Lover Blue ft. Tom×Sonic

🌌)) Quédate ❞

El cobalto se encontraba sentado junto a su nuevo amigo, Tom Wachoski o bien, mejor conocido como Lord Dona.    

Ambos se encontraban sentados en el sofá, viendo una de las nuevas películas favoritas del erizo, al parecer trataba sobre los viajes en el tiempo y las paradojas que éstas podían provocar.

El de orbes esmeraldas se encontraba acurrucado en el pecho del humano, era de esas contadas ocasiones en las que podían estar así, calmados, en paz, solo ellos dos.

— ¡Tom! —Llamó la morena desde la cocina.— ¡Cielo! ¿Puedes venir un momento? 

Fue hermoso mientras duró.

El menor bajó sus orejas mientras fruncía el ceño, ¿En serio? ¿Justo ahora?

— ¡Voy! —Respondió el de cabellos avellana para acto seguido mirar a Sonic.— Volveré en un momento ¿Sí?

— Mientes... —Murmuró entre dientes el cobalto.

— ¿Perdón?

— ¡Que siempre mientes! —Dijo, notablemente enojado.— No falla, siempre que estamos juntos llega algo o alguien y nos tenemos que separar ¡Y no es justo!

— Sonic, ¿De qué estás hablando? —Preguntó Tom, confundido.— Yo nunca falto a mis promesas.

— Claro que lo haces. —Respondió, mientras reprimia las lágrimas.— ¿Por qué eres así?... ¿Por qué nunca podemos terminar de ver una sola película?

— Sonic, yo...

— ¡¡Tom!! —Llamó nuevamente Maddie, desesperada.— ¡Ven! ¡Es urgente!

— ¡Ya te oí, cielo! —Replicó mientras se levantaba del sofá, dejando al antropomorfico solo.

Sonic odiaba que Tom lo dejara solo, pero no podía hacer nada, Maddie era su esposa y no había nada para evitarlo.
Si bien no tenía nada en contra de la morena, solo no le gustaba que el humano le prestara más atención a ella, ya que eso le hacía sentir solo.

Suspiró pesadamente, tomó el control de la televisión, pausó la película y salió de la plataforma para así acceder a la televisión por cable. Bien sabía que Tom no volvería a él en lo que quedaba del día, así que debía entretenerse con algo más en la televisión.

— Yo solo quería que te quedaras hasta el final de la película, conmigo. —Murmuró, mientras unas cuantas chispas emanaban de él.