Capítulo V

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Capítulo V: Confesión a medias

-¡No me importa lo que hagas, solo desaparécelo!-la voz de Fabio Lombardi rompe con el silencio de la noche-

Me asomo solo un poco y veo a Lucas, la mano derecha de Fabio retorcerse las manos de forma nerviosa

-No será tan fácil señor, la muerte de alguien de su calibre será algo complicado

Los hombros de don Fabio se tensan y desvía su mirada de su compañero, para enfocarla en mí, una sonrisa ligera se forma en sus labios y me indica que entré a su despacho

-Luego seguimos hablando. Retírate

-Por supuesto señor. Que descanse señorita Hanna-le dedico una sonrisa apenada y él sale del lugar-

-¿Necesitas algo, muñequita? ¿Te sientes incómoda en tu habitación?

-No.. Yo... Todo sigue igual, ni siquiera parece que me fui-me dedica una sonrisa y señala la silla frente a él-

-¿Qué ocurre?

-Yo...-me quedo callada y él no me presiona. Porque Fabio Lombardi jamás presiona-¿Crees que pueda vivir aquí? Sé que mi lugar es en mi casa, pero... No puedo dormir ahí, ya no se siente como mi hogar

Su sonrisa vaciló durante una milésima de segundo

-Por supuesto, Hanna. Esta casa, también es tuya. Eres mi niña grande. Fuiste mi primera princesita, ¿cómo no voy a querer que vivas aquí?

-Gracias-una sonrisa verdadera tiro de mis labios-Por todo, señor Fabio. Gracias por salvarme ese día

-Hanna, perdóname por llegar tarde. Deje que unos idiotas te rompieran y lastimaran, no merezco tu perdón, lo sé. Pero voy a cumplir lo que te prometí cuando te saque de ese horrible lugar. Los hombres y mujeres que te dañaron lo van a pagar, cada uno de ellos

Mi ojos se llenan de lágrimas y el señor Fabio sale de su silla para estrecharme entre sus brazos

-Haré que paguen, mi Hanna. Le falle a tu padre una vez al dejar que te llevarán lejos, no volverá a ocurrir

-Creí que iba a morir en ese lugar. Que nadie nunca me iba a encontrar-sollozo y él me aprieta más contra su pecho-Todos los días pedía porque me encontraras. Sabía que lo harías

-Perdóname por llegar tarde, cuatro años tarde. Pero ya no más muñequita. Esos malnacidos pagarán por romper tu voluntad. Tu abuelo tiene sus días contados, lo juro. Y Fabio Lombardi nunca rompe sus promesas

Nos quedamos en silencio, Fabio Lombardi sigue sosteniéndome como el padre que siempre fue para mí y al que necesite en ese horrible lugar. Me deja vaciar todas las lágrimas que no derrame en ese asqueroso lugar, se dedica abrazarme y darme el cariño que siempre voy a necesitar

-¿Quiéres un vaso de leche tibia con galletas de chocolate? Todavía recuerdo que eso siempre te ayudaba a conciliar el sueño

-Me gustaría, llevo cuatro años sin probar un vaso de leche tibia, ni galletas de chocolate

-Ahora regreso, muñequita. Pero estas segura, en esta casa nada volverá a pasarte. Mañana irán James y Lucas por tus cosas, no necesitarás pisar esa casa nunca más

Besa la coronilla de mi cabeza y se aleja de mí en silencio. Limpie las lágrimas restantes de mi rostro y tome bocanadas de aire para recuperar la compostura. Sé que Fabio no miente, él me protegerá sin importar quien intervenga, también sé que su conciencia le pesa, la culpa y el remordimiento son sus compañeros desde que me encontró con las heridas de mi espalda y pecho abiertas aquella noche. La masacre en que se convirtió aquel lugar, por haber tocado a la hija de su mejor amigo y a quien él consideraba su propia niña, fue satisfactorio para mí. Por fin volví a sentir que alguien sería capaz de quemar el mundo por mí

DESTERRADA [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora