Después de que Naraku desapareciera junto con la perla de shikon, Inuyasha y los demás están en paz en la época antigua, aunque no saben si podría haber mas demonios que derrotar, así que tenían que proteger las aldeas y a las personas que habitaban...
*El hanyo volteó rápidamente, sacó su espada pensando que podría ser un enemigo, aunque se equivocó dejando al hombre asustado*
###: No, por favor, no me hagas nada, solo pasaba por aquí *decía cubriéndose la cara*
Inuyasha: Discúlpeme señor, por un momento observaba ese cuerpo *le señala al lago* de repente encontré este abanico roto *lo tenía en sus manos* aunque me parece extraño porque recordé que......
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###: Mis hombres también lo habían visto, no le tomaron ninguna importancia *lo interrumpió* por eso te preguntaba si necesitabas ayuda, creo que te reconozco ¿le ayudas a la anciana Kaede cierto? *pregunta tratando de observarlo ya que era mitad bestia*
Inuyasha: Si así es junto con Kagome y mis amigos, un monje y una exterminadora
###: Creo que si se quiénes son, entonces ¿te recordó a alguien ese objeto?
Inuyasha: Puede ser, se parece mucho a uno que alguien usaba cuando luchaba
###: ¿Sabes el nombre de ese ser?
Inuyasha: Se llamaba Kagura, hechicera del viento *lo pronuncia con respeto*
###: Un nombre interesante, no lo había escuchado antes puedes contarme un poco de ella si es posible, tengo comida, te comparto, podrías sentarnos un rato aquí, ¿tienes algo que hacer después?
Inuyasha: Se lo agradezco, claro que si *el hanyo y el hombre se sientan en un árbol cerca de ellos el hombre saca de su bolsillo*
###: Olvide presentarme, me llamo Shinji, un gusto *hace una reverencia amablemente*
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