Sting se sentía pesado, no quiería despertar. Poco a poco recuperaba la consciencia, le dolía la cabeza.
- ¡Ooh! ¿Qué tal has dormido bello durmiente?- esa voz....Creí y esperaba nunca más volverla a escuchar.
El rubio se intentó mover, pero se deparó con el hecho de estar atado a una silla. Sus ojos comenzaban a acostumbrarse a la mala iluminación del lugar. Parecía un sótano descuidado, y olía muy mal, como si fuera parte del drenaje. La imagen de aquella persona que nunca creyó volver a ver estaba tan clara delante de él que Sting aguantó la respiración, quería que fuese un sueño, ¿por qué mis fantasmas no me dejan? Pensé que ya los había superado.
- C-cristopher ¿eres tú?- su garganta estaba seca, le dolía hablar. Pero tenía que recibir una respuesta, Sting buscaba por un "no". Aquella persona arqueó una ceja.
- Ya veo que no me has olvidado...- rió macabramente - Me alegra. Pero, Sting, verás,- hablaba mientras caminaba al rededor del rubio - después de que nos abandonaste el "orfanato", si es que le puedes llamar orfanato a esa casa maloliente infestada de niños ladrones, se vino abajo, un día la policía entró y dijo que alguien había hecho un llamado denunciando el abuso a los niños. El dueño fue mandado a la cárcel, y nosotros...A nosotros nos llevaron al reformatorio. - su mirada se oscureció- Y yo que creía que no había nada peor que el orfanato.
Sting escuchaba, Cristopher había hecho una pausa, así que decidió hablar:
- Yo no fui quien habló, aún así siento lo que tuvieron que pasar, de verd- el rubio fue golpeado con un bate en el estómago. Lo único que Sting notó que había cambiado en Cristopher era su mirada, ahora era más fría y vengativa. No sé como vaya a resultar ésto.
- ¿Quién te dijo que hablaras maldito? Yo sé que fuiste tú, y no me importa tu lástima. - golpeó el bate contra el suelo. Se aclaró la garganta - En fin, como decía, tú has sido el responsable de mi desgracia por lo que te he estado buscando desde aquel día. Y casi por milagro encontré como herirte...- una sonrisa crecia al mismo tiempo que los Sting se tornaba pálido.- Tráiganla.- Otros dos hombres arrastraron la silla.
No...¡No, maldición! ¡Lucy!
Lucy estaba atada también a una silla, su ropa estaba maltratada y sucia. En el momento en que ella lo vió, comenzó a llorar, quería decirle algo pero tenía la boca tapada.
- ¿No es una hermosura?- dijo tomando el rostro de Lucy- Hoy cuando no regresaste, la pobre fue a buscarte pero nosotros la encontramos primero.
- ¡Suéltala desgraciado!
- Aah ¿He tocado un nervio? -se notaba que Cristopher se divertía con la situación- Pero, sabes, hasta hace poco no sabíamos donde estabas, nos contactó un pelirosado. - al oír esa palabra, los dos rubios pensaron Natsu -¿No es genial? Nos pagó por hacer todo para herirlos y nos dió toda la información que necesitábamos. No sé cuál fue su historia y no me importa, finalmente me vengaré.
- ¡Vengate de mi, pero a ella déjala libre! No te ha hecho nada. - Cristopher se pasó una mano por el cabello y se rió a carcajadas, como si le hubiesen dicho lo más gracioso del mundo, le faltaba aire de tanto reír, poco a poco su risa cesó.
- ¡Para, me matas! ¿Piensas que la dejaré ir con su papi? Además, tengo la responsabilidad moral de cumplir por lo que se me pagó.
Sting apretó los puños. No hay manera de evitar la fuerza con ellos.
Aún así el rubio quería razonar con ellos.
- Te lo pido, si necesitas dinero te lo daré pero n- nuevamente Sting fue interrumpido por un golpe al estómago que le hizo escupir sangre, debía tener al menos dos costillas rotas.
- No tienes idea de que vivo me siento.
Lucy lloraba, no sabía que hacer. Cristopher se giró hacia Lucy.
- Princesa no llore, ¿puede ver que su príncipe es un cobarde inútil?- tomó el rostro de Lucy, exponiéndolo a Sting- Una cara tan bonita no debe ser manchada con lágrimas, déjame quitártelas. - Cristohper lamió el rostro de Lucy, quién estab petrificada y horrorizada. - Fresas y vainilla ¿Cómo sabías que son mis favoritas?- él seguía con su macabra sonrisa, pero estaba tan distraído con Lucy que por un momento se olvidó de Sting.
El rubio logró quitrse las cuerdas de las manos y tan rápido como un rayo ya estaba totalmente libre, colocando su puño en la cara de Cristopher que atontado cayó al suelo y torpemente se levantaba mientras se limpiaba la boca con sangre. Sting logró golpear a los otros dos antes de que Cristopher se recuperara del todo, dejándolos inconscientes.
Su objetivo era Cristopher, y no se contendría. ¡Lo mataré!
Lucy vió que no muy lejos de ella, estaba un cuchillo viejo de uno de los cómplices, intentaba alcanzarlo pero la silla se lo impedía, así que se lanzó hacia un lado quebrando la silla. Una vez en el suelo, Lucy vió sangre, era de...¿ella?, tal vez era por la adrenalina que no lo había notado, no le imoprtó, de todos modos no dolía aún. Corrió por el cuchillo, cuando lo sostuvo se dió cuenta de que temblaba.
Olvídate de eso Lucy, tienes que ayudar a Sting.
En cuanto se giró hacia Sting, vió que éste estaba encima de Cristopher soltándole puñetazos como una máquina imparable, tenía los puños con sangre.
¿Lo...lo va a matar? El pánico corría por las venas de la rubia.
Las piernas de Lucy se movían solas hacia Sting. Cuando llegó donde el rubio, le detuvo el puño, lo giró y se colocó frente a él. Los ojos de Sting estaban vacios, intentaba soltarse, quería seguir golpeando. Lucy vió a Cristopher, estaba inconsciente, o eso esperaba. Lucy le tomó por la barbilla a Sting, obligándole a mirarla y lo abrazó, pasaron unos segundos hasta que la rubio sintió el cuerpo de Sting relajarse y le devolvió el abrazo.
- Siempre me estás salvando...- le susurró Sting a Lucy - Gracias.
Lucy lo veía exactamente al contrario.
Se escucharon unos golpes contra la puerta metálica. Ambos rubios se prepararon para lo que viniera, a pesar de las heridas. La puerta cayó...
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Destinos entrelazados
Fanfic24 de Diciembre: En esa fría noche de diciembre yacían dos rubios ahogando sus penas en el bar "Magnolia", sin embargo la tristeza se aleja de ellos cuando el destino interfiere...