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Buenas noches.
Espero que les guste el capítulo.
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Gracias.
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El sol finalmente había salido, despertando al bonito Kitty, quien tenía el cabello despeinado y los labios hinchados. Su carita estaba dormilona, adornada por un puchero y mejillas sonrosadas. En ese momento, decidió sentarse para limpiar sus lagañitas y liberar un tierno bostezo.
—Agust... —susurró al notar que eran las nueve de la mañana. Si su Alfa no regresaba a su hotel, la Policía Secreta podría empezar a sospechar, ya que podrían rastrearlo.
—¿Qué pasa? —contesta el lobo algo irritado.
—Son las nueve... —Volvió a bostezar. —Tienes que irte.
—¿Y si no quiero?
—Te pego —contestó intentando empujarlo de la cama— ¡Vete! ¡Hoy es importante!
—Pero quiero quedarme contigo.
De repente, sujetó a Kitty de la cintura para acercarlo a su cuerpo, abrazándolo como cucharita. Así, pudo olfatear de cerca aquella adictiva fragancia a chocolate blanco y mermelada de fresas. Era tan delicioso y todo suyo.
—¡Agust! —chilló Kitty todo arisco— ¡Déjame! —Intentó arañarlo.
—¡Gato malo! —le dijo Agust antes de abrazarlo con más fuerza, ubicando su nariz en esa zona especial al lado de su cuello.
—¡¡¡Gucci!!! ¡¡¡Ayuda!!! ¡¡¡Gucci!!! ¡¡¡Gucci!!!
Entonces, la puerta fue abierta rápidamente por un Alfa semidesnudo, quien tan solo estaba cubierto con una bata de baño. Además, llevaba algunas marcas rojizas sobre su pecho y cuello. Era Gucci Gang, al parecer había pasado una noche algo loca.
—¿¡¿Estás bien?!? —preguntó con preocupación.
—Agust no me suelta y ya tiene que volver a su hotel —se quejó el felino—. ¡Haz que deje de abrazarme!
—Ohhh, pero si se ven muy lindos juntos —interrumpió una nueva voz—. Kitty luce tan sumiso. —Rio.
Killer Prince había llegado a la habitación, aunque tan solo vestía un polo largo para cubrirse. Además, esos chupetones en sus piernas sugerían demasiado.
—¡Háganme caso o les arrancaré los ojos a cada uno! —gritó Kitty con furia.
En ese momento, los tres sintieron el verdadero terror. Sabían muy bien que era peligroso enfadar a ese Omega, pues su mala fama no era solo rumores, sino la habían visto en acción numerosas veces. Entonces, Agust dejó de abrazarlo para meterse a la ducha. Igualmente, Gucci decidió ayudar, así que le pasó un cambio de ropa que ya tenían preparado, mientras que Killer prefirió salir del cuarto para llamar a un taxi.
—¿Tan difícil era obedecerme desde el principio? —se burló Kitty aún sobre la cama.
—Sí —contestó Agust, quien ya estaba casi listo para irse—. Si sigues siendo tan adorable cuando despiertas, ¿cómo no querer retenerte por siempre?
Sin embargo, la verdad no solo era esa, ya que el lobo sabía qué clase de llamada recibiría. Kitty se lo había repetido casi un millón de veces. Su regreso a Seúl era importante para cumplir con el plan, tanto así que se sentía un poco abrumado. Sabía lo que tenía que hacer paso a paso, detalle a detalle, y estaba listo para no cometer ni un error. No obstante, sus dudas morales siempre estaban presentes. Sin embargo, si quería ver a su destinado feliz, haría lo que fuese, hasta ir en contra de sí mismo.
¿Quién lo diría? Hace tan solo un par de meses se estaba burlando de los que caían por el aroma de este personaje. Se había repetido que no era la gran cosa, que solo era un Omega guapo de voz dulce y cuerpo de infarto, nada más. Inclusive, intentó convencerse de que podría vivir sin él, siempre y cuando se aferrara a su juramento como policía. Sin embargo, el mundo le había demostrado lo contrario. Por eso, cuando X lo llamó y le pidió que regresara a Corea, supo que tendría que jugar para los malos.
—Lo siento, padres —murmuró observándose en el espejo—. Sé que les prometí vengarlos, pero no puedo... Lo amo demasiado... Lo siento...
Mientras tanto, cierto Beta no dejaba de quejarse con su pareja. Al parecer, odiaba que su jefe se hiciera el ciego y sordo ante una posibilidad tan peligrosa.
—Solar, es que te juro que no lo entiendo. —Se jaló el cabello con desesperación. —Se negó a la posibilidad de que Agust nos esté traicionando. ¡No lo quiere ver! No lo quiere entender.
—Bueno, es que no lo puedes obligar —comentó la Omega—. O sea, no tenemos pruebas.
—Es que nunca obtendremos pruebas... —Suspiró, pero en ese momento una gran idea se le vino a la mente. —A menos que...
—¿A menos que qué?
—A menos que la misma Jihyo lo confirme —dijo con el ceño fruncido, intentando armar una estrategia.
—Eso será difícil —añadió la rubia—. Ella es demasiado inteligente. Nunca lo delataría.
—¿Y si su vida dependiera de ello?
—¿Acaso no la han torturado lo suficiente? Creo que no le importa morir de locura o que le quemen el cerebro.
—Si te soy honesto, la Policía Secreta tiene técnicas más sucias para momentos como este. —Mordió su labio inferior, recordando esas noches de gritos y gemidos cargados de horror, desesperación, arrepentimiento, tristeza y miles de emociones indescifrables. Sin duda, le habían tocado los peores trabajos en el pasado, pero su experiencia ahora le serviría para algo. —Si no cede ante ellas, nada lo hará.
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• CAZANDO A KITTY GANG: el final • [Dki/Yoonmin]
Random«Agust se dio cuenta de que había cometido un gran error: dejarlo ir. Ahora, la única solución era recuperar a Kitty Gang». •Omegaverse •Mayores de 18 •Prohibidas las adaptaciones o copias •No comparto ideas con los personajes. Solo son personajes.