Capítulo 44

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Aria

12 de Febrero – 19:49 PM

Liyue – Posada Wangshu

Preservadora dejó todo en mis manos. Aseguró que, como su "destinada", sería la única capaz de sacarlo de aquel encantamiento y marchó. Mi hermano, en cambio, habiendo escuchado que había alguien capaz de usar semejante magia en las cercanías, se quiso quedar todo lo posible a mi lado. Sabía que no iba a ser capaz de convencerme para que me fuera a Mondsatdt, no dejando a Xiao atrás y sabiendo que podría enfrentar en la Posada al enemigo que le había hecho aquello. Necesitaba encontrarlo cuanto antes.

-Verr: no solemos aceptar a personas sospechosas en la Posada Wangshu, Aria –respondió la dueña del establecimiento, tras la recepción.

-Aria: ¡tiene que haber alguien raro, alguien que...! –gritaba, aún histérica por lo que estaba pasando.

-Albedo: alguien que se haya hospedado recientemente –terminó mi frase, con mayor capacidad de juicio.

La siempre trabajadora mujer, a la que había comunicado que podía haber alguien peligroso por las cercanías, se había mostrado más colaborativa que de costumbre. De normal, no soltaba prenda de sus clientes. No obstante, yo venía en nombre del Cazador de Demonios.

-Verr: recientemente ha llegado un famoso modelo –informó, pensativa.

-Aria: no creo que un modelo... -iba a descartarlo al instante.

Pero mi hermano continuó con aquel hilo.

-Albedo: ¿quién es? –preguntó, serio.

Ella miró hacia el comedor que se hallaba junto a la cocina y señaló a un hombre en concreto.

***

Albedo

12 de Febrero – 19:58 PM

Liyue – Posada Wangshu

Lo más probable es que hubiera sido una persona que se hubiera acercado hacía poco a ellos, por ello pregunté por clientes que se hubieran hospedado recientemente en el lugar. Al fin y al cabo, era el planteamiento perfecto para realizar aquella argucia. Así, podía estar cerca de sus víctimas y, además, tener un refugio donde esconderse (su propia habitación).

-Aria: ¿estamos acaso jugando a detectives, Al? –preguntó, tras dejar escapar un largo suspiro.

-Albedo: es lo que debemos hacer si queremos dar con la persona idónea –dada las circunstancias, yo ya estaba metido en aquel asunto de lleno y ya no tenía otra opción que intentar solucionarlo cuanto antes.

Odiaba a Xiao, pero era importante para Aria y, además, su matrimonio era necesario para que no regresara a su régimen de esclavitud y para que... yo no me lanzara sobre ella.

-Aria: pero yo no quiero ser Watson –replicó, ofendida, tras ver cómo había acabado tomando la dirección.

Me fue inevitable no soltar una carcajada. "¿En serio estaba pensando en eso ahora?", me preguntaba, deduciendo que era su forma de soportar la tensión.

-Albedo: no creo que Doyle pensara en alguien tan emocional cuando describió a Holmes –bromeé.

-Aria: oh, entonces tú tampoco encajas en el perfil –trató de picarme.

Bajamos por las escaleras hacia la cocina, donde, en aquellas pocas mesas, sólo se encontraba el modelo en cuestión.

Lo reconocí al instante. No se me quedaban grabadas los rostros con los que interaccionaba, pero él, por algún motivo que desconocía, se había quedado en mi retina. Tal vez porque no era habitual ver a alguien eligiendo libros sobre otros mundos para leer. Era una tontería, porque podía ser simple curiosidad, pero era una pequeña observación a tener en cuenta dado que la magia en cuestión era también de otro mundo.

No iba a ser fácil acercarse a hablar con aquel tipo sin tener un motivo, pero confiaba en las buenas artes de mi hermana. Sabía socializar mucho mejor que yo (bueno, cualquiera lo haría mejor que yo).

-Aria: ¡¿eres el modelo Daniel de la revista Oshelda?! –gritó a pocos metros de él, sorprendiéndome su perfecta actuación. Apenas había conseguido hacía unos minutos esos dos datos de Verr-. ¡Tenía tantas ganas de conocerte!

Mi hermana, sin pensarlo dos veces, tomó una silla cerca de él y tomó asiento, presta a quedarse un buen rato.

De alguna forma, el modelo de castaño cabello no pareció sorprenderle aquella intrusión. Pareció incluso haber estado esperándola pacientemente.

-Daniel: juraría que has pasado varias veces cerca de mí por la Posada y ni te habías fijado en quién era hasta ahora –exhibió una sonrisa extraña. Diría que había malicia en él, pero sabía cómo ocultarlo tras una mirada amable.

Aquello podía ser un problema.

-Aria: porque siempre voy por ahí pensando en otras cosas –fingió un suspiro de abatimiento-. Pero ahora tengo tiempo para conocerte.

Logró evitar, fácilmente, la pequeña incoherencia que él había establecido.

-Daniel: ¿tú no vas a tomar asiento? –sonrió, diplomático, al verme aún de pie.

Yo, simplemente, así lo hice sin pronunciar palabra. No quería estropear los grandes esfuerzos de mi hermana.

-Daniel: cumpliste tu promesa de devolver el libro al día siguiente, te lo agradezco –su amabilidad me era gélida.

-Albedo: te agradezco habérmelo prestado en cuanto te lo pedí –debía aparentar la misma diplomacia como mínimo.

Aria levantó una ceja, confusa:

-Aria: vaya, ¿os conocíais?

-Daniel: oh, no tengo el placer de decir que lo conozco –poco a poco, comenzaba a desagradarme especialmente. Había algo raro en sus formas, en aquella también fingida sociabilidad-, pero tuvimos un breve encuentro en la biblioteca de Mondstadt.... –hizo como si estuviera pensando difícilmente en algo-. ¿Cómo se llamaba el libro? Ya ni lo recuerdo.

Él quería que yo lo pronunciara:

-Albedo: Serphiat, el planeta conquistador –respondí, aceptando su oculto desafío.

Me pareció percibir que Aria había pegado un pequeño brinco en su asiento.

"Sí, tiene que ser él", cada vez tenía más claro. Por unos minutos, nos analizamos mutuamente. Yo trataba de ahondar en sus intenciones, mientras él se jactaba de su opacidad.

-Daniel: y vuestros nombres...

-Aria: oh, debí presentarnos adecuadamente –rió, avergonzada-. Yo soy Aria y él es mi hermano Albedo.

Y, de pronto, hubo una brecha en las controladas y soberbias emociones de aquel joven.

-Daniel: ¿hermano? –replicó. Pareció incluso ofendido al respecto.

-Albedo: sí, soy su hermano –insistí en aumentar aquella sobrevenida tensión, para examinar más su ahora natural reacción.

Pero, rápidamente, regresó a su perfecta actuación.

-Daniel: vaya, no os parecéis mucho –fingió unas carcajadas.

El Pecado del Alquimista 3 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora