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Espero que les guste y... lo siento.
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La decoración blanca y dorada se lucía en el gran salón del castillo que le pertenecía a la familia de Kitty desde hace varias generaciones. Las rosas blancas, los jarrones de oro, los velos brillantes de seda, todo creaba un escenario digno para la boda del Omega más poderoso de Asia.
El castillo estaba ubicado en España, en el centro de las tierras de la familia Park. Ahí, años atrás, Park Jimin permitió que el odio se apoderase de su corazón. Aquella noche, frente al fuego, nació su verdadero ser: Kitty Gang.
Sin embargo, había regresado para hacer todo lo contrario, para entregar su corazón al amor. Había viajado junto con sus amigos más cercanos y su Alfa para celebrar su unión. Serían nombrados Alfa y Omega, y conocería el verdadero nombre de su amado.
—¡Kitty! —lo llamó Killer, entrando a la habitación en la que lo estaban maquillando.
El oso vestía un traje de color chocolate, el cual combinaba con su cabello y resaltaba sus ojos. Lucía muy alegre, dichoso, como si la boda no fuese de sus aliados, sino suya.
—¿Sí?
—Ya es la hora. —Sonrió liberando su aroma a helado mocca y pisco. —Agust te está esperando.
Ahí estaba otra vez, ese brillo tan bonito en su ser. Kitty no lo entendía, nunca había visto a alguien así.
—¿Por qué tan feliz? —le preguntó.
—Porque... —Amplió su sonrisa, como si todo fuese maravilloso. —Mira. —Alzó su mano, mostrándole un anillo en su dedo índice. —Gucci me pidió matrimonio.
Si se lo hubiese dicho meses atrás, no lo hubiera creído. Sin embargo, había visto por su cuenta cómo el amor nació en ellos. Gucci, su querido amigo Taehyung, realmente se había enamorado de Killer Prince. Siempre sonreían cuando estaban juntos, se trataban con respeto y arreglaban sus problemas con tranquilidad. Eran el ejemplo de una pareja perfecta... de cierta forma los envidiaba.
—¡Felicidades! —exclamó levantándose de la silla, pues al fin habían terminado su maquillaje— Les deseo lo mejor.
—Gracias, pero, cariño, ahora es tu momento. —Tomó sus manos. —Luces como un príncipe en este terno rosa crepe. Y con este cabello rubio... —Sujetó un rulito. —eres simplemente perfecto.
Era cierto, lucía precioso, aunque no se sentía como él, era como estar en el cuerpo de alguien más. Había pasado un mes desde que le tiñeron para engañar a los novatos de la Policía Secreta, pero no acababa de acostumbrarse. Además, lo suyo no eran los colores delicados, sino los vibrantes. Tal vez, lo mejor sería volver al rosado y ponerse su propia ropa lo más pronto posible.
—Gracias.
—Bien, ahora bajemos que tu Alfa espera.
Agust lo esperaba en el altar al lado del juez de paz y Gucci, el padrino de la boda. Estaba tan emocionado. Al fin se casaría con el amor de su vida y lo haría el hombre más feliz de la tierra. Lo amaría en la salud y en la enfermedad y criarían a sus hijos juntos. Ya no podía esperar más.
Entonces, cuando lo vio llegar junto con Killer Prince, se sintió aliviado. El momento había llegado.
—Es momento de que digan sus votos —dijo el juez luego de que terminara la parte aburrida de la ceremonia.
Ambos se miraron a los ojos, dándose cuenta de que estaban tomando la mejor decisión de sus vidas. Realmente se amaban.
—Yo, Min Yoongi, prometo amarte y respetarte. Prometo hacerte feliz cada día de tu vida. Prometo darte razones para nunca dejarme y, si en algún momento incumplo, haré hasta lo imposible para recuperarte. —Sonrió. —Te amo tanto que me encargaré de que nunca te arrepientas de escogerme. Soy tuyo ahora y siempre. —Levantó el anillo. —Te amo. —susurró y, finalmente, puso el anillo en el dedo de su Omega.
Los invitados estaban tan conmovidos que no pudieron evitar suspirar. Ellos parecían la pareja perfecta.
—Yo, Park Jimin, prometo amarte día y noche hasta el final de mis días —juró sonrojándose—. Prometo que, a partir de hoy, serás el único. Y gracias, gracias por amarme y comprender mi peculiar forma de expresar mis sentimientos. —Rio. —Eres especial y le agradezco al destino por ponerte en mi camino. Por eso, —Mostró el anillo. —te acepto como mi pareja... Te amo. —Y, así, le colocó el aro dorado en su dedo índice.
—Alfas, Omegas y Betas presentes —dijo el juez—, un aplauso para los ahora esposos Min Yoongi y Park Jimin. Pueden besarse.
Los aplausos no tardaron en llegar y los gritos de emoción tampoco. Todo era una fiesta por la pareja, quienes se besaron con completa sinceridad. Sin embargo, un pequeño ardor empezaba a aumentar en su abdomen. Por eso, cuando todos pasaron a la zona preparada para la fiesta, tuvo que excusarse unos minutos. Debía asegurarse de algo.
Subió las escaleras lo más rápido que pudo con camino hacia la biblioteca. Una vez allí, prendió la chimenea y se arrodilló en frente de ella. Necesitaba calmarse. Cerró los ojos y suspiró, una punzada en el vientre y los volvió a abrir.
—Quiero ser feliz... —susurró— Quiero a este bebé... Por favor, deja de doler.
Lamentablemente, otra punzada mucho más dolorosa golpeó su vientre.
—¡¡¡Ahh!!! —gritó.
De repente, sintió algo escurrirse entre sus piernas, mas no quería ver, no quería saber. Temía bajar la mirada y encontrarse con lo que tanto temía.
—¡¡¡Ahhh!!! —volvió a gritar. El dolor era insoportable.
Entonces, no le quedó de otra que afrontar la realidad.
—¡No! ¡¡¡No!!! —exclamó desesperado— ¡¡¡Agust!!! ¡¡¡Agust!!! ¡¡¡Mi bebé!!! ¡¡¡No!!! ¡¡¡Ayuda!!! —jadeó completamente aterrado.
El piso estaba cubierto de sangre. Era oscura y viscosa. Estaba abortando.
—¡¡¡Agust!!!
Por suerte, su voz había sido oída desde el segundo grito, así que su Alfa ya estaba a su lado, sujetándolo con fuerza. Luego, llegaron Gucci y Killer, quienes traían un botiquín de primeros auxilios, aunque eso no serviría.
—Llamaré al doctor —dijo Killer antes de salir de la biblioteca, intentando mantener la calma.
Sin embargo, ningún médico resucitaría a la criatura de tres meses que el Omega estaba perdiendo.
—Kitty —susurró Agust sin dejar de abrazarlo—, todo estará bien, todo estará bien... —le prometió antes de besar su frente.
—Tal vez —susurró el Omega—, después de todo lo que hice, ya no merezca ser feliz.
En ese momento, el Alfa se dio cuenta de lo dañado que estaba Kitty. No importaba lo mucho que se amaran, no importaba lo mucho que tuvieran, al fin y al cabo, el mundo daba vueltas. Nunca podrían vivir en paz.
FIN
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• CAZANDO A KITTY GANG: el final • [Dki/Yoonmin]
Random«Agust se dio cuenta de que había cometido un gran error: dejarlo ir. Ahora, la única solución era recuperar a Kitty Gang». •Omegaverse •Mayores de 18 •Prohibidas las adaptaciones o copias •No comparto ideas con los personajes. Solo son personajes.