Capítulo I [Editado]

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Capítulo I: Bienvenida, Hanna

Estar en Willstack City se siente extraño, desconocido y erróneo. Nunca creí que fuera a regresar por propia cuenta y que el abuelo seguiría vivo cuando eso pasara. La casa frente a mí se siente... desconocida, después de que papá murió, esta casa jamás se volvió a sentir como un hogar, como mi hogar, durante años esperé y esperé a que mamá recuperará las fuerzas y peleará por aquello que nos corresponde. Pero mamá vive muy feliz en su pequeña burbuja de miseria

-Señorita Hanna, bienvenida-Héctor me da una sonrisa sincera

Si alguien me quiso y me cuidó después de la muerte de papá, fue este hombre. Siempre fue mi cómplice, amigo y compañero. Y durante todo un verano, mi único aliado

-Héctor, ¿cómo ha sido todo por aquí? ¿los chicos siguen igual de idiotas o ya crecieron?

-Porque no entra a la casa y le respondo todas sus dudas. El señor llegará en la noche

-Ojalá el universo conspire a mi favor y no llegue nunca

-Señorita-el reproche y la diversión tiñeron su voz a partes iguales

Caminó a mi lado mientras subimos las horribles escaleras a mi infierno personal. Los empleados caminaban de forma veloz de aquí para allá y solo aquellos que me recordaban me regalaron una sonrisa cálida, mientras los demás me miraron con extrañez. Y no los culpo, no hay nada de la anterior Hanna. De aquella Hanna que está en las fotografías de esta casa

El pelo rubio se fue, la piel pálida igual y el cuerpo larguirucho y sin curvas me dijo adiós hace unos meses. Ahora soy la versión mejorada de mi misma, para algunos será bueno y para otros no tanto. Mi abuelo es de la segunda opción, me odiará en cuanto sus ojos caigan en mi cabello, el pequeño piercing en mi ceja y el delineado negro de mis ojos

Que divertido es estar en casa

[...]

La cena transcurre en completo silencio, mamá me vio durante un segundo, me regaló una tímida sonrisa y no volvió a poner sus ojos sobre mí. No la culpo, dejó de ser mi mamá hace mucho tiempo, para convertirse en el títere de mi abuelo, de su papá

-Quítate ese tinte, Hanna. Te ves horrible-la dura voz del abuelo suena por todo el lugar, las mujeres que están recogiendo la mesa se encogen sobre ellas mismas y la sangre me hierve

-Lástima, hace mucho tiempo dejé de buscar tu aprobación abuelo. ¿Qué opinas de un piercing en la nariz, mamá? ¿No me haría ver mala?

Héctor niega divertido por mi valentía o idiotez y el abuelo me mira furioso

-Creí que este tiempo lejos sería bueno para ti, veo que me equivoque

-Ciertamente, creí que te daría un infarto al verme de esta manera y por fin me desharía de ti. Pero también me equivoqué

-¡Hanna, por Dios, detente!-mamá grita y tiembla. Le sigue teniendo miedo a las reacciones del abuelo

-Déjala Meredith, tiene ganas de volver al sótano, ¿cierto Hanna?-la amenaza del abuelo solo me divierte

-Abuelo, por favor. Los dos sabemos que no puedes volver a llevarme ahí. Ya no mandas en mi vida. Tienes la herencia de papá durante tres años más, o quizás mueras antes

-¿Me estás amenazando, pequeña bastarda? ¿Qué harás? ¿Asesinarme?

-¡Por Dios, no!-una sonrisa sarcástica se forma en mis labios-Un Richstone jamás se manchara las manos de esa manera... Para eso tienen gente que lo harían por ellos

DESTERRADA [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora