Programado Para Ser Tierno

11

—Se nos hace darte para lo hora del té.  Ya vámonos —dijo Gumshu con premura.

—¿Se van? ¿Ahora? Pero me acaban de atrapar en esta forma de niño —se quejó Ulises.

—Hombre mágico del tiempo —corrigió Rix.

—Rix, ya para. Es un niño. No cuela.

—Oye, la BIO es la BIO.

—Encuento a ti, Ulises.  Tu vienes con nosotros. Eres nuestro mantenido ¿recuerdas? Debes acompañarnos siempre.

—¿Cómo que siempre?

—Según las cláusulas —dijo Rix, extendiendo las términos frente a la cara de Ulises—. No puedes mantenerte a ti mismo y/o no estás cómodo con tu espacio de vivienda, por ellos pasas a ser apoyado por nosotros.

—Lo que quieres decir que estás atado al grupo.

—Lo que viene a significar que hasta que el programa determine que puedes cuidarte solo serás nuestras responsabilidad.

—Explicado para que tu pequeña mente lo entienda, eres nuestra mascota o algo así. Te dije que serías un parásito.

—¿Eso quiere decir...?

—No puedes salir al recinto común sin nadie del grupo en tu campanita ni puedes permanecer aquí sin nuestra protección.

—¿Proteccion ante que?

—Ante ti mismo —dijo Gumshu—. El contrato que firmaste declara que eres mentalmente inestable. Suele pasar con personas con su programa roto o que eran mentalmente diferentes en vida y por error les hicieron un UVI ilegalmente. El grupo te toma como un acto de solidaridad. Por así decirlo.

—Eso quiere decir... ?

—Básicamente te adoptamos —repuso Rix—. Ahora vámonos. Llegamos tarde a la reunión.

—¡¿Queee?!

—¡Deja de gritar y portate bien! —le espetó Gumshu.

Un aro brillante de luz los rodeó. En un parpadeo desaparecieron fueron transportados lejos del parque.

<<Ni siquiera me dio tiempo de pasear y conocer a las otras personas>>

Se lamentó Ulises.

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Aparecieron en un ambien luminoso de colores claros. Había una mesa redonda con otras personas sentada al rededor. Gente pintoresca.

Las paredes eran de color pastel, había una escalera que llevaba a un segundo piso. Tenían un televisor, sofás, sillas y muchas puertas que iban a habitaciones separadas con nombres en ellas. Ulises pudo ver una que tenía el nombre de Rix y otra puerta tenía el  nombre Gumshu escrito en letras doradas.

El suelo estaba alfombrado y había ventanas a paisajes bonitos y montañosos en una o dos paredes. Parecía que el lugar estuviera en los Alpes suizos.

De fondo se escuchaba un tango, "por una cabeza" era el nombre de esa canción.

Sobre la mesa redonda había galletitas y té.

—¡Hola a todos! Volvimos de la cacería —saludó Rix—. Subí a nivel 45 y me conseguí una daga que me aumenta el ataque físico en 20%. Tengan envidia.

—¡Deja de presumir, Rix! —dijo un tipo con sombrero vaquero, pantalones de cuero marrón, iba descamisado y traía pistolas en la cintura. Parecía un bandolero—. Ya sabemos que consigues cosas buenas. Tu y Gumshu se desviven farmeando.

—Alguien tiene que pagar la factura de la luz ¿no te parece? —dijo Gumshu, saltando sobre la mesa y tomando una taza de té al que añadió un cubo de azúcar—. Mientras ustedes hablaban de manga, como unos pubertos.  Rix y yo encontramos un sin techo para que se nos una.

—¿En serio?  —dijo el bandolero, que luego vio Ulises se llamaba Scar, parecía emocionado—. ¡Chicos, saben lo que eso significa! ¿No?

—¡Paquete de expansión! —Gritó una chica Morena con orejitas de conejo y traje de Playboy—. Sacaré la champaña.

—¿Este niño es el nuevo? —un hombre afroamericano, corpulento, musculoso y con ojos dorados como el oro fue quien habló, se llamaba Godofreno—. Sus estadísticas dicen que es muy débil, ¿y esa Skin que trae es un maleficio?

—Se ve lindo —Dijo Rix—. Hacen falta niños en esta plataforma.

—¿Y tenías que traer al único UVI incontinente del vecindario?

Ulises se llevó las manos a los pantalones, pensando en que se había mojado, pero no era así.

—¿Como sabes eso? —preguntó Ulises.

—Está en tus especificaciones de programa. Podemos verlo todos en el grupo.

<<Qué vergüenza>>

Ulises corrió y se escondió detrás de un sofá. No quería que lo vieran así. De hecho no quería que lo vieran y punto.

—Ay... pobrecito. Tiene pena —Dijo la chica Playboy—. ¿Quieres una galleta,  pequeñín?

—¡No quiero!

—¿Seguro? Tiene códigos de placer.

—¡Sí quiero!

Ulises salió rápidamente de su escondite y buscó las galletas con la vista. La mujer conejo se había sentado a la mesa y sostenía el manjar en una mano.

—Si lo quieres ven a sentarte en mis piernas como niño bueno. Anda.

Ulises sentía vergüenza... pero tenía ganas de placer digital. Así que corrió a sentarse sobre esos muslos y, como recompensa, la chica conejo le dio su manjar directo en la boca. Sabía como... la sensación agradable de una almohada fría bajo la cara. Muy extraño, pero delicioso.

—Eso es... Buen chico.

—¿No habia otro mejor? —preguntó Godofredo.

—Temo que no. Este era el único sin grupo. Y como es pobre se unió por necesidad. Tendremos que mantenerlo mientras se recupera —respondió Gumshu.

—¿Lo hiciste nuestra carga? No estamos preparados para tener una mascota, mucho menos un niño.

—Tú sabes bien que no hay niños en este sistema.

—Con la programación de este UVI yo no estaría tan seguro. ¿Sabias que necesita pañales y que lo cambien de ropa porque no puede él solo?

—Eso saltaba a la vista cuando lo conocí. Créeme, era esto o nada. Y ya sabes que odio venir con las manos vacías. Espero sepas cambiar pañales.

—Eres un tirano, Gunshu. ¿Sabe el papel que le toca aquí?

—Ya aprendierá. Confío que lo cuides  bien.

Godofreno gruñó con recelo y miró a Ulises, quien comía y abrazaba a la chica Playboy, quien a su vez no tenía reparo en poner la cabeza del recién llegado sobre sus esponjosos pechos. Ulises estaba encantado.

—Pequeño, ¿acabas de mearte encima? —preguntó la chica Playboy.

—Tal vez —dijo Ulises, masticando más galletas—. ¿Es malo?

—Lo que hay que ver en este mundo de locos —suspiró Scar, apuntando a Ulises con su pistola—. Apártate de mi esposa o te mato.

Sé que no debería publicar tan seguido, pero esta parte se me hizo interesante. Espero les esté gustando.
Recuerden dejar su estrella y comentario si lo amerita.

Nos vemos en el siguiente episodio.

ATT

M. Fancy