•|De los dementes...|•
En un encierro injusto en la peor de las cárceles.
Un caos que inicia detrás de rejas.
ese día cuando las instalaciones son invadidas por un virus mortal nunca se imagino que le tocaría confiar en los que menos esperaba.
•|Sus...
—¿Estás bien? —Jimin se acercó hasta el con una mueca que lo hacia ver preocupado.
Con suavidad unos dedos tomaron su mentón y lo movieron suavemente de lado a lado, Jimin lo estaba examinando y cada vez más, su mirada se volvía oscura. Seokjin tenia marcas de dedos en su cuello y brazos, el labio roto y un fuerte moretón en su mejilla, eso no le gusto para nada. Cuando Jimin lo soltó, dejó salir todo el aire que estaba conteniendo y los miró, hablaron entre ellos hasta que un silencio llegó, frio y oscuro.
Un sudor frío bajo por su espalda al momento en que todos los dementes se encontraban alrededor de los dos tipos, Seokjin definitivamente no deseaba llegar a ser ellos en este momento. Uno de los tipos no podía mantener sus ojos abiertos debido al fuerte golpe, Yoongi le había privado de desmayarse y ahora se veía muy pálido.
—¿Dónde esta Sehun? —Jungkook se encontraba muy impaciente, el hecho de que Jin hubiera sido lastimado por esos dos hacia que su piel quemara, sus dedos se movían ansiosos por destruir.
—Hoseok lo dejó encerrado, tendremos que ir por él después de acabar con estos —Jimin señaló con sus dedos a los dos que estaban sentados en el suelo con un semblante moribundo —. ¿Quién ira primero?
—Yo me llevare a mi muñequito.
Todos estuvieron de acuerdo menos Jin, a él no le preocupaba ahora mismo lo que fueran a hacer, la verdad no le importaba una mierda. Se sentía cansado, asustado y su cabeza no dejaba de doler, pero sin duda el no huiría, nunca lo había hecho, menos ahora.
—No me iré.
—Venga muñequito.
—He dicho que no —Se removió en los brazos que lo apresaron —. Me quedaré a ver.
—Bien —Suspiró antes de que una sonrisa apareciera en sus labios —. Jimin, dame los audífonos.
Jimin lo miró por unos segundos, asintió y le lanzo sus audífonos junto con el celular que aun funcionaba extrañamente. Taehyung paso un brazo alrededor de la cintura de Jin y lo arrastró con el unos metros lejos de lo que iba a pasar. Pegó fuertemente al chico a su pecho y cayeron los dos sentados al suelo, con Taehyung recostado en una pared y Seokjin en él.
—Póntelos —Aturdido por la orden Seokjin lo miró con una tierna arruguita en su frente —. Te dejaré ver con la única condición de que escuches música muñeco, aunque no falta mucho para que esta cosa muera, así que aprovechemos.
Seokjin tomó los audífonos y se los puso, todo sea por quitarse de encima tanta insistencia de Taehyung. Sus ojos miraron con atención a los demás dementes, no sabia la razón pero tenia mucha curiosidad por lo que iban a hacer.
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