Infinity Time

IV - "Feel me"

Chapter IV

"Part II"

17:50 PM

Akashi se paseaba frente a la puerta de la sala de reuniones que había escogido para exponer sus inquietudes. Su mirada viajaba de forma insistente a su reloj, menos de diez minutos le quedaban al castaño para llegar a entregarle aquello que le encargó con tanto esmero el día anterior, era lógico que no lo olvidaría, ¿Qué era lo que le estaba retrasando?

Quizás tomó un baño demasiado relajante, y considerando la ajetreada tarde que tuvieron, probablemente se quedó dormido, ¿Sería prudente ir a su habitación?

En su mente se respondió solo con un gran “no”.

Por el contrario, se quedó reviviendo en su memoria las actividades del día, ya que desde temprano se juntaron para desayunar, en donde el castaño regó el jugo de su vaso por todo el suelo, situación que hizo reír a Seijūrō, aunque se obligó a cubrir aquello con una fingida tos mientras observaba como el rostro de Kouki se paseaba por toda la paleta de tonos rojizos, algo que para el propio pelirrojo fue un espectáculo divino y adorable, más cuando el menor insistió en limpiar él y luego volver a sentarse con un puchero en sus labios, mordiendo el inferior de vez en cuando al recordar lo que había hecho, y sin darse cuenta, aumentando el deseo de Seijūrō, de ser él quien atrapara ese carnoso labio inferior con sus dientes.

Luego de aquel atolondrado desayuno, el mayor se ofreció para enseñarle a esquiar y desde ahí, todo fue un show digno de un programa de comedia ya que, cada media hora, el inexperto Furihata se daba un festín de nieve o terminaba sobre su trasero luego de caer de forma estrepitosa.

Ese tipo de deportes definitivamente no eran para el castaño, aunque se esforzó, y consiguió luego de varias horas y caídas, avanzar por la pista para novatos, aunque tuvo que sujetarse de la chaqueta de Seijūrō, esquiando tras su espalda.

—Perdón por ser tan malo, soy yo el problema, usted enseña y lo hace increíble.—“Como todo lo demás”. Ese sincero pensamiento temperó de forma sumamente agradable el pecho de Kouki, pero al mismo tiempo se provocaba una batalla fatal en su mente.

—Solo sujétate o terminaras llevándome al suelo contigo.— bromeó el pelirrojo, aunque aquel joven de ojos chocolates realmente se lo tomó en serio, por lo que adoptó la postura que su jefe le había dicho y rogó al universo que no le hiciera un mala pasada en ese momento, cuando por fin sentía que ya todas las frías y rudas barreras que tenía con el pelirrojo se habían venido al suelo.

Realmente quien los viera creería que eran amigos… Muy buenos y cercanos amigos.

En la perspectiva de Seijūrō, solo se excusaba con Akashi, diciéndole que al menos por el fin de semana era justo dejar un poco de lado toda aquella formalidad que mantenía.

Realmente añoraba ser libre, y mostrarse tal cual ante el menor.

Y así lo hizo, entre caídas, risas y paseos auxiliados, terminaron bastante tarde, por lo que rápidamente se dirigieron a comer.

Kouki prácticamente se devoró la comida por dos razones; La primera, ya eran más de las cuatro de la tarde y él por lo general comía a las una, máximo a las dos de la tarde, por lo que su estómago ya le estaba reclamando hace un par de horas, pero realmente estaba disfrutando en demasía de la compañía del pelirrojo por lo que sencillamente se enfocó en él, ignorando una de sus necesidades básicas.