que tuvo que mantenerse en el marco de la puerta para no caer.

-Aria: ¡¿Al?! –corrí hasta él.

Mientras, la bella garza se dispuso a examinar a Xiao.

-Albedo: estoy bien, no te preocupes –trató de tranquilizarme al instante, mientras sostenía su tripa con una de sus manos-. Me ha debido sentar mal el desayuno –intentó sonreír, pero quedó en un intento.

-Aria: ¿has estado vomitando? –inquirí, muy preocupada.

Le forcé a que se apoyara encima de mis hombros, y lo ayudé a llegar hasta un sofá. Lo senté y contemplé sus ahora débiles ojos azules.

-Albedo: ya estoy bien, Aria –parecía hasta mareado.

-Aria: se me están acumulando los enfermos –bromeé, procurando desahogar mi preocupación, ahora por partida doble.

De pronto, Preservadora expuso, muy seria:

-Preservadora: Xiao no está enfermo. Han apresado su alma.

-Aria: ¡¿qué?! –grité, horrorizada. No sonaba nada bien.

La garza no apartaba la vista del dormido yaksha.

-Preservadora: no es magia adeptus, ni de este mundo siquiera –explicó, muy segura de lo que estaba diciendo-. Pero quien lo está torturando, debe estar muy cerca dada la intensidad del hechizo.

La amenaza que no había tomado en serio y que a Xiao le estaba quitando el sueño, resurgió en mi ajetreado y ahora culpable corazón.

-Aria: lo están torturando... -repetí, temblorosa.

Ella asintió su pequeña cabeza.

-Preservadora: debes encontrarlo antes de que lo enloquezca –advirtió, controlando sus propias ganas de caer en la histeria.

***

Xiao

En lo hondo onírico

Salí, disparado, de aquella habitación cuando pude procesar lo que estaban haciendo. Era evidente, pero yo me quedé de nuevo petrificado ante semejante escena. Sabía que, incluso viviendo conmigo, Aria había tenido alguna vez relaciones con su hermano, pero era muy distinto verlo con mis propios ojos.

Fuera, la "Aria" que llevaba la mochila y que seguía cerca de las escaleras de la Posada, ahora se estaba dirigiendo al ascensor.

-Xiao: ¡Aria! –se escapó de mi cada vez más oscuro corazón-. No te vayas –rogué, pues la influencia de todas aquellas horribles imágenes comenzaban a influirme de forma irreparable.

Víctima de las intensas emociones y mientras corría hasta ella, yo parecía estar realmente reviviendo, incluso, aquel día en el que me abandonó.

Alcancé su brazo y la empujé contra mi pecho, donde la besé en un impulso acongojado. No obstante... sus labios me resultaron atroces.

Y volvió a desaparecer por completo. Después de haber recuperado la confianza en nuestro futuro juntos, ella de nuevo se me escapaba entre las manos.

-¿?: no me esperaba encontrarme tantos sucesos traumáticos en tu alma –reía una demoníaca voz.

Como cabía esperar, era el recién llegado huésped de la Posada que nos había estado acechando. Me observaba, altivo, desde una de las barandillas superiores.

-Xiao: ¡¿Qué demonios quieres conseguir con todo esto?! –grité, furioso y al borde de un ataque de nervios.

Entonces, se dispuso a bajar las escaleras con lentitud, sin apartarme la vista ni dejar atrás aquella actitud soberbia. Sus ojos verdes brillaban.

-Daniel: cuando despiertes, irás a matarla –dictaminó cual presagio, refiriéndose a Aria.

Fruncí el ceño.

-Xiao: debes estar loco si piensas que yo voy a intentar siquiera algo así –tenía más que claro, por muchas oscuras imágenes que me obligara a contemplar.

-Daniel: tal vez el loco acabarás siendo tú –guiñó un ojo, debía sentirse un todopoderoso-, pues esto acaba de empezar y te aseguro que empeorará, querido adeptus.

Fui a aniquilarlo, pero, al igual que las sombras de Aria, ante mi puño se esfumó como si se tratara de aire. 

El Pecado del Alquimista 3 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora