Capítulo diecisiete.

983 127 39
                                    

– ¿Me estás diciendo que invitaste a MinGi para que te viera bailar? YunHo, tus intentos de arreglar las cosas son raras. – San y yo estábamos a un costado de la sala de práctica, calentando nuestro cuerpo en la espera de los profesores además de algunos compañeros.

– Luego de la práctica, lo invitaré a comer algo, supongo que de algo puede servir… Aunque la cosa es, que venga.

Había hablado con MinGi en la tarde, le dije que viniera a mi práctica, él en cambio sólo leyó el mensaje, no voy a mentir, tengo los nervios a flor de piel, cada persona que entra a la sala me imaginaba que era el hermoso pelirrojo, pero no, no era.

– ¡Buenas tardes chicos! Espero ya estén listos, porque las prácticas van a durar hasta tarde. – Los profesores entraron con una enorme sonrisa, me levanté junto a San, fuimos con los demás, mirando la coreografía nueva, la cual era demasiado movida, creo que fue mala idea traer un gorro.

– Muy bien, ¡A practicar!

(…)

MINGI;

– ¿Crees que deba ir? – Estaba dando vueltas en la sala de estar, mientras HoSeok texteaba en su celular, al parecer no me estaba prestando atención así que le lance mi bolso.

– ¡Oye, imbécil! – Bingo, me lanzó de regreso el bolso el cual lo desvíe sin tocarlo, me acerqué a él sentándome a su lado, en verdad no sabía qué hacer.

– ¿Qué hora es? – Pregunté, pensando que…

– Cuatro y media, ¿Por qué?

Jo-der, ¡La práctica de YunHo había empezado hace más de dos horas!

Me levanté deprisa del sofá, tomando una chaqueta junto a unos zapatos deportivos para salir de mi departamento, sino fuese porque alguien, estaba allí.

– Si invitas a TaeHyung, limpian todo lo que hagan, no dejes que mire el refrigerador y si lo hace, espero no se lo tome a mal, porque tanto a él como a ti, los degollare.

Sin más nada qué decir, corrí hacía el ascensor, apreté el botón de la planta baja, esperando que bajara rápido, pero al parecer el tiempo no estaba a mi favor; al llegar abajo, fui directo hacía el estacionamiento, tomé mi moto, la encendí manejando directamente hacía aquella academia, rogando que aún no haya terminado.

En cuanto llegué, dejé escapar todo el aire de mis pulmones, pero el nerviosismo me invadió por completo al ver a YunHo bailar de regreso. Estacioné mi moto cerca del lugar, entrando a la academia mirándola por completo, al menos la recepción era muy bonita, pregunté por el salón donde estaría practicando el peli azul, la chica me lo dijo y de inmediato fui a aquel lugar.

La música se escuchaba en aquella sala de práctica, agradecí mentalmente a que dejaran la puerta abierta, ya que pude entrar sin interrumpir, entonces allí admiré al alto peli azul, bailando con tanta agilidad, sus movimientos eran fluidos, eran… Muy sueltos.

Me senté en una banca, admirándolo mucho mejor, el sudor bajar por su garganta le hacía lucir muy sexy, sus ojos fijos en una especie de cámara, pero también cantando la canción, la cual era muy buena en realidad; no sé en qué momento me perdí, pero estaba muy concentrado en admirar el baile de YunHo, sus gestos, movimientos, como su camisa se alzaba ante algún movimiento rudo, el cómo las venas en sus brazos se marcaban, definitivamente, era una obra de arte.

– Joven, ¿Se puede saber, quién es usted? – La música había parado, todos en la sala de práctica me miraban, incluyendo al peli azul, un sonrojo se apoderó de mis mejillas, mirando a la voz que me había llamado.

– D-Disculpe, vine a ver a Jeong YunHo, ¿Se puede? – Rasqué mi nuca nervioso, una risita de fondo me hizo saber que, el peli azul estaba feliz de que estuviera aquí, en cambio aquella chica me dijo que no había problema, sólo que no debía molestar.

El resto de la práctica fue entretenida, pero fue aún más interesante cuando en una parte de la coreografía, YunHo tenía que “halar” a sus compañeros, moviendo su cuerpo como si se estuviera electrocutando, no pude contener mi risa cuando el gorro bajaba y tapaba su vista, se lo subió por lo menos tres veces, se me hizo muy tierno esa parte.

En cuanto aquellas prácticas terminaron, todos se fueron yendo, en cambio me acerqué a YunHo y San, posando una mano en el hombro del de mayor de estatura, se sobresaltó ante mi gesto, pero después me sonrió con calma.

– Lo hicieron genial, aunque creo que San te supera. – La risa de San me hizo reír también, pero el golpe en mi brazo me hizo quejarme.

– Trato ser mejor que él, ya veremos. – Comentó, mirándonos a ambos con una sonrisa, de verdad, prefiero estar así que enojado con YunHo.

Las horas pasaron hasta dar las siete de la noche, San se había ido hace dos horas atrás, en cambio YunHo y yo, estuvimos caminando por los alrededores hasta que decidimos ir a cenar, por supuesto fuimos en la moto hasta llegar a un local donde vendían sushi, de inmediato entramos, sentándonos cerca de una ventana.

– Gracias por venir a verme, pensé que no irías. – La voz de YunHo me sacó de mis pensamientos, lo miré con una sonrisita, me atreví de dar un paso “grande”, tomé su mano, acariciando su dorso con el pulgar.

– Yo también pensé en no ir, pero mira, pude verte bailar. – Ambos reímos, le quité su gorro para ponérmelo, no me importaba si estaba sudado, simplemente lo usé, mirando el menú de regreso.

Pedimos nuestra cena, mientras esperábamos nos disponíamos a hablar de cualquier cosa, por supuesto ambos nos disculpamos por las cosas que hicimos, al final volvimos a hacer los “mismos amigos”, si así se le puede llamar a los amigos que se dan besos y se tratan como novios, en fin, la cosa es que todo estaba en orden.

Comimos entre risas, charlas y una que otra anécdota de nuestra infancia, al parecer a YunHo siempre le gustó el baile, era bueno en la escuela desde pequeño, aunque ahora… Era muy flojo, por supuesto yo no me quedaba atrás, era pésimo en las clases, pero ahora debía esforzarme al máximo. Dado las nueve de la noche, me dispuse a llevar a YunHo a su casa, ya ambos en la moto, maneje hacía aquel lugar que me había aprendido de memoria; veinte minutos después, ya estábamos fuera de su hogar.

– Gracias por venir a mi práctica, de verdad. – Mientras se bajaba de la moto, yo miraba hacía su casa, teniendo una sonrisa de bobo.

– Gracias a ti por invitarme, la pasé genial. – Estacioné la moto para poder bajarme, tomé el casco dejándolo sobre el asiento, mirando de mejor forma al peli azul.

– Espero tener más salidas así, ya veo que eres más entretenido que los demás. – Reímos por lo que dijo, me acerqué a él, tomándolo de la cintura.

– Supongo que sí. – Y uní nuestros labios en un beso, bajo la luz de la luna y estrellas.

Ahora estaba más que conforme, que sentía algo por Jeong YunHo.

¿𝑸𝒖𝒆 𝑬𝒓𝒆𝒔? ⟨ 𝒀𝒖𝒏𝑮𝒊 ⟩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora