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Jaemin despertó respirando rápidamente, agitado del horrible sueño que acababa de tener, abrió sus ojos parpadeando un poco y se sentó en su cama dejando que las sabanas cayeran por su cuerpo, miró la oscuridad en el cuarto apenas logrando ser iluminado por la luz de la luna que se filtraba sobre las tenues cortinas.

Estaba solo, así debía de ser, Jeno y Renjun tenían habitaciones aparte, todo con la idea de que debían guardar la dignidad de sus príncipes hasta el matrimonio.

Jaemin dejo salir una pequeña risa entre dientes, se puso de pie colocándose unas suaves pantuflas y camino para salir de la habitación, protegerían la dignidad de los reyes ante el público porque a sus padres nunca les importaba lo que hicieran cuando estaban solos.

Froto su cabello rosa bostezando el cansancio, quería un vaso de agua, había sido un idiota por haber tomado esa lección de historia la noche anterior, miró discretamente por uno de las pasillos preguntándose si Jeno habría tenido el mismo problema pero dejándolo de lado, no quería molestar a ninguno de sus prometidos mientras dormían, ambos se molestaban si eran despertados por ningún motivo.

Era curioso de despertar a Renjun algunas veces, sobre todo cuando tenía pesadillas, pero esta no era tan mala, solo había soñado con aquella horrible lección sobre la revolución francesa, algo que dijo el profesor le hizo dar vueltas antes de dormir, algo sobre ser un mal rey, esas cosas siempre lograban meterse en su inconsciente torturándolo durante días hasta que por fin buscaba como sacarlo de su mente.

Camino perezosamente hasta la cocina, quería beber agua o algo de café, lo primero que encontrara, estiro su mano para tomar el pomo de la puerta pero se detuvo cuando escuchó algunos ruidos desde la cocina ¿Había alguien dentro del palacio?

Sus ojos se abrieron con preocupación, las horribles imágenes de su sueño volviendo a su cabeza, lo mejor sería llamar a los guardias, pero...si se iba y algo le pasaba a Jeno o Renjun no podía perdonárselo.

Buscó en el cajón más cercano, uno de los que tenían llave, miro dentro de los floreros hasta encontrar una pequeña llave abriendo el cajón y sacó una de las pequeñas armas que siempre guardaban aleatoriamente por el palacio para emergencias, la escondió en su espalda temblando ligeramente por el miedo, pero tomando suficiente valor para abrir la puerta y entrar.

¿Alguien estaba robándoles? ¿Querían buscarlos? ¿Cómo entro alguien al palacio logrando burlar a todos los guardias que siempre los protegían fielmente? ¿Algo malo había pasado?

Todas las preguntas rondando en su mente hicieron que su mano temblara, el sudor cayó por su cabeza y solo pudo sentir su corazón palpitar con miedo, pero en cuanto se acercó lo suficiente a la despensa, vio la luz del refrigerador y los sonidos estaban más cerca, no apuntaría con el arma hasta descubrir que pasaba, así que simplemente habló con toda la seguridad que pudo.

—¿Hola?—

Un linda y asustada mirada salió de debajo de la barra, justo frente al refrigerador, Jaemin sintió todo su cuerpo temblar al relajarse, casi quería sonreír al ver a su pequeño ángel de pie con aquella tierna mirada de sorpresa al haber sido descubierto.

—N-Nana—Renjun saludo casualmente—¿Qué haces despierto, mi príncipe?—

Jaemin se limitó a esconder el arma a un lado, en un lugar donde nadie pudiera encontrarla hasta que volviera por ella, apenas se giró un momento logró ver a Renjun moviéndose rápidamente para cerrar el refrigerador, frunció el ceño juntando algunas piezas.

—¿Qué haces aquí bebé? —Jaemin rodeo la isla para acercarse más al ángel, el más pequeño tenía la carita toda sucia con chocolate y crema batida, sus manos también estaban sucias al igual que había una cuchara tirada en el suelo.

Cheessecake [Norenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora