3 | Aceptación.

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         El mes pasó, un cálido clima le dio la bienvenida a septiembre y justo el día de su llegada la mayoría de los jóvenes regresaron a Hogwarts por el comienzo de clases, para algunos el viaje en tren fue extraño debido a la falta de sus amig...

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         El mes pasó, un cálido clima le dio la bienvenida a septiembre y justo el día de su llegada la mayoría de los jóvenes regresaron a Hogwarts por el comienzo de clases, para algunos el viaje en tren fue extraño debido a la falta de sus amigos o familiares graduados, los cuales ahora tienen nuevas obligaciones que llevar a cabo.

        Mientras los días seguían corriendo, el azabache entrenaba día y noche como nuevo miembro del equipo de Quidditch "Puddlemere United", James finalmente se había acostumbrado a ver cada cosa de un color distinto y no puede negar que es una de las mejores cosas que le han pasado, aún recuerda cuando se vio por primera vez en un espejo, logrando conocer el color de su cabello o sus ojos, así como también recuerda haberse deshecho de varias prendas de ropa que no combinaban para nada.

        La mayor parte de sus 24hrs el azabache se encontraba ocupada, pero si en alguna ocasión tenía unos minutos de descanso lo único que abarcaba su mente eran esos ojos pardos que no se podía sacar de la cabeza, casi nadie sabía el nombre de su alma gemela, sus padres lo habían entendido pero su grupo de amigos era demasiado insistente así que en un momento de estrés soltó el nombre de la castaña y les hizo prometer no decírselo a nadie, en especial a la mencionada, a la cual no había logrado ver de nuevo debido a su regreso a clases.

       Una tarde de sábado donde casualmente su entrenamiento había terminado antes de lo previsto, el azabache decidió mandarle un mensaje a sus amigos para reunirse en uno de los bares céntricos de Londres con aquel clima nublado le parecía bien tomar un par de cervezas con ellos. Minutos después, James entró al establecimiento con algunas gotas de lluvia escurriendo por su cabello ondulado, buscó con la mirada a sus amigos y sonrió levemente al ubicarlos.

      — Pensamos que no llegarías, Cornamenta. —confesó el moreno después de que el azabache tomó asiento.

      — La lluvia comenzó de repente y eso hizo que el tráfico avanzará todavía más lento.—explicó James encogiendo sus hombros.— Tendré que tomarme algo al llegar a casa porque después de esta empapada puede darme un buen resfriado y no debo arriesgarme, vienen varios partidos la próxima semana.

     Frank tomó un trago de su bebida.— Eso quiere decir que no te veremos en un buen rato, te van a tener en entrenamiento hasta que todo lo que sientas sea dolor.—bromeó el pelinegro con una sonrisa de lado.

     — Ni me lo recuerdes, esta semana solo he dormido cinco horas y los hombros no los aguanto.—comentó el azabache para después tomar un buen trago de su cerveza de mantequilla. — Pero seguro puedo conseguirles entradas para alguno de los partidos, solo avísenme el día que estén libres.

      — Tu lo dijiste y tú lo cumples, si es gratis iré apoyarte con todo gusto.—acordó Fred con una sonrisa amplia en sus labios.— Volviendo a tus horas de sueño, ¿seguro que estás durmiendo poco solo por el Quidditch? ¿No será que cierta chica no te deja dormir?

Your Eyes Tell | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora