Ya ha pasado una semana. BeomGyu se ha acercado a YeonJun y se cuidan como pueden.
BeomGyu caminaba sin mayor velocidad, iba a ver a YeonJun, cuando ve que un hombre muy mayor lo empieza a seguir. Asustado aumenta la velocidad en sus pasos para poder perderlo pero el hombre lo seguía a un ritmo sorprendente a la edad que aparentaba.
Dobló en un pasillo y luego en otro tratando de perder al viejo pero este seguía pisándole los talones. En un momento se dio cuenta de que estaba perdido. Se quedó mirando a los lados, buscando alguna familiaridad en el lugar pero no la vio. Sintió como unas grandes manos tomaban su cintura y la apretaban con fuerza, mientras una tosca y gruesa voz murmuraba en su oído.
—Te atrapé, pequeño.
BeomGyu quedó congelado. No sabía que hacer o decir, estaba jodido. Lo violarían y probablemente matarían en el proceso. Cuando logró volver en si, trató de zafarse pero no había forma, el hombre era demasiado fuerte.
Soltó un grito de ayuda, rogando que hubiera alguien cerca. Pero recibió un golpe en el estómago como castigo, cayendo de rodillas en el suelo.
El hombre comenzaba a dejar vulgares succiones en su cuello, sin cuidado alguno, y a pesar de sus intentos no lograba huir. Lágrimas amargas comenzaban a caer por sus mejillas y solo esperaba que alguien estuviera cerca.
Volvió a gritar, esta vez lo más fuerte que pudo pero fue acallado por el viejo, el cual metió tres dedos en la boca del menor. BeomGyu vio una oportunidad, si salía mal de seguro lo matarían, pero había posibilidad de salir vivo, y sin duda la usaría.
Cuando notaba que los dedos del mayor comenzaban a ahogarlo, usó todas sus fuerzas para dar una fuerte patada en la zona baja del contrario, causando que cayera al suelo agarrando su hombría.
Choi, ni lento ni tonto, salió corriendo por donde según él había llegado y minutos después sintió pasos siguiéndole. Apresuró tanto como pudo pero terminó tropezando con sus propios pies, cayendo directamente de cara al suelo.
Aturdido con un fino hilo de sangre bajando por su nariz en camino a su boca, fue agarrado del cabello sin delicadeza alguna. Siendo lo último que vio, la cara del viejo que le seguía y luego su puño impactando duramente en su rostro.
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Despertó con el corazón a mil. Se sentó a la velocidad de la luz, dándose un buen golpe con la cama de arriba.
Un momento... ¿Cama de arriba? ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? ¿Por qué le dolía tanto la cabeza?
Miró a todos lados y notó que se encontraba en la celda que le había sido asignada el día que llegó. Muy confundido, se levantó en busca de alguien que le explicara y se topó con Kang. Este se volteó y lo miró.
—Ah, veo que ya despertaste.—Habló con indiferencia, pareciendo casi decepcionado con que estuviera vivo.
—Eh, sí...—Murmuró Choi.—¿Sabe usted que me pasó?—Consultó con evidente miedo.
