✿ Lluvia ✿ 2/2
Por otro lado, en la casa del chileno se encontraban el dueño de la casa con uno de sus mejores amigos y vecino, Argentina.
-Che ¿y que onda con Canadá?- Le preguntó el argentino a Chile mientras le pasaba el mate que estaban tomando.
-¿A qué te refieres?- Preguntó ya que no había entendido la pregunta, o eso quiso darle a entender al otro país.
-Bueno...vi que últimamente pasan mucho tiempo juntos.-Se explicó Argentina.
-¿Y eso que tiene de malo? Somos buenos amigos.- respondió para después tomar la bebida que le había pasado antes, sin querer verlo a la cara.
-¿Solo amigos? ¿estás seguro?- Preguntó curioso.
-...¿A qué quieres llegar, Arge?- pregunto directamente el chileno. Cuando argentina molestaba mucho con un tema siempre quería escuchar algo.
-Sabes bien a lo que quiero llegar, te gusta Canadá ¿no?- Le pregunto con una sonrisa.
-No me gusta Canadá wn.- le respondió rápido un poco nervioso.
-Aja, y yo no soy orgulloso.- Le dijo sarcásticamente sin creerle al chileno.
-No me gusta... si admito que es bastante tierno y que me gusta mucho pasar tiempo con él y que también él se porta muy tierno conmigo y me hace feliz, pero... -Trato de explicarle sin darse cuenta de todo lo que decía acerca del canadiense.
-Después de decirme todo esto ¿todavía me vas a negar que te gusta? .- Dijo riendo un poco.
-No, no me gusta Canadá.- le dijo aunque fue más para convencerse a sí mismo.
-¿Cuánto tiempo más pensas seguirte mintiendo?- Le preguntó el argentino luego de soltar un suspiro al ver como Chile no se daba cuenta de lo que sentía.
-No sé, lo suficiente para que desaparezca cualquier sentimiento por él...- Le respondió un poco decaído y en tono bajo.
-¡lo sabía! Si te gusta.- Dijo feliz el argentino.- ¿pero porque no queres terminar de aceptarlo? Canadá es un buen chico y se nota que también te quiere mucho.
-Ya sabía que Canadá gusta de mi pero no estoy listo. No quiero quiero salir con él y que después de un tiempo me termine lastimando como pasó antes...- le explicó el chileno recordando los desastres amorosos que tuvo en el pasado. No quería arriesgarse a salir lastimado de nuevo de otra relación.
-Pero capaz con Canadá sea diferente.- Intentó animar al argentino.
-¿Y si no lo es y se aburre de mí después de un tiempo como pasó con los demás?
-¿Y si no es así? ¿Y si de verdad te quiere y estás perdiendo a una gran persona solo por tu inseguridad?- Le dijo intentando hacer entrar en razón al chileno.
El chileno estaba por responder, pero antes de poder hacerlo se escuchó como alguien tocaba el timbre de la casa.
Chile se levantó de la mesa y caminó hasta la puerta de entrada abriéndola directamente, encontrando al canadiense parado frente a él.
-Canadá...- lo nombró el dueño de la casa viendo un poco sorprendido al norteamericano. No le había avisado que iba a ir a visitarlo ese día.
-Hola ¿cómo estás?- Preguntó algo nervioso el canadiense.-Perdón por venir sin avisar ¿llegó en mal momento? Puedo irme y regresar más tarde u otro día.- le dijo luego de ver la cara nerviosa del chileno.
-Tu nunca serias una molestia para mi Can.- le dijo con una sonrisa pequeña. - ¿Qué es eso?- preguntó notando lo que tenía en la mano Canadá.
- Es para tí...- Le respondió enseñándole el ramo que había preparado para él.-Digo, me pareció que quedaría bien en tu la sala o la cocina.- Dijo nervioso rascando su nuca con una sonrisa.
