☯︎Kaia vive y respira el océano en la costa de Hawai. Eso fue hasta que un desafortunado incidente le hizo perder su amor por el surf y de repente se mudo a Japón. Kaia pronto se conecta de nuevo con sus raíces del surf cuando se encuentra con un pa...
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Kaoru se negó a hacer contacto visual conmigo desde el primer día. Giré mi cabeza para mirarlo con curiosidad. No estaba segura de qué hice exactamente para que me evitara, pero si lo deseaba, realmente no tenía nada que decir.
"¿Vamos a ir a algún lado hoy?" Me acosté de espaldas y sostuve el libro sobre mi cara mientras hojeaba perezosamente las páginas. Había estado trabajando como asistente de Kaoru durante casi una semana. Me sorprendió lo bien que mantenía las distancias incluso si ambos vivíamos en la misma casa. A veces le preparaba comidas para cuando regresaba de dondequiera que fuera a altas horas de la noche. La mayoría de las veces la comida se comía antes de que pudiera alcanzarlo en la mesa.
"Sí, tengo una reunión con un cliente. Necesito que recoja algunas cosas y se reúna conmigo en esta dirección". Le tendió la mano con un trozo de papel con la información. Kaoru solo dejó su brazo y no se molestó en darse la vuelta. Decidí que esta era mi oportunidad para obligarlo a que al menos me mirara. Puede que haya dicho que no me molestaba, pero con toda honestidad, me había estado devanando la cabeza constantemente en busca de una solución.
Fui a agarrar el papel, pero tiré de su muñeca hacia mí. Se levantó de la silla con sorpresa. Sus ojos no tuvieron más remedio que encontrar los míos cuando su rostro se acercó a centímetros del mío.
"¿Le he ofendido, Sr. Sakurayashiki?" Mantuve una expresión seria mientras esperaba ansiosamente su respuesta. Sus labios se separaron para decir algo, pero en cambio los cerró rápidamente. Observé cuidadosamente por cualquier reacción que pudiera darme una pista sobre su respuesta. "¿Señor?"
"Solo completa las tareas que te di. Entonces podremos discutir asuntos tan triviales".
Mis ojos se iluminaron de alivio. "¿Solo hacer estas tareas?" Me repetí en voz alta.
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"Definitivamente fue la decisión correcta solicitarlo. También fue popular entre las clientas".
"Me siento honrado de poder ser útil".
Kaoru le sonrió al anciano hombre de negocios mientras un rostro familiar se acercaba a servir su comida. Se impidió a sí mismo bajar la cara con fastidio. "Bienvenido, Sr. Tamashiro," dijo cortésmente el hombre de cabello verde.
"Te traje un valioso cliente mío. Es un maestro calígrafo-" fue interrumpido por el timbre de su teléfono. Al ver el nombre del contacto, se levantó de su asiento, "Lo siento".
Por supuesto, una vez que el hombre se fue, Joe se apresuró a tratar de recordar los eventos que habían ocurrido anteriormente en S. Kaoru trató de ignorarlo, pero fue persistente en hablar de lo que sucedió mientras comía.
"Yo hago las reglas dentro de este restaurante, tacaño cuatro ojos".
"¡Si ese es el caso, colócalo afuera también, gorila débil de mente!" Le arrebató el plato y giró la cabeza hacia el otro lado.
"¡Devuélveme eso, cuatro ojos podridos!"
"¡Cállate, imbécil!"
Los dos bromeaban entre sí, teniendo cuidado de no llamar la atención del otro hombre. Eso fue hasta que un nuevo cliente apartó la atención de Joe de sus discusiones entre él y Kaoru. Parecía ser una mujer elegante con un kimono con cabello negro como la seda cayendo en cascada por su espalda. Llevaban muchas bolsas en los brazos y el cabello cubría su rostro. Caminaron rápidamente hacia adelante mientras revisaban un papel en sus manos. Kaoru siguió la mirada de Joe y sus ojos también se posaron en el cliente. "¿Kaia?"
"¿La conoces?" Joe preguntó y nunca apartó los ojos del cliente.
"Ese es mi nuevo asistente. ¿Qué quieres decir con ella?"
"Esa mujer," comenzó hasta que se dieron la vuelta ante el sonido de la voz de Kaoru. El misterioso cliente era de hecho un hombre y era Kaia. "¿O hombre?"
"Sr. Sakurayashiki." Levantó las bolsas que sostenía para confirmar que había completado las tareas. Kaia fue a pararse junto a Kaoru y dejó las bolsas en el suelo cerca de él. Kaoru juró que podía ver orejas y una cola felizmente ondeando aparecer en Kaia. Miró a su jefe con una sonrisa tranquila como si fuera un cachorro obediente esperando su recompensa después de hacer un truco.
"¿Trabajas aquí para los cuatro ojos rosados? Estoy seguro de que habría recordado a alguien como tú". Joe sonrió y se acercó a Kaia mientras inclinaba la cabeza para ver mejor.
"Acabo de empezar esta semana. Tiene sentido que no me hayas visto".
"Me alegraría verte más", el musculoso macho se inclinó hacia él y lo miró. "Por el restaurante, quiero decir." De repente, la atmósfera se puso tensa mientras ambos se miraban en silencio. Eso fue hasta que Kaoru decidió romper la tensión y caminó frente a Joe para bloquear su vista de Kaia.
"Te agradecería que no acosaras a mi asistente."
"No he hecho tal cosa. Solo quería conocerlo mejor", Joe caminó a su alrededor y pasó su brazo alrededor de Kaia. "¿Hay alguna razón por la que tengas algún problema con eso?"
Kaoru estaba a punto de responder hasta que se dio cuenta de que no tenía respuesta. ¿Por qué le importaba lo que Joe pensaba sobre Kaia o incluso lo que decía? Kaia es perfectamente capaz de cuidarse a sí mismo.
Entonces, ¿por qué le molestaba tanto?
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Espero que les halla gustado y nos vemos en el próximo capítulo, voten y ya saben que en mi perfil hay más historias.
