Después de que Naraku desapareciera junto con la perla de shikon, Inuyasha y los demás están en paz en la época antigua, aunque no saben si podría haber mas demonios que derrotar, así que tenían que proteger las aldeas y a las personas que habitaban...
*Ya era tarde Inuyasha se quedó un rato hasta que su amada se quedará más tranquila y que pudiera dormir, tuvo que dejarla para que descansará bien como le dijo la anciana Kaede, salió despacio, pero volteo a verla de reojo una vez más para sonreírle, después la sacerdotisa entró, se sintió aliviada que el hanyo la cuidara, se acostó en su futón apagando la vela a lado de ella*
Kaede: Me alegra que Inuyasha estuviera contigo mi niña, te he tenido un gran aprecio y cariño como a tus amigos también *dijo en sus pensamientos, cerró sus ojos lentamente*
*A la mañana siguiente, la anciana Kaede decidió levantarse temprano para poder ayudar a los aldeanos, recordó que Kagome tenía que seguir entrenando como sacerdotisa, pero decidió que tenía que dejarla descansar, no quería aturdirla, la noche anterior fue difícil para ella, se acercó a ella y le beso la frente, después de un instante la chica se despertó tranquilamente*
Kagome: Oh cielos, ¿Qué hora serán? *dice volteando para ver a la anciana Kaede, para su sorpresa ya no estaba, después sonrió tallándose los ojos, Kirara se acercó brincando a las manos de joven y que era con quien se encariño mucho a parte de Sango* Buenos días Kirara *acaricia su espalda* veo que dormiste bien *la gatita disfrutaba eso de la chica y se junto màs para disfrutar esos adorables masajes que le daba*
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*Se quedo un rato jugando con ella para relajarse, ya que necesitba un respiro para poder olvidarse de lo malo, sin embargo el sueño que tuvo aparte por recordar a Kagura, esa demonio del viento que siempre quiso ser libre a pesar de que obedeció varias veces a ese malvado de Naraku, ella siempre fue valiente en lo que hacia, no era una tarea sencilla buscar informacion valiosa de la perla de shikon, era un objeto que varias criaturas grandiosas y poderosas querian tenerla a su alcance, sobre todo que Kikyo antes de que muriera era su deber protegerla, hubo un momento en el que Kagome la salvó para poder ver a Inuyasha, ese era su destino, conocerlo en la epoca feudal para estar siempre a su lado, se fue de sus pensamientos volviendo a ver la figura de Kagura, realmente queria salvarla de alguna forma, la joven pelinegra tenia muchas preguntas en su cabeza*
Sango: Amiga!!!! *entra la exterminadora abrazando a la joven* estaba tan preocupada por ti, casi no pude dormir
Kagome: Aww, amiga mia, muchas gracias, fue mi culpa? *Acepta el abrazo mientras Kirara las observaba tiernamente*
Sango: Claro que no, no debes presionarte, fue algo que ninguno de nosotros esperaba y sobre todo en todo este tiempo desde que a ella....la mataron *dice la exterminadora nostalgica*
Kagome: Si, tienes razón, ya me siento mejor ¿ustedes durmieron bien junto con sus bebés?
Sango: Más o menos, a veces abria los ojos, sabes pensé un poco en Kohaku, no lo he visto en mucho tiempo desde que quiso entrenar para ser un gran exterminador
