Regresando al Pasado II

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Los meses pasaron tan rapido que no me había dado cuenta.

Desde aquella vez que pisó aquella mujer mi castillo no la pude detener, madre insistió tanto en aquella alianza que a la final acepté por ella y logró dar frutos, los cazadores caían con fuerza, y el pueblo se encontraba tranquilo.

Aun no sé si retractarme de mis palabras dichas a ella, estás alianzas me han llevado a pasar mucho tiempo con la susodicha que no ha sido alguien desagradable a mis ojos. Y sus consejos fueron muy útiles para momentos de crisis.

Pero la otra cara de la moneda era mis sueños extraños que cada día eran más vividos. Los recordaba a cada momento, pero lo maravilloso de ello era lo tan tranquilo y bien que me sentía, no sabía quién era aquella persona que tomaba mi mano y sonreia a pesar que su rostro no era tan claro para mi.

Ella bailaba en las orillas de aquel lago, la luna era quién iluminaba el sitio, el viento mecía su cabellera dorada con gracia, notaba mi presencia y se acercaba con timidez hasta mi lugar.

—Principe— se acercaba depositando un beso en mi mejilla.
—Me alegra verte nuevamente.

Cada visita lo decía y producía algo en mi interior indescriptible.

—Cada noche vendré a verte.— respondía inconscientemente.

—Que bueno que sea así— tomaba mi mano haciendo que siguiera sus pasos.
—¿Como ha estado su dia hoy?

—Maravilloso ahora que te veo— ella sonreia.
—¿Algún día nos veremos que no sean por sueños?

—Los cazadores siguen en el reino, no puedo todavía dejar al pueblo.

—La alianza está para ello.— hago una pequeña fuerza en nuestras manos enlazadas para llamar su atención.

—Las alianzas con desconocidos traen desgracia.

—¿Porque lo dices?

—Llegará pronto muy buenas noticias.— me sonríe.

—Buenas noticias requiere el reino.— digo.
—Pero una buena noticia es que llegue una carta de invitación tuya a mi castillo.

—Los dioses y el destino así lo dictaran.

—Si no vienes a mi...— interrumpe.

—Tu vendrás a mi.— nuevamente se acerca depositando un beso en mi mejilla.

—Tengo pensado hacer un baile y quisiera que fueras mi acompañante.

Ella se acercó, nuestros cuerpos se extremecieron al tacto, acercó sus manos dejándolas reposar en mis hombros, empezó un suave movimiento. Comenzamos a bailar a la luz de la luna, sin necesidad de musica porque su sola cercanía y escucharla hablar eran melodía para mis oidos.

Pero la triste realidad era otra, ella no estaba presente acá frente de mi, solo otra persona de cabellos dorados y ojos peculiares quién cada día venía con la excusa de nuestra alianza, y sabía que no era solo por eso, llamaba su atención.

—Un gusto verlo nuevamente Rey San— realizaba una reverencia.

—Buenos días Helia.— le devolvía la reverencia.

—La frontera notificó que no hubieron ataques.— me informa algo que solo el jefe de la guardia real me dice.

—¿Los otros reinos?

—Grindall ha dicho que no ha recibido ataques desde que la guardia negra está allí.

—¿El reino del rey Minho?— cuestiono.

Queda un poco pensativa. Y es entonces que las palabras de aquella jóven de mis sueños resuenan en mis pensamientos.

»Las alianzas con desconocidos traen desgracia.

No sabía si me estaba advirtiendo o no, lo que si sabía es que no haría ojos ciegos a ello.

—Ningún ataque.

Y asi era cada día, una tasa de té que se volvía más dulce con el pasar de los días y mis ojos queriendo mirar de otra forma a la mujer presente aqui, pero mi corazon latiendo por la joven de mis sueños.










INFINIX [Choi San] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora