Parte 1

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Estábamos en mi cuarto haciendo un trabajo que era para mañana; ella estaba tranquila, algo no tan común, era extraño pero no tan incómodo. De un momento a otro sentí su penetrante mirar esmeralda, pero al ver que se la devolvía miro a otra dirección.

-¿Qué pasó?- pregunté

Una lágrima cayó al suelo, luego otra, al final no se pudo contener más y comenzó a llorar en silencio, mientras trataba de limpiarlas, pero era inútil ya que estas seguían apareciendo, me sorprendió bastante, ella no permitía que la vieran débil o al menos era la impresión que tenia.

- Emma...-

No sabía cómo reaccionar, no estoy acostumbrado a consolar a las personas, lo único que pude hacer fue acercarme a ella y darle un ligero golpe en su cabeza.

- Idiota -

Ahora estaba llorando entre mis brazos, no se como sucedió; trate de apartarla como podía, pero esta mocosa sólo se aferraba más a mí.

- ¡Emma!, Tranquilízate ¿quieres?- dije molesto

Al ver que no tenía respuesta suspire resignado mientras comienzo a acariciar su cabello revoltoso.

- ¿Qué sucede?- pregunte más tranquilo

- Me... rechazó- decía entrecortada

Al escuchar aquello sentí un alivio efímero, pero a la vez tristeza y enojo por verla en esa situación, pero ¿que podía hacer yo?

- No deberías preocuparte por estas cosas, además es un estúpido quien te haya rechazado-

Soltó una pequeña carcajada y suaviza su agarre.

- Gracias Ray-

Se apartó de mí y me miró directamente, tenía una sonrisa triste y sus ojos en ese lapso se habían vuelto rojos por lo de recién.

- ¿Ahora si me vas a decir, cómo sucedió? -

Pregunto mientras me acomodo.

- De acuerdo- carraspeó- desde hace poco estaba intentando acercarme a un chico.

Ya lo sabía, desde que entramos a la preparatoria, por causas del destino ella me empezó a hablar y nos volvimos amigos rápidamente, pero no éramos sólo nosotros dos, había un tercero de nombre Oliver, pero se notaba fácilmente que ellos dos se traían algo.

Lo confirme un día que salimos a una plática con Norman, Gilda, Don y los demás. Nosotros tres nos quedamos hasta atrás y en un momento a otro los ví besarse, pero me hice el loco.

-ajam-

- Y pues bueno... Me puso muchos pretextos y acordamos en quedar como amigos- menciona aún sin quitar ese rostro triste, sin mirarme.

- Sabes que nadie se enamora en pocos días de conocerse-

Le di otro golpe y ella se llevó a las manos a la cabeza.

- Lo se... Lo siento por mostraré este lado tan patético de mi-

- Para eso estoy aquí, al fin y al cabo sabes que somos amigos, además no es patetico... quiero decir es normal, al fin y al cabo eres un humano-

- No eres tan gruñón como pensaba, me alegra saber que puedo confiar en ti-

Dicho esto le regaló una cálida sonrisa y yo se lo devolví.

- Sería más lindo si sonrieras de esa manera más seguido-

Mis mejillas comenzaron a arder, por lo que de un rápido movimiento evito que me mire

- Sería más lindo si terminamos este estúpido trabajo-

Volvió a sonreír.

- Eres tan injusta- murmuró

- ¿Dijiste algo?-

- Que te limpies esos mocos-

Sorprendida se llevó ambas manos a cubrir su nariz y salir de mi cuarto, en busca de papel, esta al salir me tiré al suelo, observando el techo y me cubro los ojos con mi brazo.

"Sabes que nadie se enamora en pocos días de conocerse", sabía que me lo decía para mí.

"Siento una ganas de besarla, ¿Estaría mal si lo hago?"

La puerta se abrió nuevamente y con ello una Emma haciendo rabietas aparece, al instante volví a mi postura típica y continúe con el trabajo.

Un rato después terminamos y acompañé a Emma hasta su casa, durante el trayecto me pidió que no mencionara nada y mucho menos a Norman, aquello me hizo sentir especial, sabía que ella confiaba en mi.

- Una vez más disculpa...-

- Entiendo que es algo complicado, aunque no lo entiendo del todo-

Suspire

- Pero tranquila, algún día encontrarás a alguien -

Ella paro en seco y me observa sorprendida.

- Nos vemos Ray-

- Bye-

Nos despedimos y en el transcurso de mi viaje no pude evitar pensar en lo ocurrido, verla acurrucada en mis brazos en búsqueda de protección me hizo sentir ternura, quería cuidarla por alguna razón, quizás podría ser que me guste.

Ante esa posibilidad, pensé que no estaría mal, aunque sabía que no era el momento, ya que quería conocerla mejor.

Al día siguiente llegue temprano a la escuela, por alguna razón estaba preocupado, en como van reaccionar tanto Emma cómo Oliver, pero al verla llegar como si nada me hizo sentir tranquilo.

Quería preguntarle cómo se sentía, pero no quería meterme en sus asuntos, quiero darle su espacio. Además de que no se como inciar esa conversación... A veces odio este lado introvertido.

- ¿Soy yo o Emma y Oliver parecen distantes?-

- Quizás pasó algo entre ellos-

Comenzaban a hablar a mi alrededor ya que no estaban los mencionados, por mi parte me quedé callado, mientras le daba mordiscos a mi almuerzo, sin darme cuenta me percaté de sus miradas.

-¿Qué?-

- ¿Sabes algo?-

-No lo sé -

- Yo creí que esos dos andaban, el día de la plática los vi besarse-

Menciona Gilda recordando.

- Vaya...-

Me paré para sacudir el pantalón y retirarme.

- Le preguntaré después-

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No hay mucho que decir.

bye

¿Qué es el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora