En la oficina de Jude, Sting hablaba:
- Quiero casarme con Lucy, he venido para pedirle su permiso.- Sting estaba decidido. Notó como Jude no le había quitado un ojo de encima, no siquiera había pestañado, eso lo hizo sentir un poco nervioso.
Jude suspiró y cerró los ojos por unos momentos, evaluando la situación.
- Sting, estoy seguro que no quieres que Lucy salga lastimada de nuevo, y como resultaron las cosas con Natsu...
- Apenas le estoy pidiendo su permiso, la decisión será solamente de ella, y si dice que no, me rendiré.- El rubio se estremeció un poco al pensar en la posibilidad que Lucy le dijera que no, no era tan difícil de creer, ella había pasado por mucho y no tenían mucho tiempo de conocerse.
- Aún así, no estoy seguro...- Hubo una larga pausa y Jude finalmente habló - Te daré mi bendición, pero si llegas a lastimar a Lucy, te cazaré por aire, mar y tierra, eso tenlo por seguro.- Sting sintió escalofríos, pero no había nada que temer, nunca le haría nada malo a su rubia.
- Gracias.- Jude le respondió con una sonrisa. Y Sting se retiró.
Creo que no me arrepentiré pensó Jude.
***
Para cuando Jude y Sting hablaban, Lucy ya había caído profundamente dormida.
***
Era de madrugada, Sting no pudo dormir, se visitó rápido y se dirigió a la calle, con el dinero que había recibido podía comprar el anillo para Lucy. Estaba feliz, casi se le podía ver dando saltitos por la calle.
Ya eran las nueve y media, el rubio había entrado a ya varias joyerias pero ningún anillo le llamó la atención.
Se sentó en una banca del parque y suspiró. Vió a dos niños jugando, deberían tener unos diez años, reían, corrían, se empujaban. El rubio sonrió, buenos recuerdos... Pero notó algo brillaba en sus cuellos, collares de mejores amigos...¡Eso es!
Espero que el señor que hizo los collares siga en el mismo lugar...
Antes de que se levantara, se detuvo a contemplar como jugaban los niños una vez más, pero la niña cayó y se golpeó la rodilla, antes de que Sting pudiera reaccionar, el niño la ayudó a levantarse y la cargó en su espalda.
Él lo tiene todo bajo control...sonrió para sí.
***
El rubio tardó un par de horas en encontrar aquella tienda donde había mandado hacer dos collares para él y Lucy. Cuando llegó, la tienda parecía una ruína, a punto de caerse, vieja... Sting tragó saliva y entró.
Al entrar sonó una campana que anunciaba la llegada de un cliente, no tardó mucho para que una joven saliera, era alta, de piel pálida, descuidada y tenía un semblante triste.
- ¿En qué le puedo ayudarle?- se notava que la joven intentaba mantener un tono feliz pero no lo conseguía.
- Estoy buscando al señor que manejaba esta tienda hace años, aunque sigue siendo una joyería, ¿sabría decirme dónde lo puedo encontrar?
La muchacha bajó la cabeza.
- Lo siento, mi tío murió hace unos meses- su voz se hacía cada vez más díficil de escuchar.
Sting no sabía que decir, esperaba realmente encontrarlo ahí, con la misma sonrisa despreocupada, Aquel viejo....¿y aqhora qué?
- Realmente lo siento, la última vez que vine, tu tío me ayudó a hacer unos collares con imán, fue ya hace mucho...
La cara de la joven se iluminó.
- Podría ser que...¿tu eras aquel niño rubio que le pidió algo único para la niña que le gustaba?
- Eh.. si.- ¿Cómo sabía ella? ¡Le dije al viejo que era un secreto! pensó Sting sonrojado.
- ¡Oh! ¿Estás aquí para buscar un anillo tal vez?- la joven estaba más emocionada.
- Si, pero quería pedirle a tu tío que hiciera algo especial, como la última vez, veo que no podré pedírselo...
- ¡Si, si, si!- Sting vió a la joven, daba saltitos como loca.-¡Espera aquí, no te muevas!- gritaba mientras corría.
El rubio no sabía que pasaba. Después de unos minutos, la muchacha regresó, cubierta de polvo.
- Lo sabía- repetía feliz con voz entrecortada por la corrida. Hizo una pausa para respirar hondo.- Verás, mi tío me contó de ti, dijo que vió algo en ti, estaba seguro de que regresarías algún día, por lo que dejó esto- dijo entregando una caja bellamente adornada color vino a Sting. La muchacha esperaba paciente a que Sting abriera la caja.
Nunca dejas de sorprenderme, viejo...
La caja tenía un anillo con un diamante, un anillo de compromiso, Sting rió, rió a carcajadas.
- ¡Tu tío era todo un personaje! Me sorprendió hasta el final...
- Si... ¿Y dime, es la misma chica a la que le regaste el collar?
- Si.- Sting sonrió, ya quería ver la cara de Lucy, esperaba que no le rechazara... - ¿Cuanto le debo por el anillo?- La muchacha lo miró sorprendida.
- Nada.- dijo sonriente.- Mi tío sería feliz sólo con ver que regresó por su anillo...
- ¿Nada? ¿Cómo que nada si esto es más que especial? El trabajo de tu tío es muy especial, me ayudó mucho, ¿lo sabes, no?
- Si ese es el caso, pague lo que usted quiera.
- Muy bien entonces.- Sting sacó su billetera y le dió todo el dinero que tenía en ella.
- ¡No, no! Esto es demasiado, no puedo aceptarlo.
- Usted me dijo que pagara lo que quisiera. Así que ahí está, además, le ayudará para continuar el trabajo de su tío, no hay nadie, de entre todas las joyerías a las que fuí que siquiera se acerque a sus trabajos. Por favor, acéptelo.- Sting no iba a aceptar un no como respuesta.
La joven suspiró y sonrió.
- Eres exactamente como mi tío te describió- rió.
Sting sonrió.
-Estoy segura que ella no te rechazará. ¡Esfuérzate!
- Muchas gracias. ¡Ahh! Por cierto, serás invitada a la boda, si es que ella me acepta.
Con eso, se despidieron.
En la tienda, la joven rompió a llanto.
- Tío, ojalá hayas visto eso, tu trabajo unirá a más personas. Definitivamente continuaré tu trabajo.
***
No puedo esperar a ver como reacciona Lucy...
Sting no dejaba de sonreír, caminaba tranquilamente camino hacia casa de Lucy, era ya hora de comer.
Faltaban unas cuantas calles para cruzar cuando el mundo de Sting desapareció por un instante, antes de desmayarse por el golpe, alcanzó a ver una sombra.
- Sabía que eras tú, te reconocería en cualquier lugar Sting, mírate todo de traje y con esa cara bonita tuya...- dijo la sombra de forma burlona.
- N-no...- el rubio no pudo terminar su frase, fue golpeado en la cabeza nuevamente. ¿Por que ahora? Después de tanto tiempo, me encontró...
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Woooooah, hace tiempo que no escribía, lo siento!! Muchísima tarea, con decirles que sólo la tarea de una materia me llevó 9 horas... ._. pero quería ser ingeniera, ya que.
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¿Que les está pareciendo?
Un abrazo, CarolCM0 :9
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Destinos entrelazados
Fanfiction24 de Diciembre: En esa fría noche de diciembre yacían dos rubios ahogando sus penas en el bar "Magnolia", sin embargo la tristeza se aleja de ellos cuando el destino interfiere...