—¿Cómo crees que se llame?— pregunté hacía Ray—.
—¿Es tu amor secreto y no sabes su nombre?
—Nunca me he atrevido a preguntárselo.
—¿No se supone que hablaron hace dos días?— preguntó Ray—.
—Si, ¿Y?— pregunté sin entender a lo que se refería-.
—¿No le preguntaste su nombre?— preguntó—.
—Ray, mi amor secreto me dijo que mis ojos son hermosos— dije como si fuera obvio— Pensé en todo, menos en preguntarle su nombre.
—En todo, ¿eh?— preguntó con una sonrisa traviesa—.
—Es que sus ojos tan de cerca, su respingada y delgada nariz, su voz, sus labios...— empecé a decir rápidamente mientras suspiraba—.
—Para amigo, harás que me enamore de él— comentó Ray con burla—.
Lo codee levemente mientras reía con él.
Me gustaba pasar tiempo con Ray, era la segunda persona ajena a mi familia que me conocía desde pequeño, y él era mi hermano y mejor amigo.
Sabía todo sobre mi, y me conocía perfectamente.
Lo mejor era que, sabía sobre... Mis preferencias en el amor, y nunca pasó a juzgarme o llamarme de alguna manera hiriente, como estoy seguro que lo harían la mayoría de las personas en esta época.
—¿Y que quieres que hagamos?— preguntó— ¿Lo seguimos hasta que nos diga su nombre?
—Lo espantaríamos— dije mientras negaba con la cabeza— Pero no creo que él sea como yo
—¿A qué te refieres?— preguntó Ray con el ceño fruncido—.
—Ya sabes...— dije intentando no tocar a fondo el tema— No creo que tenga algún interés en personas de su mismo sexo.
—Bueno, no es como que vayas por la vida, diciéndole a los hombres que tienen unos hermosos ojos- dijo Ray— ¿O tú lo haces?
—Probablemente sólo fue porque no sabía que decir... O...
—Acéptalo Frank, le llamas la atención— dijo mi amigo— Quizá sea hora de que trates de conocerlo.
—¿Y cómo podría hacerlo?— pregunté un poco desesperado—.
—Vamos a buscarlo al pueblo— dijo Ray— Lo ves, chocas accidentalmente con él y luego surge la magia.
Observé a Ray de manera pensativa, intentando descifrar si era buena idea lo que me decía, pero bueno, ¿Que más daba?.
—Bien, vamos— dije mientras me levantaba del pasto de mi jardín—.
—Amor, allá vamos— murmuró Ray con una sonrisa—.
Reí levemente mientras entrabamos a mi casa y pasábamos a gran velocidad por el salón principal.
Si tenía suerte, probablemente estaba en el pueblo a esta hora, o a lo mejor...—¡Anthony!— habló mi padre con voz autoritaria— Ven.
—Ay no...— murmuré hacía Ray mientras deteníamos nuestra huida—.
—Al mal paso darle prisa— murmuró Ray mientras empezaba a caminar a la sala de reuniones—.
Bufé por lo bajo, y luego me decidí a seguir a Ray.
Mi relación con mi padre no era de las mejores, al menos no era igual que mi relación con mi madre; así que cualquier cosa que podríamos hablar en la sala de reuniones, iba a terminar en peleas y enfados por parte de ambos.
Antes de que llegara a la sala, Ray volteo a verme con una mirada interrogante.
Fruncí el ceño mientras me acercaba de prisa al lugar; era un poco extraño que Ray me viera de esa manera cuando se trataba de conocer a alguien, más que nada porque él siempre conocía a todas las personas.Finalmente, llegué al salón de reuniones, y entendí el porqué de la mirada de mi amigo.
Una pareja de casados se encontraba sentada en el gran sillón de la sala; vestían trajes elegantes, tanto el del hombre como de la mujer, aparte de que combinaban entre ellos.
—Él es mi hijo y único heredero— dijo mi padre presentándome— Anthony Iero.
Hice una leve reverencia a modo de saludo ante los presentes del salón.
—Y él es Raymond Toro— presentó mi padre a mi amigo—.
Ray hizo una leve reverencia hacia ellos y mi padre se volteó a vernos a nosotros.
—Ellos son los señores Way, nuevos miembros del Parlamento- dijo mi padre— El señor y la señora Way.
—Permítame señor Iero— dijo el padre de los Way— Me parece que nosotros sabemos hablar para presentarnos.
Mi padre frunció el ceño un tanto molesto por la interrumpción, así que solamente se quedó callado y se hizo a un lado para que pudiéramos quedar frente a frente con los invitados.
—Mi nombre es Donald Way— se presentó— Es un gusto conocerlos jóvenes.
—Me presento— empezó a hablar la mujer— Mi nombre es Donna Way
—Trevligt att träffas— dije con una sonrisa—. (Encantado de conocerlos).
—Nöjet är vårt— respondió el señor Way—. (El gusto es nuestro).
—Anthony, Raymond— nos habló mi padre— ¿Por qué no se quedan a platicar?
—¿Q-Qué?— pregunté con nerviosismo— ¿Ahora?
—Ahora— ordenó mi padre—.
Fruncí mis labios levemente, intentando callar mis objeciones a lo que dijo mi padre, apreté mis puños ligeramente, y finalmente con resignación, decidí irme a sentar al sillón de dos plazas de la sala.
—Un gusto en conocerte Anthony— dijo la señora Way— Te has ganado cierta fama.
—Seguramente como el miembro ausente del Parlamento— dijo mi padre— Nunca ha asistido a uno.
—No suelo hacerlo, puesto que mis padres son los miembros, no yo— expliqué con una sonrisa falsa— Y sí asistí en algunas ocasiones, pero no fueron mucho de mi interés.
—Mis hijos son como tú— respondió el señor con una sonrisa— Sólo quieren pasársela explorando el pueblo o haciendo cualquier otra cosa que no sea asistir a una reunión que dura tres horas.
—Así son los jóvenes— habló la señora Way— Pero creo que es momento de empezar a involucrar más a los jóvenes en las decisiones para el bienestar del pueblo.
—Anthony asistirá a la próxima reunión— dijo mi padre viéndome de reojo— Me encargaré de eso.
Tragué saliva disimuladamente.
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Invitación al vals [Frerard]
FanfictionEl baile del pueblo más esperado del año, ¿será acaso la perfecta oportunidad para invitarlo a bailar?