🔥12♥️

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Buenas noches...

Antes de empezar, recordemos que J Hope mató a Jisoo 🙃

Antes de empezar, recordemos que J Hope mató a Jisoo 🙃

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Bueno, ahora sí comencemos.

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Ya había dejado de contar los días, pero era consciente de que el tiempo no se había detenido. Cada día, y podía asegurar de que siempre a la misma hora, ese Beta iba a interrogarla. Le repetía las mismas preguntas una y otra vez, esperando respuestas, mientras los otros agentes o él mismo la torturaban. Sin embargo, su plan no era callarse por siempre.

Ya había adelantado un poco de lo que sabía. Le había dado la pista sobre el Alfa de Solar, Gucci Gang, esperando que esa estúpida revelara todo lo que le faltaba escupir. Y, al parecer, había dado resultado. Todo iba de acuerdo al plan de Kitty, una estrategia muy bien planeada, si es apropiado decirlo.

—Siete días, Jihyo. Ya tengo todo casi listo —escuchó en su cabeza—. Agust está aquí, se ha unido a nosotros, así que he modificado un poco la estrategia, pero los resultados serán los mismos.

—Algo me dice que ahora él será tu peón. ¿Estoy en lo cierto?

—Sí —se tomó un poco para responder—. Él tomará el lugar de X. Será nuestra cabeza en la Policía Secreta.

—Excelente. —Sonrió. —Mmm... Pero ¿eso no cambiaría mi discurso?

—No te preocupes. Tan solo di lo mismo que acordamos antes. Debes convencerlo. —Escuchó una insensible risita. —Un hombre que duda siempre es débil... Y eso es lo que quiero, quiero al jefe de toda la Policía Secreta débil. ¿Entendido?

—Sí, señor. —Amplió su sonrisa, aunque le dolía mover sus labios. —Atento y claro —susurró luego de que Kitty se desconectara de la comunicación.

Entonces, escuchó el click de la puerta. Era la hora, J Hope había llegado.

—Voy a confesar —le dijo con cuidado, pues no le quedaba suficiente energía como para hablar rápido—, pero no contigo. Quiero ver a X.

—¡¿Qué acabas de decir?! —exclamó el pelirrojo completamente sorprendido.

—Hablaré. Llévame con X.

La frialdad con la que Jihyo articuló esas palabras fue más que suficiente para moverlo. Llamó a unos agentes de confianza y les ordenó que prepararan una reunión entre la prisionera y el jefe. Luego, pidió que el equipo de enfermería y los mejor capacitados en seguridad fueran para limpiarla, curar sus incontables heridas y darle algunos medicamentos para el dolor.

Por su parte, la Omega estaba extasiada. Al fin estaba dejando el silencio para dar acción al plan, su parte favorita. Ya había soportado tanto, humillaciones y violencia, que disfrutaría cada momento de su venganza, cada minúsculo momento.

—No puedo creer que esto esté pasando —susurró un Omega castaño, quien yacía sobre una cama de tres plazas.

—Yo tampoco —le contestó una voz gruesa y sensual.

Killer y Gucci se encontraban en la habitación de un hotel, algo borrachos mas aún conscientes de sus decisiones. Ambos estaban sonrojados, casi desnudos y con los labios hinchados. Sin duda, una chispa se había prendido luego de la cena ligera que tuvieron, un nuevo tipo de hambre, ganas por un postre.

El aroma a lluvia y pinos del Alfa, y el embriagante dulce de su acompañante no combinaban, pero eso no impedía que sus cuerpos se llamaran a gritos. Sabían que el destino no los había unido, mas eso era lo de menos, ya que estaban seguros de que tomaban la mejor decisión. A veces, es bueno ser un poco egoístas.

Gucci volvió a besarlo con pasión, así como hizo en el ascensor, antes de que sus prendas fueran retiradas, saboreando cada rincón de su boca. Ambos disfrutaron del húmedo contacto de sus lenguas, las que bailaban a un ritmo sucio, que solo aumentaba la temperatura en sus cuerpos.

El Alfa león mordió ligeramente el belfo inferior del osito, causándole un leve gemido. Luego, llevó sus manos a ese suave trasero que tanto lo ponía. Así, lo acarició sin pudor sobre sus bóxers. Realmente amaba ese cuerpo, era perfecto. Entonces, sin perder el tiempo, le quitó esa última prenda para dejarlo por completo a su merced. Sin embargo, también fue desnudado. El Omega tampoco perdía el tiempo.

Después de unos jugueteos, en los que ambos besaron y tocaron la piel ajena, provacándose y disfrutándose, se dieron cuenta de lo mucho que se habían deseado. Cada uno acarició las zonas más adictivas del otro, lamiendo, mordiendo y chupando, generando una melodía erótica que guiaba sus deseos.

—Dame todo... —dijo Killer con la voz entrecortada— Te quiero dentro de mí...

Gucci no se hizo esperar y metió dos dedos en el interior no tan apretado del castaño, pues ya se encontraba bastante húmedo.

—Listo para mí —le susurró con la voz ronca, sacándole un melodioso gemido.

Se acercó y lo sujetó firmemente de las caderas, luego entró en él. Inició un movimiento lento y pausado, para acostumbrarlo, aunque eso no duró mucho. Unos segundos después, ya estaba penetrándolo con más rapidez y fuerza. Era tan brusco que dejaba sin aliento, mas no lo suficiente como para dañar, era el ritmo perfecto.

Uno de los mafiosos más temidos de Asia estaba siendo un desastre, en el "buen sentido". No podía controlar sus gemidos agudos, tenía el cuerpo empapado de sudor y el cabello despeinado. Sin embargo, su belleza etérea nunca se esfumó.

Todo el cuarto estaba lleno de gemidos, gruñidos, gritos y de ese característico olor a sexo. Y continúo así, hasta que Gucci se corrió dentro de esa deliciosa entrada y, momentos después, Killer también lo hizo.

—Increíble... —susurró el Omega.

—¿Segunda ronda?

—Dale.

En el próximo capítulo, habrá Yoonmin, nsp.

Cuídense!

• CAZANDO A KITTY GANG: el final • [Dki/Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora