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Adam

—Si que estás desesperado, mi pequeño Langa. –El mayor sonreía maliciosamente mientras lo escuchaba rogar, tener al joven frente a el suplicandole de esa manera, alimentaba sus más profundos deseos.

El mayor que sujetaba su propio miembro, lo comenzó a presionar con lentitud contra la cavidad ajena, por la humedad que había en aquella zona, pudo entrar en el, el calor que le daba era agradable, cosa que lo hizo jadear, pero sentía a Langa tenso, por eso las paredes anales de el joven lo apretaban; no podía moverse aún, ya que podría lastimarlo por lo estrecho que estaba.

—Relajate. -La mano que sostenía la cadera ajena, la deslizó con suavidad hasta el otro pezon que no había sido atendido con anterioridad, lo apretaba con suavidad y lo movía en círculos. En cambio, el político se acercó hasta el cuello de Langa y al hacerlo obviamente se vio obligado a introducir su miembro por completo en el interior ajeno, presionando sus testículos contra el trasero ajeno; comenzó a morder y a lamer con cuidado la suave piel de el cuello contrario, dejando la marca de sus dientes.

La otra mano al ya haber soltado mi miembro, la pude dirigir libremente al pene de el menor, quito la mano de Langa, para el comenzar a masturbarlo con lentitud, le gustaba desesperar a sus parejas sexuales para que le rogaran por darles más.

Bad or good luck?; Adanga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora