Infinity Time

I - "New Beginning"

Chapter I

6:35 AM

Los ojos carmesí de Akashi se abrieron lentamente, acostumbrándose a la luz del sol. Le había ganado incluso a su despertador, como ocurría en todos los nuevos inicios... tres años antes de la tragedia de siempre.

Regresar el tiempo ya no era algo ajeno para él.

Se talló los ojos con las palmas, sintiendo la humedad que aún conservaban sus pestañas, como si su cuerpo tratara de engañarlo, haciéndole creer que todo lo vivido había sido solo una pesadilla.

Demasiado real, y claro, él se lo hubiera creído, de no ser porque ya había perdido la cuenta de todas las veces que tuvo que pasar por eso.
No siempre era igual, por supuesto.

— Esta vez, por favor, no le permitas acercarse.— murmuró, rodando sobre su cuerpo para quedar con la cabeza pegada a la almohada, se sentía derrotado. Por milésima vez; su plan había fallado.

—"¿Estás seguro?"— Akashi asintió.

—"Sabes que cuando lo hacemos así sufre más."— claro que lo sabía, como si en algún momento consiguiera olvidarse de aquello.

—Prefiero que sea así, mantenerlo alejado y seguro.— no era la primera vez que intentaba mantenerlo alejado, y por más que lo hiciera, siempre ocurría el mismo desenlace.

—"Como sí eso hubiera funci..."—

—¡Funcionará ahora! — exclamó el joven de veinticinco años poniéndose de pie para avanzar hasta el baño, necesitaba una ducha, restregar su cuerpo con la esponja como si quisiera remover la sangre que aún sentía sobre él.

No probó un solo bocado al desayuno.

Llamó a su chófer mientras abordaba el elevador de su edificio y se dirigió a la empresa, en la cual, por claro decreto de su padre, llevaba trabajando poco más de un año como CEO. Claro que aquello no gustó a muchos de los empresarios, lo vieron como lo que era; Un niño. Pero fue el mismo Akashi quien se encargó de demostrar todo lo contrario y que sus excelentes calificaciones y honores con los cuales se graduó no fueron regalados.

El fruto de lo que fueron unos años sumamente difíciles.
Su vida social estuvo peligrando, de no ser por sus amigos, que a pesar de los años seguían siendo parte de su vida, aunque los veía menos de lo que le gustaría. Los fin de semana en que se reunían a jugar baloncesto o sencillamente terminaban bebiendo juntos hasta terminar cantando karaoke, eran definitivamente los mejores.

—Ya llegamos, Amo Akashi. Que tenga excelente día.— se despidió el chófer abriéndole la puerta de la limosina. El hombre bordeaba los sesenta años aproximadamente y había sido uno de sus empleados más fieles desde que era pequeño.

—Gracias.— respondió de forma sencilla, pero fue suficiente para que el hombre hiciera una leve inclinación.
El pelirrojo casi pudo ver cómo los orbes del mayor se cristalizaban, ¿Qué le ocurría?

~

18:40 PM

—"Que día más aburrido".— se quejó la voz de su hermano, reclamando atención. Akashi lo entendía, y estaba completamente de acuerdo con él. Aunque agradeció todo el trabajo que tenía, al menos de esa forma podía olvidarse de todo lo que había ocurrido, el dolor era demasiado reciente y la verdad no quería tocar el tema, pero al parecer alguien tenía planes diferentes.