Capitulo 13: Comienza el gran día

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Capitulo 13: Comienza el gran día

 

 

Taylor…

 

 

¡Qué hermoso! ¡Sí! Es bellísimo escuchar la trompeta sonar por todo el campamento, dando la señal que debemos de levantarnos. Al escucharla, abrí mis ojos con una sonrisa, al fin empezaría el campamento, los entrenamientos, ejercicio en las mañanas… debería de decirle esto a mi padre para que este orgulloso de mi.

Pero… ¿Qué pasa? ¡Todas están dormidas! ¿Acaso soy la única que quiere estar aquí? Ah no…Nicole se está levantando.

 

-        Buenos días, Taylor – me dijo ella sonriendo con voz ronca.

-        Buenos días, Nicole… yo despierto a Vicky – le dije.

Ella asintió y levantó a sus amigas, no debemos llegar tarde al centro del campamento. Comencé a mover a Vicky, pero no quería levantarse.

 

-        Taylor, ten piedad, tengo sueño. Se me dificultó dormir tanto anoche – me dijo ella con voz ronca.

-        Ese no es mi problema, levántate – le dije mientras le arrojaba una almohada.

-        Pero hace frio – se quejó y se acurrucó.

 

Yo me acerqué a ella y le arrebate la sabana. Ella se levantó después de eso y comenzó a alistarse.

 

Salimos las 5 de la cabaña y fuimos al centro del campamento, un auxiliar nos dijo que nos fuéramos hacia el lago, que allá serán nuestros entrenamientos, no nos quedó de otra que ir. La mañana no fue tan cómoda como imaginamos, hacia mucho frió, estábamos apenas en inicios de enero y en frío era horrendo. Vi que había una mesa que tenía barras de avena, café, jugos, licuados, galletas de avena y cosas así. Vicky se emocionó al ver comida. Yo solo tomé unas galletas y un jugo. Mientras comíamos algo ligero, miraba a mi alrededor esperando ver a Harry, pero no lo veía.

 

-        Todavía falta que se haya quedado dormido – murmuré para mí misma.

-        ¿Quién? – preguntó una voz a mi fondo.

 

Yo pegué un susto, después me giré y vi que era Tim, el auxiliar.

 

-        Me asustaste – le dije mientras recuperaba mi ritmo cardiaco.

-        Disculpa – dijo él riendo.

-        Por otro lado, me alegro que estés aquí, quiero que vayas a la cabaña 20…

-        ¡No! Esos chicos son un problema, igual que tu – me interrumpió.

-        Eso no me importa, tenemos un trato ¿lo recuerdas? ¿o me dejas ir allá o vas tú? Decide – le dije, él solo tornó los ojos al cielo y espero a que le dijera que quería – quiero que despiertes a esos chicos. No han llegado y si no vienen tendrán problemas.

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