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Luego de un par de horas, aquella se logró deshacer de la mujer. Aquella que de alguna manera, era muy hábil con las palabras, una que le había dicho ciertas cosas de ella que sólo ella misma creía conocer de sí.

Pero había una frase resonaba en ella;
- Eres una mujer buena, hazle caso a aquel llamado que sientes, pero no arrastres segundas ni terceras personas contigo. Esto es algo entre tú y él, nadie más.

Bueno, ya le estaba haciendo caso a lo que sea que sintiera, se estaba quedando en aquella isla.

Su arrogante por demostrarle a los demás que era todo mentira lo que se decía de aquí, de pronto había desaparecido. Ya no sentía esa necesidad de demostrarle nada a nadie.

Pero, aún no había encontrado a nadie con quien ajustar cuentas como aquella le había dado a entender.

Bueno, nunca había sido una mujer de mucha pasciencia.

Aquella también le había dicho par de verdades como el que no creía la leyenda que se contaba sobre ese lugar y por eso estaba ahí y eso, le preocupaba un poco.

Porque no le iba a demostrar nada a nadie, todo se lo iba a demostrar a sí misma.

[...]

El sol comenzaba a esconderse y lo emocionante empezaría pronto.

Sus amigos recuperaron la razón y su emoción bajó un poco, por poco desmayan al saber donde estaban. ¿¡Cómo había sido posible conociendo a T/n!?.

No, no estaban en el tan prometedor lugar, estaban en aquella famosísima isla. Y famosa por condena.

Pues, ahí estaban...

Y si no sabían rezar, iban a aprender.

𝐁𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐚 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐚 (𝓐𝓲𝓭𝓪𝓷 𝓖𝓪𝓵𝓵𝓪𝓰𝓱𝓮𝓻) [#1] [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora