TaeHyun se levantó temprano y se dirigió directamente a enviar la carta. Estaba seguro que sería pan comido escapar. Tenían tiempo suficiente y los métodos necesarios, solo necesitaba mantener contacto con sus chicos.
La dejó donde debía y se puso a calcular. En lo que la revisaban y la enviaban tenía mínimo una hora y en que llegara y la leyeran, unas tres. Tendría su respuesta en mínimo 14 horas. Eso agregando que Choi y Huening la leyeran y enviaran la respuesta de forma inmediata.
Volvió a su celda solo para toparse con el castaño aún dormido. Sonrió de lado. Se veía muy bien durmiendo.
Quería salir de ese basurero con tal de poder tener un polvo con el de aspecto similar a un tierno oso.
Se volvió a recostar y se quedó mirando el techo de aquel lugar, sin duda se reservaría la evidente virginidad del menor para un buen uso.
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Bebió un sorbo de su vaso de whisky mientras revisaba unos papeles aparentemente comunes. Y lo eran, depende de donde se mire.
A simple vista parecían unos simples planos, pero para Choi SooBin, eran una mina de oro. Quedando él a cargo luego de que TaeHyun fuera arrestado, era él quien manejaba todo, los asaltos, los robos, los tráficos y de más.
Ser líder no estaba mal, pero tampoco le gustaba. Prefería ser la mano derecha, la que se encargaba de la computadora.
Unas horas después, apareció una figura alta con un sobre en mano.
—¡Hyung, hyung, mire!—Insistió el menor entre gritos.
—¿Qué cosa, Kai?—Consultó para que luego el menor le mostrara una carta.
—¡Es de TaeHyun hyung!
SooBin no tardó en tomarla y abrirla. Al momento de hacerlo, sacó la carta y notó de inmediato el código.
Revisó el sobre y notó la carta escondida, la leyó y descifró de inmediato.
—Hay que ayudarlo a huir. Tenemos que conseguir a alguien de confianza para infiltrarlo como guardia. Así tendremos acceso a información general.
—Sí, y con algo de tiempo podemos conseguir información confidencial.
—Tienes razón, Kai. Ahora la pregunta es, ¿A quién infiltramos? Está más que claro que nosotros no podemos.
—Uhm, ¿Qué tal a YeJi? Ella a pesar de ser una gran traficante de armas, es una espía de primera.
—Me parece bien, solo queda preguntarle al jefe.
Huening asintió, y ambos comenzaron a trabajar tanto en contactar a YeJi, como en escribirle a TaeHyun.
SooBin terminó la carta y la guardó, dispuesto a enviarla pronto.
