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- Duele... duele jodidamente, P'Bright-. Dijo Gulf mientras se desahogaba con la persona que tenía al frente.
- Tranquilo.
Las manos de Bright se deslizaban suavemente por el cabello de Gulf intentando apaciguar su llanto.
Cuando al fin Gulf se calmó, apartó el abrazo de Bright.
- P'... lo siento, no quería ser aburrido con mis cosas.
- No te preocupes. Se que nos conocemos desde hace poco tiempo, pero realmente quiero apoyarte y que sientas que puedes confiar en mí-. Dijo Bright al mismo tiempo que secaba las lágrimas de Gulf.
- Gracias P'.
Bright y Gulf se habían encontrado por casualidad en el salón de música. Gulf estaba tan distraído y melancólico que chocó nuevamente con Bright, el chico mayor no tuvo que hacer mucho esfuerzo para saber que a la otra persona algo le pasaba, y este ya no pudo seguir aguantando las lágrimas que desde la mañana querían salir con urgencia.
La sala estaba completamente vacía, así que aprovecharon que estaban solos para conversar.
- Se que aún lo amas, pero no puedes permitir que siga lastimándote de esa manera. Ya debes de dar vuelta la página-. Habló el mayor.
- Es difícil para mí. Mew ha sido mi primer hombre en todo sentido.
- ¿Y esperas a que sea el último también?
Gulf no respondió, simplemente se quedó mirando hacia la nada, como si quisiera escapar del lugar.
- ¿Quieres ir a comer algo?-. Le ofreció Bright.
- No, gracias. Yo me voy, quiero irme a casa.
Tomó sus cosas, se despidió de su amigo y se dirigió hacia el estacionamiento. Cuando estaba a punto de subirse, una voz habló cerca de su oído.
- Necesitamos hablar.
- ¿Mew?
- ¿Podemos hablar?
Gulf hizo oídos sordos a las palabras de Mew, ya que no quería permanecer junto a él. Dejaría caer sus lágrimas y eso era lo último que quería hacer.
