Capítulo 18

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Un año, había pasado un año, más de 365 días sin que se viesen, sin saber nada del otro y aunque al principio costó y dolió, mucho, los dos tenían demasiadas cosas que hacer para estar llorando por el otro tanto tiempo, aunque no vamos a mentir, los dos en algún momento agarraron el móvil (o celular, como prefiráis llamarlo) y buscaron el número del otro, a punto de llamarle para preguntar cómo iba, aunque el orgullo o la culpa les impedía realizar esa acción.

Peter había acabado la serie y aunque al principio recibió varias críticas, bastantes fans seguían estando ahí para él y por eso se mantuvo con ese personaje secundario hasta el último capítulo. Se centró mucho en la actuación y en intentar que la discográfica aceptará volver a trabajar en el segundo disco, al principio eran bastante reacios, pero cuando les enseñó una de sus nuevas canciones decidieron empezar a producirlo, aunque con calma, sin prisa, porque Peter había perdido mucha reputación. Peter sabía que si enseñaba la canción que había hecho con Lali la discográfica no se podría negar a trabajar en ella, era un temazo.

La familia Lanzani respiraba más tranquila sabiendo que a su padre le habían condenado a 115 años de prisión por intento de asesinato a su propio hijo, esto quería decir que se iba a morir entre rejas y aunque los hermanos no estaban felices por esa decisión al menos podían estar más aliviados sabiendo que no había nadie detrás de ellos que les quisese hacer daño.

Aunque en lo que más tiempo había ocupado su tiempo Peter era en demostrar que él no había abusado de nadie, se informó sobre la chica que había empezado el rumor y, efectivamente, nunca se había cruzado con esa chica. Era de capital, pero de uno de los barrios más pobres, trabajaba en un mercado, aunque tenía entendido que ella quería estudiar, pero imaginaba que no se lo podía permitir.

Quería ir a hablar con ella, pero le generaba respeto y miedo, no sabía si esa chica había mentido o alguien le había hecho creer que él era capaz de eso, por eso no sabía si presentarse en su casa, lo estuvo meditando varios meses e incluso habló con su abogado, ya no quedaba mucho para el juicio y no sabían muy bien cómo quedaría Peter después de la sentencia. Así que se armó de valor y fue hacia la casa de ella, solo esperaba que no estuviese sola, tal vez eso la tranquilizaría.

Tocó a la puerta, abrió ella, pero en cuanto lo vio intento cerrar la puerta, Peter consiguió parar antes de que se cerrase del todo.

-Por favor no cierres, solo quiero hablar, pacíficamente. ¿Estás con alguien? Llama a alguien para que esté contigo, pero por favor, déjame escuchar tu versión de los hechos. -Después de sus palabras la chica dejo de usar su fuerza para cerrar la puerta y la volvió a abrir, se la veía asustada, pero dio un paso al lado dejando entrar a Peter.

Al entrar Peter vio a otra mujer, más mayor que la otra chica, tal vez tenía 10 años más que él, pero aparentaba más, tenía muchas arrugas y casi todo el pelo gris. Estaba sentada en el sofá, en cuanto le vio se levantó de un salto, su cara no expresaba miedo, más bien nerviosismo. Peter esperó a que la otra chica llegase al salón y empezó a hablar.

-Bueno, he venido aquí. -Se toca el pelo, está nervioso. - Para saber qué pasó, por qué piensas que fui yo. – Las dos se miraron y empezó a hablar la chica.

-En serio no te acuerdas de nada? Eres peor que lo que me imaginaba, vete. – Quería aparentar enfado, pero Peter sabía que lo que estaba era nerviosa, no le paraban de temblar las manos y no era capaz de mirarle a los ojos.

-Podéis poneros en la situación de que un día para el otro sale una chica en la televisión y dice que yo la violé cuando nunca he hecho eso, ni se me pasaría por la mente.

- ¿Ni siquiera habiendo bebido de más? – Ahora pregunta la otra mujer, puede que fuese la madre. Peter la miró, sorprendido por su pregunta y reflexionó sobre la respuesta que podía dar.

Llegas tú (LALITER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora