En un lugar del mundo más exactos en un vecindario donde todo es normal ....
Bueno, eso es lo que piensan hasta que conocen a la familia Kim.
El muy rico y loco Kim Namjoon, su elegante y refinado esposo Kim Seokjin, su serio y oscuro hijo mayor Kim...
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-Jongin, se que estás allí— pasa la página del libro— lárgate, tu sola presencia me repugna.
-Un hola también para usted joven Kyungsoo, ¿sabe donde está el joven Soobin?
-No, además tú sabes bien que a él no le gusta estar en la biblioteca— ya cansado, cierra de golpe el libro y lo encara— Di la verdadera razón por la que estás aquí.
- ¿Acaso no puedo olvidarme? — sin ningún miedo habla y se acerca a paso lento.
-Bueno— se levanta y pasa de largo— Ojalá no te tenga que ver mañana.
-Tendrás que hacerlo— da una de sus típicas sonrisas— Soy el niñero de esta casa.
-Y así se quedará— le fulmina para luego irse del lugar dejándolo con la sonrisa en el rostro.
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Si somos sinceros, en el momento que Jongin se convirtió en el niñero de la familia Kim, con 17 años por Namjoon en uno de sus viajes de descanso a prisión, fue en esos instantes que se entero que un chico tan joven lo condenaron a la silla eléctrica por traición a la patria, eso le causo mucha curiosidad sobre el niño con aparente personalidad de adulto, logrando dos semanas antes de su sentencia ir a su celda en la cual se encontraba amarrado por cadena en ambas manos y piernas en un estado muy demacrado, el cabello largo revoloteado, con grandes rasgos de tortura y desnutrición que revelaba el trapo que le habían entregado como ropa, pero lo que le llamo aun mas su atención fueron sus ojos vacíos y sin ninguna muestra de arrepentimiento, eso logro hacer un clic en su cabeza y tomar una decisión que jamás se arrepentiría.
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-Hola, soy Kim Namjoon—ve como lo ignora olímpicamente— veo que eres tímido— camina inspeccionando la mugrosa celda, seguido por los ojos del más joven— Me contaron lo que hiciste... —el ceño del más joven se volvió más fuerte y apretó con puños.
