De regreso a casa, estaba asustada por lo que dirían. Liam acelero su moto, cuando me fije en la hora ya era tarde, hace dos horas debí haber llegado a casa. Me hubiese gustado que el tiempo en en ese lugar nunca hubiese terminado, allí olvide muchas cosas. Pasar tiempo con Liam me hacía bien y eso me alegraba.
-Gracias – susurre
-No hay de que – contesto – espero que hayas pasado un gran día y perdón por dejarte.
-Al menos estoy viva – se río – me gustaría que todo fuese así, tranquilo sin preocupación alguna, sin miedos, sin restricciones, sin remordimientos...
La tristeza volvía a mí, al recordar todo ¡Joder! es tan difícil uno deshacerse de los recuerdos.
-Antisocial – me trajo en sí – ¿Por qué eres así?
Me tomo por sorpresa su pregunta, lo piense un poco.
-O sea, que sucedió para seas tan solitaria. Pues me he dado cuenta que no es que seas así, solo hay una razón por la cual no quieres salir de allí. ¿Es por tu padre?
- Liam – tome un poco de aire – solo tengo a Lorenzo sabes, fue el único y primer amigo que siempre ha estado allí. En mis peores momentos, desde el primer día que llegue aquí. Mi inseguridad no me dejaba tener un solo amigo, tampoco lo veía necesario. Sin embargo Lorenzo tuvo la pequeña paciencia de saber llevarme, antes no toleraba que me hablaran. Lorenzo nunca se rindió y por eso agradezco todo lo que hace por mí.
-Eso se escuchó muy lindo de tu parte, pero no me refería a eso.
-Lo sé, fue la muerte de mi padre – le dije – no soy así por que quise, las circunstancia me forjaron hacer lo que soy ahora. Y es donde entra Zoo, él no me dejo sola cuando lo supo, ni le dio lastima. En cambio con los demás me sentía vulnerable y eso es lo que odio. No poder confiar en ninguno de ellos.
- Vaya, entonces no confías en mi – dijo con ironía
-A decir verdad, después de Zoo. Eres la segunda persona en la que siento que puedo confiar.
- Y nunca lo dudes – termino
Sonríe ante su comentario, era cierto. Confiaba en él. Liam se estaba convirtiendo en alguien especial.
Después de unos instantes, me dejo a una cuadra de mi casa. Me asustaba la idea de que mi madre estuviera en la casa. Vaya, no sabría que decir y mucho menos explicarle sobre Liam. Me despedí de Liam y empecé a caminar a casa. Cuando por fin entre note que no había nadie y eso me caso un gran alivio, o eso creí. Porque de repente entro Fred hablando por celular y Zoo. Se quedaron perplejos al verme.
-Oh! ya la encontramos – comento Fred, comunicándoselo a la persona detrás de la pantalla.
Zoo, se encontraba molesto no era difícil deducir eso. Cada parte de él, lo afirmaba. Cuando solía enojarse fruncía el ceño, siempre estaba de brazos cruzados y su mirada fija al suelo. Su mandíbula se tensionaba una y otra vez. Mordía sus labios en el interior, como si tuviese ganas de gritarlo y decir todo lo que pensaba.
-Mira – Fred me inclino el celular, lo dude un poco – habla ya con ella.
Tome el celular y sabía que detrás de esa llamada se encontraba la mujer mas enfurecida del mundo. Mi madre
-Bueno – dije
- ¡Juno! – suspiro, sentí que se quitó un gran peso – ¿Dónde carajos estabas? No sabes lo preocupada que estaba.
- Estoy bien
- Juno, casi dejo todo tirado ¿Por qué me haces esto? – se notaba lo mal que estaba – cuando me llamaron del instituto y me dijeron que nunca entraste, que te habías ido. Me imagine lo peor.
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MI GRAN LÍO
Teen FictionElla era la chica antisocial, la que poco hablaba. Solo se centraba en su pequeño mundo interno, sin tener la curiosidad de conocer el mundo exterior. Él es el chico guapo, descomplicado y social, pero por muchos años la ha observado, provocando cu...