El tiempo pasaba rápido, BeomGyu ya llevaba casi dos meses encarcelado y a pesar de los intentos de su familia, no conseguía ser declarado inocente.
Por otro lado, cada vez cedía más ante TaeHyun, ya no se oponía a los besos y hasta de pronto conversaban un poco.
El mayor ya no le parecía tan malvado. Incluso le parecía interesante, hasta intrigante.
Este, a pesar de ser un conocido narcotraficante, no consumía drogas y bebía muy poco. Decía siempre algo como "un narcotraficante latino nunca probó la droga, pues decía que mataba y es cierto. Yo la vendo, pero no la consumo. Así saco el máximo de ganancias y no me mato en el proceso." eso le pareció sorprendente, pero muy sabio, a Choi.
TaeHyun por su parte, trataba de actuar aunque sea un poco dulce. Descubrió que al menor le gustaban los chicos dulces y si lo convencía de que era así, podría atraparlo más aún.
Poco a poco la confianza crecía entre ambos.
Por otro lado, YeonJun y BeomGyu se habían hecho mejores amigos. Se cuidaban y protegían.
Un día, hicieron a BeomGyu ver las noticias, no entendía el por qué hasta que el titular cambió. Se mostraba en letras grandes "La Corte Suprema ha decidido que Choi BeomGyu será condenado a muerte".
—Un suceso increíble, a pesar de que la pena de muerte no ha sido abolida en el país, la última ejecución fue en el año1997.—Habló con una tranquila voz la chica tras la pantalla.—La Corte Suprema declaró que el asesino Choi BeomGyu, de tan solo 19 años, será ejecutado dentro del próximo mes. No muy lejana a esta fecha, también será condenado el conocido traficante de drogas y armas y asesino, Kang TaeHyun. Esto bajo el argumento de que criminales así no deberían seguir con vida. Se espera que su ejecución sea los días 29 y 30 de mayo de este año, marcando así, el final de dos aborrecibles criminales de nuestro país. En otras noticias...
En ese momento, BeomGyu dejó de escuchar. Estaba condenado a muerte, ¡Y faltaba poco más de un mes para eso!
Se fue cuan rápido pudo a su celda y se tiró a la cama, sin ver que un rubio lo miraba confundido.
—¿Y ahora qué te pasó?—Preguntó mientras bajaba de la cama de arriba.
—N-nos condenaron...—Murmuró entre lágrimas.—Nos condenaron a muerte a ambos.
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Huening Kai corrió tan rápido como pudo donde su hyung.
—¡SooBin hyung! ¡SooBin hyung! ¡Tenemos un problema grave!
—¿Qué pasó, Kai? No tienes que gritar.—Regañó el alto, frotando sus sienes frente al dolor de cabeza que amenazaba con formarse.
—¡El jefe fue condenado a muerte! ¡Igual que el niñato al que se quiere traer!—Explicó sin bajar el tono de su voz.
