5 | Sorpresa.

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        Así como las hojas comenzaban a caerse de los árboles, mientras que otras se siguen pintando de un color anaranjado provocando que la ciudad de Londres se pintará de bellos colores otoñales que cierto azabache admiraba cada que podía, Jame...

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        Así como las hojas comenzaban a caerse de los árboles, mientras que otras se siguen pintando de un color anaranjado provocando que la ciudad de Londres se pintará de bellos colores otoñales que cierto azabache admiraba cada que podía, James aun no se acostumbraba del todo a su nueva visión, en su rostro aún se pintaba el asombro cada que era capaz de descubrir un color nuevo y acrecentaba en él ese deseo de mostrarle esa "nueva" manera de ver la vida a la castaña que no lo dejaba dormir.

       Pero así como ese deseo de estar junto a ella y de cumplir los planes que había comenzado a pensar a futuro, también en la boca de su estómago se había asentado un miedo de ser rechazado, de no tener tal vez si quiera una oportunidad de enseñarle a Alice que él podía ser el chico que la haría feliz, que la apoyaría y que quería compartir miles de momentos a su lado.

        Después de la conversación que tuvo con sus amigos, el azabache decidió investigar más sobre las almas gemelas, percatándose que en la actualidad el permanecer con ella era una posibilidad demasiado baja; al parecer muchos se alejaban al obtener la posibilidad de distinguir colores y formaban su vida con otra persona, elegían crear su "propio" camino y no seguir lo que el destino había decidido. Aquella información solo provocó que la incertidumbre creciera de manera rápida en la mente y corazón del mayor de los Potter Weasley, él realmente esperaba que eso no le pasara con ellos, porque sus sentimientos eran sinceros y se habían desarrollado mucho antes de saber quien era su alma gemela.

         Por ello, unos días antes del cumpleaños de la castaña, James había planeado todo con ayuda de su prima Roxanne y su amigo Lorcan, él necesitaba ver a Alice y confesarle su manera de sentir, sentía que ya no podía guardar por más tiempo todo lo que daba vueltas por su mente no dejándolo cerrar los ojos cada que deseaba descansar.

          El azabache no sabía realmente cómo reaccionaría cuando tuviera a la menor de los Longbottom frente a él después de varios meses sin verla, pero ahora que la veía a tan solo unos pasos de él, observando asombrada con aquellos ojos pardos que adoraba, James solamente logró pronunciar su nombre con una sonrisa amplia en sus labios.

          El azabache no sabía realmente cómo reaccionaría cuando tuviera a la menor de los Longbottom frente a él después de varios meses sin verla, pero ahora que la veía a tan solo unos pasos de él, observando asombrada con aquellos ojos pardos...

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          — ¿Cómo? ¿Cuando? ... ¿Qué haces aquí? — preguntó Alice tratando de formular las preguntas correctas porque el asombro aún no salía de su cuerpo.

          — No podía perderme tu cumpleaños, no lo hice antes, menos ahora.— respondió el azabache acercándose hasta poder tomar las manos de la castaña entre las suyas.— Feliz cumpleaños pequeña Longbottom. — susurró James cerca del oído de la castaña para después dejar un beso en su frente.

          Alice sintió como un montón de mariposas revoloteaban en su estómago junto con un ligero color rojizo en sus mejillas, no logrando ocultar una pequeña sonrisa. En su mente todavía trataba de asimilar que él se encontraba ahí, frente a ella solamente para felicitarla y por esos pequeños momentos la castaña sabía que sus sentimientos por él nunca se irían, así que se dejó llevar por ellos al pasar sus brazos alrededor del cuello del azabache y estrecharlo en un abrazo que el chico no dudo en corresponder poniendo sus manos sobre su cintura.

          — De verdad, eres increíble Potter.— murmuró la castaña sin separarse.

              James soltó una leve risa dejando un tierno beso en la mejilla de la chica.—Ya lo sé, Alice.. — comentó el azabache.

            — Y tenías que abrir la boca. — bromeó Alice separándose un poco para poder mirar el rostro del azabache.— Debiste haber dicho solo "gracias, Aly".

           — No sería yo, pero dejemos eso para otro tema ya que no nada más vine para eso.— mencionó James sacando algo del bolsillo de su chamarra.— También quería entregarte tu regalo, cierra los ojos. — pidió el azabache sin borrar su sonrisa.

           La castaña lo miró curiosa e indecisa, encogió sus hombros cerrando finalmente sus ojos. Alice sintió que el tiempo pasaba más lento debido a los nervios y la curiosidad, hasta que sintió algo pequeño y frío caer sobre su cuello junto con una respiración pausada detrás de su nuca.

        — Esto es como una promesa de que no importa lo que pase en un futuro yo siempre estaré ahí para ti, aceptaré cualquier decisión que tomes, al final lo único que me importa es que seas feliz. — susurró James detrás de ella muy cerca de su oído, provocando que la castaña mordiera su labio inferior. — Puedes abrir los ojos, espero te guste.

         Alice abrió los ojos bajando su mirada y una sonrisa apareció en sus labios al encontrarse con un dije de águila y un pequeño zafiro en el pico. Pasó sus dedos por él dije sin quitar su mirada de este, procesando las palabras que el azabache había recitado hace tan solo unos segundos, un suspiro se escapó de sus labios al voltear su cuerpo para quedar frente al chico.

       — James...— la castaña iba a comenzar a hablar pero el azabache la detuvo.

        — Solo quiero que sepas que mis sentimientos por ti nacieron antes de que supiera quien eres en mi vida, realmente te quiero Alice y espero poder tener la oportunidad de demostrarlo. — habló James mirando directamente a los ojos de la chica.

         Alice quería decirle su sentir, lo que su sola presencia o voz provocaba en ella pero algo dentro de ella no se sentía listo, aún tenía miedo así como cosas que resolver, no podía corresponderle no por el momento, por ello simplemente se acerco un poco más a él y dejo un beso en su mejilla.

         — Debo irme, no quiero meterme en problemas. — se excuso la castaña alejándose del azabache.

         — Si, yo tengo práctica temprano así que debería irme ya. — concordó James con una sonrisa de lado en sus labios.

        — Adiós, Potter. — agradeció Alice para después comenzar a caminar hacia la puerta del invernadero, pero antes de salir miró detrás de ella al azabache.— Gracias por todo.

       James asintió levemente sin pronunciar una palabra mirando como la chica que quería se alejaba de él sin saber cuándo volvería a verla, pero con un poco más de esperanza que con la que llegó. 

Your Eyes Tell | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora