Some Mistakes Get Made - Muke

1. Before everything goes down

Michael se encontraba en medio de una partida de su videojuego favorito cuando escuchó por primera vez el timbre. Lo dejó pasar siendo consciente de que no esperaba nada ni a nadie, pero cuando el sonido comenzó a entorpecer su juego decidió ponerse de pie entre bufidos. Su expresión cambió por completo al ver aquella rubia cabellera, escondida en un viejo gorro gris que estaba casi seguro era suyo. Vio sus manos guardadas en los bolsillos traseros de su pantalón, causando que sus hombros quedaran más levantados de lo normal, haciéndolo verse tenso e incómodo. Y, la triste mirada que sus lindos ojos azules le daban completaba su expresión de desánimo.

Mike no pudo evitar fruncir el ceño al verlo así. Decir que detestaba hacerlo era poco, pues realmente dudaba que hubiera otra cosa que le partiera tanto el corazón como mirar aquellos ojos cristalinos, las leves mordidas en los rosados labios, y la forma en la que el rubio se encogía dentro de grandes sudaderas, haciéndolo ver mucho más pequeño e indefenso, incluso para sus 27 años.

—¿Puedo quedarme aquí? —inquirió cuando sus ojos se encontraron. Michael abrió los suyos sorprendido, antes de asentir y cerrar tras del menor, quien ya se adentraba al departamento tallando su cara con desesperación.

—¿Qué te hicieron? —cuestionó avanzando hasta él y colocando sus manos sobre sus hombros, dejando que sus dedos se deslizaran tranquilos sobre ellos. Luke soltó un corto suspiro, para luego girarse sobre sus talones y tirar los brazos detrás del cuello del mayor, quien de inmediato lo pegó a su cuerpo tomándolo por la cintura.

Michael se limitó a sostenerlo, escuchando levemente los fuertes latidos del rubio, quien se aferraba cada vez más a su cuello. Sabía que el menor había pasado una semana estresante, yendo de un lado a otro confeccionando cualquier cosa que venía a su cabeza y recibiendo tanto buenos como malos comentarios sobre sus bocetos. Además, era consciente de la tensión que había tenido en su casa, con su padre pisando sus talones con respecto a los planes de boda y su madre intentando mejorar su imagen pública programándole entrevistas con reconocidas revistas y televisoras.

—Discutí con él —murmuró Luke contra su oído. No se separó de él, solo siguió acariciando su espalda, mientras sentía cosquillas cada vez que el rubio respiraba contra su piel—. Me preguntó si ya tenía la fecha para la boda, obviamente le dije que no y... —sollozó, escondiéndose más en el hueco entre su cuello y su hombro—. Dijo que había hablado con los padres de Kiara y que acordaron el día. Mike, no puedo hacer nada, traté de persuadirlo pero él...m-mi padre es tan testarudo.

—Tenías que sacarlo de algún lado, cielo.

La risa del menor hizo que Michael sintiera su piel erizarse, aferrándose inconscientemente un poco más a su cintura, a lo que el rubio respondió dejando suaves besos sobre el hueso de su hombro.

—Secuéstrame Mike, llévame contigo lejos de toda mi familia —murmuró, causando que el rubio platinado riera y dejara que su cabeza viajara a todo eso que significaría el poder quedarse a Luke para sí solo.

—Incluso cuando tenerte atado es una de mis fantasías... —inició, ganándose de inmediato que el menor se apartara de su abrazo, viéndolo divertido mientras negaba con la cabeza y se cruzaba de brazos. Michael mantuvo su agarre en las caderas del rubio, logrando con eso el no perder por completo el calor que el chico emanaba—, no creo que serías muy feliz si te apartara de todos.

—Soy feliz contigo —musitó Luke cabizbajo, apenas audible para su acompañante, quien con una sonrisa asomándose en sus labios volvió a tirar de él hasta encerrarlo entre sus brazos.

—Y yo lo soy contigo —respondió Mike, besando su mejilla. Fue el fuerte suspiro de Luke lo que los hizo volverse a separar, con las cejas arqueadas del mayor y los llorosos ojos azules otra vez haciendo presencia— ¿Qué?