Después de que Naraku desapareciera junto con la perla de shikon, Inuyasha y los demás están en paz en la época antigua, aunque no saben si podría haber mas demonios que derrotar, así que tenían que proteger las aldeas y a las personas que habitaban...
*Años después de la batalla entre Naraku contra Inuyasha y sus amigos; la destrucción de la perla de Shikon y los demonios malignos en la época antigua, todos se encontraban en plena paz y tranquilidad, Inuyasha por fin tenía a Kagome a su lado por siempre, a pesar de que ella había dejado de ver a su familia en la época actual, aunque de repente la chica iba a visitarlos cada vez que podía ya que estaba practicando en hacer plantas medicinales para curar a los que lo necesitaban, Sango y Miroku tuvieron a sus pequeños hijos hermosos, la familia que siempre desearon ambos, Shippo entrenaba para ser un gran demonio de su raza, la anciana Kaede cuidaba de la pequeña Rin ya que Sesshomaru la dejó en la aldea para que pudiera aprender a vivir con humanos, así aprender a socializar, conocer más niños de su edad, revivir un poco su infancia que no tuvo desde que sus padres murieron, sin embargo Sesshomaru estuvo a su lado, la apartó de ese infierno que sufrió, la salvó con colmillo sagrado, ella lo siguió hasta las más terribles situaciones, todos necesitaban luchar juntos para derrotar el mal por Naraku, se sentían a salvo sin él, no más peleas, no más riesgos, no más terror ni muerte, en fin; cada quien estaba feliz por dentro y por fuera, ya era tarde, Kagome ayudaba a la anciana Kaede a preparar la comida para todos*
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Kagome: ¿Quiere què le ayude a cortar algunas papas? *pregunta la chica pelinegra viendo a la mujer*
Kaede: Si por favor, al parecer Rin está jugando con las niñas del monje Miroku *pone la olla encima de la leña*
Kagome: Me alegra que ella se sienta feliz con nosotros, ella es muy amable con todos, no importa como sean con ella, siempre será social con todos *dice la chica sonriendo*
Kaede: Así es querida, desde que Sesshomaru la dejo con nosotros trata de esperarlo, aunque es muy paciente, somos su familia ahora *dice cortando cebolla y ajo, a la vez volteaba a platicar con la chica*
*De repente se escucha una voz familiar hablándole a la chica*
Inuyasha: Hola, huele delicioso, ¿ya está lista la comida? *pregunta el hanyo peliblanco ansioso*
Kagome: ¿No todavía no, ¿dónde estabas? Te tardaste mucho *dice la chica volteando a verlo*
Inuyasha: Miroku fue el que hizo que nos tardáramos mucho, estaba curando a un hombre de una herida muy grave, pero dice que pronto se recuperara *explica con claridad lo que sucedió, hasta que el monje no tardo en presentarse con ellos*
Miroku: Buenas tardes señoritas, disculpen la tardanza, fue algo complicado curar a ese hombre *dice el hombre cansado*
Kagome: ¿Què tenía ese hombre? ¿De verdad estaba muy mal? *pregunta preocupada*
Miroku: Algo así, tuvo un entrenamiento muy duro y se lastimó *explica la situación viéndolos a todos*
Kaede: Que lastima, pobre hombre, debieron presionarlo bastante *dice la anciana poniendo los ingredientes en la olla* en fin, hay que tratar de apoyar a los que podamos sin temor, en unos minutos estará preparada la comida
