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La femenina retrocedió unos pasos y aún agitada se encontró con un masculino alto, castaño de apariencia muy relajada y un toque sensual en todo él.

Uno con el que extrañamente sintió tranquilidad, que con él nada le pasaría.

Levantó la mirada a la suya, e intentando recuperar la respiración, lo miró directo a los ojos, las palabras no le salían.
Inconscientemente ahora también sintió necesitarlo, un gran deseo de él.

-¿Qué está pasando?. -Balbuceo con dificultad.

El masculino sonrió dejando ver su dentadura y con esta, sus colmillos.

Ella abrió los ojos tanto como fuere posible, ¿¡Era uno de ellos!?

Se acercó a ella, la tomó con especial cuidado de la cintura y la pegó a él.
Movimiento al que ella no se opuso ni le molestó en lo absoluto.

Sus miradas habían formado una, y sintió una conexión. Lo conocía de alguna parte.

-¿Eres uno de ellos? -Preguntó nuevamente con aquella paz y una voz tranquila, dejándose llevar.

-Estoy a cargo de todos aquí... - Contestó sin perderle la mirada. Estaba aquí.

Sin saber ni como, la joven ahora se encontraba en una cabaña. Una muy bella cabaña. Donde se sentía cómoda.
Realmente lo que estuviera pasando allá afuera no le importaba en absoluto, porque por su mente ahora sólo estaba aquel hombre.

Él tenía algo. Algo que le llamaba la atención, algo que la atraía a él.

𝐁𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐚 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐚 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻) [#1] [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora