THE CROWN 成 kth&knj ¡!。

Parte IV; Capítulo XIII: Comienzo Completo.

TaeHyung estaba en su habitación leyendo un libro cualquiera sobre la mitología, muy absorto en lo que estaba leyendo. Pasaba las páginas curioso de saber que era lo siguiente, llenando su mente de nuevos conocimientos y enseñanzas útiles para su mandato en el Reino. Habían pasado solo unos meses de la partida de su padre, con un gran dolor inmenso en su pecho que dolía muchísimo por la reciente perdida, pero poco a poco lo supera con la ayuda de Bella, su alfa Meredith que de vez en cuando interviene en plazos de tiempos breves y su amado NamJoon.

NamJoon se apareció con una sonrisa en el rostro y el desayuno en una bandeja de plata rutilante y pulida. TaeHyung dejó el libro en la mesa caoba blancuzca, revolviendo un pocos sus cabellos azabache que caían por su frente revoltosos.

── Hola amor mío. ── saludó NamJoon

── Hola mi príncipe.

Se besaron castamente como saludo, un pequeño roce de labios como la primer vez que lo hicieron. NamJoon se sonrojo tiernamente ante el accionar de TaeHyung, dejando la bandeja en el regazo de TaeHyung oculto por las sábanas blancas pulcras de la cama. TaeHyung observó la comida asombrado de la preparación tan peculiar y la vista que tenía, halagando en todo momento a NamJoon por lo que había hecho con un beso dulce en los abultados labios color carmesí.

Después del desayuno nutritivo y apetitoso, comenzaron a hablar sobre los acontecimientos que sucedieron meses atrás dentro y fuera del castillo, asimismo habían marcado su vida de por vida. Algunos eran difíciles de recordar y casi siempre traían dolor a sus corazones sanos, y otros se rememoraban entre risas y besos cariñosos que muy dulcemente la pareja de enamorados se daban. TaeHyung se mantuvo tranquilo, comentando sobre temas que impresionaban de vez en cuando a NamJoon, tan cautivado por las palabras filosóficas del rey y su manera innovadora de ver el mundo. Se quedaron un rato más charlando cómodamente entre las sábanas, riendo como niños pequeños en su infancia.

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Pilas de papeles amontonados se encontraban en el despacho alfabéticamente del Rey, tan abstraído con la negociaciones con el Reino del Este que muy educadamente recomendó la negociación. NamJoon también revisaba dichos papeles con sus gafas de oro gravoso puestas, también ensimismado en las registros de carga y los precios de cada producto.

── Su majestad. La Reina Bella y La Reina Meredith están aquí ── notificó una tercera voz que rápidamente se escabulló entre los pasillos que conectaban diferentes sectores del castillo.

NamJoon sonrió ampliamente ante lo informado, dando palmaditas leves por la emoción que corría por su cuerpo. TaeHyung hizo un ademán para ir y recibir a las reinas del Sur, que esperaban en el patio trasero oliváceo del castillo como el acostumbraba a recibir a sus invitados. NamJoon tomó la mano de su amado con ternura, sin preocuparse de la muestra de afecto amoroso tan obvia y vista por mucho de los empleados que laboraban en el castillo.

Al llegar al patio trasero del castillo, elegantemente la pareja de mujeres se hallaba sentada el césped aceitunado rodeada de margaritas blancas y frágiles asimismo de girasoles altivos y llenos de vigor.

── ¡Hola! ── saludó Bella con una estruendosa voz alegre, saltando con una felicidad amena a los brazos de su primo y amigo.

── Buenas tardes ── está vez fue Meredith muy educada y correcta, a pesar de la confianza que tenía con el Rey y su amado, ella poseía una cortesía inquebrantable.

── Buenas Reina Meredith, Reina Bella ── bromeó TaeHyung divertido, haciendo una reverencia sutil y modesta a la pareja.

Meredith río ronca y afable por la broma hecha, haciendo la misma reverencia que TaeHyung juguetona, ganándose el chillido molesto pero adorable de su esposa.