Infinity Time

Prólogo

16:35 PM
Centro comercial

— “Relájate, esta vez lo hicimos bien”.— la voz en su cabeza tenía un ligero tinte de alegría, incluso podría considerarse prepotente, como si realmente estuviera seguro de que tenía razón, ¿Acaso no era esa su mayor habilidad?

La mirada rojiza se paseaba a las diferentes esquinas del lugar, observando con desdén a la gente avanzar con grandes sonrisas en sus rostros, totalmente ajenas a la tragedia que estaba a punto de ocurrir.

—No cantaré victoria aún.— musitó en voz alta, dejando en claro que nada calmaría la presión que sentía en su pecho. Pero su hermano tenía razón, habían cambiado por completo la situación y no había razón alguna en el universo para que el castaño llegara a ese lugar, joder que no.

16:40 PM

Los orbes de Akashi se desviaron al reloj que decoraba su muñeca izquierda y exhaló, debía salir del lugar antes de que…
Su plan se hizo trizas en cuanto escuchó los gritos de la gente, ¿Se había adelantado?

Maldita sea.

Esperaba que su padre ya hubiera abandonado una de las oficinas que tenían en el penthouse del edificio, la reunión había finalizado hace varios minutos, y según sus cálculos ya debería estar vacío ahí arriba. Sabía que venía por él, siempre fue el pelirrojo el blanco de aquel hombre, ya que él era el futuro de Akashi-Corp.

No entendía sus razones, tampoco había tenido el tiempo para preguntarle, algo como; “Hey, disculpa, ¿Por qué quieres asesinarme?”. Claramente no lo haría.

Tenía que moverse, por lo que se puso en marcha, avanzando en contra la marea de gente que desesperada se empujaba hacia las salidas más cercanas.

16:45 PM

Llegó a un paso elevado justo en el centro del lugar, fue entonces que lo vió, un hombre de cabello negro y gran estatura, se movía ansioso y casi podría notarse un temblor en sus manos, lo cual fácilmente sería producto de la adrenalina, él sabía perfectamente lo que deseaba hacer. El pelirrojo no conseguía ver más allá de aquel tapabocas que traía, una simple escusa para esconder sus rasgos faciales.

Fue entonces que sus miradas se cruzaron, fue solo un segundo y el hombre echó a correr en dirección a las tiendas. Rápidamente los pies de Akashi se movieron, persiguiéndolo, sabía que perderlo de vista tan pronto sería un problema.

—“Sigue corriendo, esta vez lo atraparemos.”— esa voz le animaba, sabía que los motivos que estaban detrás  de aquella persecución eran mucho más importantes.

Pero no fue suficiente.

—¡Maldición!— bufó el pelirrojo mirando hacia todos lados, tomándose el cabello con ambas manos, ¿Cómo podía moverse tan rápido? ¿Cómo conocía cada pasillo del lugar?

—Sabes lo que viene…— murmuró aterrado, llegando hasta la baranda del cuarto nivel.

—"Cállate".—

—Lo sabes—. Sollozó Akashi, sintiendo como su cuerpo comenzaba a temblar.

—"¡Que te calles!"—