Capítulo trece.

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– ¿Estás seguro de eso? – Me preguntó MinGi un poco desconfiado, yo simplemente asentí, aunque no iba a mentir que si me sentía nervioso de que el pelirrojo me mordiera.

– Si no estuviera seguro, no te hubiera preguntando. – Rodé mis ojos, para luego sonreírle, extendiendo mi muñeca, él parecía estar procesando la información ya que miraba mi mano como si fuese la cosa más delicada del mundo, pronto tomó con cuidado mi mano, yo me sentí un poco raro ante su contacto, no era incómodo, más bien… Se me hacía muy cómodo.

– Espera, ¿Tus amigos no vendrán? – Era verdad que no estábamos solos, los demás estaban abajo bastante distraídos que de seguro no notarían nuestra presencia.

– No te preocupes, ¿Escuchas esas risas? Están muy distraídos como para recordar que faltamos nosotros. – MinGi asintió un poco desconfiado, pero el agarre en mi mano lo hizo un poco más fuerte, su boca se fue acercando a mi muñeca, cada vez me sentía más nervioso, era como si me fueran a sacar la sangre por primera vez.

Mi vista fue hacía la ventana, mirando las estrellas adornar el hermoso cielo junto a la luna, pronto sentí dos pinchazos en mi muñeca, me cuerpo se tensó e hice una mueca de dolor cuando comenzó a succionar la sangre, en verdad dolía, parecía como si me estuviera tatuando esa parte combinado con la extracción de sangre.

A lo que a mí me pareció una eternidad, en realidad fueron dos minutos en los que MinGi absorbió mi sangre, sus colmillos salieron de la zona de mi muñeca, pasó su lengua por la misma parte causando que mi cuerpo tuviera un escalofrío, lo que no me esperaba era que mis mejillas tomaran un tenue color rojizo.

– No te preocupes, no va a sangrar más y en unos días la herida va a desaparecer. – Murmuró, yo simplemente asentí aquella herida en mi muñeca, dos agujeros rojizos adornaban esa zona, pero lo que no me daba cuenta era del agarre de nuestras manos.

– Te dije que debías confiar en mí, ninguno vino a vernos. – MinGi soltó con cuidado mi mano, pero en realidad yo no quería soltar su mano, pero lo tuvimos que hacer, mirando nuevamente las estrellas adornar el hermoso cielo.

– Bailas muy bien, YunHo. – Le agradecí junto a una pequeña sonrisita, no esperaba un comentario así de aquel pelirrojo.

– No puedo decir nada de ti, solamente puedo admitir que eres muy guapo, ¿Estás seguro que no eres un Dios griego? – Ambos reímos ante mi ocurrencia, volvimos a la sala de estar donde todos estaban allí, riendo de cualquier estupidez que se les ocurría, al vernos todos salieron de su trance.

– ¿Dónde estaban ustedes dos? – Preguntó JongHo, moviendo sus cejas de arriba hacia abajo.

– ¿Quién me apoya en que estaban haciendo el frutifantástico? – HongJoong habló después del castaño, todos en aquel lugar (a excepción de MinGi y yo) levantaron las manos, yo me golpeé la frente con la palma de mi mano.

– No estábamos haciendo nada, simplemente platicábamos de lo buen bailarín que es YunHo. – Gracias MinGi, de verdad te debo una, fue lo único que pensé cuando el pelirrojo comentó aquello.

Pronto nos reintegramos al grupo, por suerte MinGi estaba interactuando con los dos menores del grupo, hasta que escuché una pregunta.

– JongHo, ¿Tú también eres Choi? – Preguntó MinGi, comiendo una barra de chocolate, el castaño asintió, a lo que pude ver como el pelirrojo fruncía su ceño confundido.

– Se lo que estás pensando y no, San y yo no somos hermanos ni primos, da la casualidad que ambos somos Choi. – Un confundido pero convincente pelirrojo asintió, mirándome de regreso, yo simplemente subí mis hombros para después reír.

¿𝑸𝒖𝒆 𝑬𝒓𝒆𝒔? ⟨ 𝒀𝒖𝒏𝑮𝒊 ⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora