Auribus Teneo Lupum

El hueco

Harry no estaba seguro de cómo llegó a estar allí. Había, sin duda, la mayor parte sin duda caído caliente envuelto dormida en sus Fenrir y de pieles, Santo acurrucado contra su costado. Lo recordaba específicamente porque había sido casi imposible ponerse cómodo (gracias a la pequeña bludger) e igualmente difícil quedarse dormido, gracias a la ausencia de Fenrir. Sin embargo, ahora que abrió los ojos, con el sol saliendo en su primera mañana sin Fenrir, se encontró en otra parte.

¡Estaba en el maldito hueco junto al árbol que había estado mirando!

Estirando el cuello miró a su alrededor y, efectivamente, de alguna manera se las había arreglado para sacar las pieles de su cama y la de Fenrir y hacerse un cómodo nido en el hueco. Las pieles estaban calientes con el calor de su cuerpo, olían a Fenrir y Ghost estaba medio acostado sobre él también, protegiéndolo, todavía dormido. ¿Cuándo había arrastrado su ropa de cama aquí? ¿Por qué? ¿Por qué no lo recordaba? ¿Lo había hecho mientras dormía?

Fenrir se volverá absolutamente loco cuando vea lo que le he hecho a las pieles, pensó, antes de recordar que eran mágicamente resistentes a la suciedad. Incluso con la cabeza en alto, la forma en que el suelo se inclinaba hacia arriba para formar el "borde" del pequeño hueco junto al árbol significaba que estaba perfectamente oculto a la vista. A salvo. Sintió un gemido sordo y retumbante subir por su garganta y suspiró de satisfacción. Eso estaba bien. Necesitaba estar aquí. Aquí fue agradable. Olía a su pareja.

Cerrando los ojos, se apretó las pieles a su alrededor hasta que estuvo completamente sumergido en ellas de pies a cabeza. Era cálido, como un útero y oscuro. Era bueno estar oscuro. Podía sentir a Ghost retorcerse felizmente contra él. Harry se acurrucó, acariciando su vientre hinchado. Extrañamente, estaba tranquilo esta mañana. Su cachorro estaba durmiendo, preparándose ...

"¡¿Harry?!"

Una voz gritó su nombre en la distancia. Pensó que era su nombre. Si. Sí, definitivamente lo fue. De hecho, algunas personas lo estaban llamando. El sonido lo hizo sentir más a gusto. Su manada estaba cerca, el mundo olía a su pareja. Este era un buen lugar para estar. Se frotó el vientre con suavidad. Hoy fue muy pesado, caliente por dentro y tenso. Sus entrañas palpitaban levemente y de vez en cuando le dolían. Hacía una mueca de dolor y se movía un poco para aliviar el dolor hasta que volvía a ser un dolor sutil.

No había comido nada en todo el día de ayer. No necesitaba hacerlo. Su cuerpo había almacenado lo que necesitaba, no había desperdicio y ahora no tenía que moverse para vaciar sus intestinos. Podría quedarse en su guarida parecida a un útero que había creado. Una punzada en el pecho le hizo soltar un suave gemido y parpadeó, mirando hacia abajo mientras se frotaba los doloridos pezones. Le dolió más y se estremeció, sus ojos realzados por lobos fueron capaces de distinguir la más mínima secreción lechosa en sus dedos mientras los apartaba de su pecho.

Si sus instintos no hubieran estado impulsando, la vista habría aterrorizado y posiblemente incluso destruido la poca confianza que había ganado en su hombría. Tal como estaban las cosas, simplemente se lamió los dedos antes de acurrucarse nuevamente. El estaba bien. Fantasma lamió reconfortante. Todavía podía escuchar las voces llamando. Ghost estaba bien, era como su propio cachorro, pero no quería a nadie más cerca de su guarida. No. Deben saber que deben mantenerse alejados.

—Por el amor de Dios, Potter —gruñó Draco cuando finalmente vio el bulto de pieles moviéndose ligeramente debajo del árbol. Solo fue visible una vez que estuvo casi parado encima de él. Había visto la cabeza de Potter brevemente mientras se movía hace un segundo y podía ver la cola de su lobo mascota asomando por el costado del nido de pieles, meneando de vez en cuando.