Una mirada al pasado

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Todo parece tan pequeño desde aquí, tan insignificante y frágil— sostengo la baranda—.¿Cómo puedo explicar algo que es casi imposible de descifrar? ¿Hay manera de resolver el cubo? ¿De juntar todas las caras y hacerlas coincidir?—Suspiro—. Es muy difícil. ¿Por qué no puede ser tan sencillo como hacer un movimiento doble para completarlo? o ¿tan fácil como dar el primer paso, la primera palabra, el primer gesto o la primera mirada?

A pesar de todo debo admitir que ... creo en el destino. Siento que las cosas pasan porque deben pasar, es como si todo estuviera escrito en un libro con tinta eterna, nada se puede borrar o cambiar, ni forzar u obligar, así es todo, y es aún más sorprendente cuando tu vida cambia de un momento a otro y por un instante crees que todo volverá a ser como antes. Nos equivocamos. Al final solo nos acostumbramos.

Nos acostumbramos al rechazo, a una mirada cortante, a dejar de ver a una persona de la misma manera y a dejar de imaginar un futuro a su lado. Al fin y al cabo, es como tirarse al vacío con un paracaídas agujereado, las probabilidades de sobrevivir son tan bajas que a veces es preferible tirarse y caer en las rocas afiladas, que arriesgarse y esperar a ver como acaba.

La vida es así, no podemos retroceder el tiempo. Lo que haces o no haces queda grabado en tu corazón con fuego, más tarde aparecen los arrepentimientos y las frustraciones, ahí empieza todo. 

Aquí es donde todo se desmorona.

Crónicas de un romance de escuela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora